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Oriente Antioqueño: realidades que representan retos y nuevas apuestas en salud mental

Por: Paula Andrea Bernal Cardona

Hablar de salud mental no es un lujo ni una moda; tampoco un motivo de estigmatización: es una urgencia. Cuidar lo que pensamos y sentimos es tan importante como cuidar el corazón, los pulmones o nuestro cuerpo en general. Sin embargo, aún persisten silencios, estigmas y prejuicios que dificultan pedir ayuda. Poner este tema sobre la mesa es necesario, al igual que cultivar la empatía y normalizar el pedir apoyo.

Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada ocho personas en el mundo vive con un trastorno mental que implica alteraciones significativas en el pensamiento, la regulación emocional o la conducta. Los trastornos de ansiedad y la depresión son los diagnósticos más frecuentes a nivel global. Tras el confinamiento por la pandemia de COVID-19, se pronosticó un aumento en las condiciones que afectarían la salud mental, y así fue: la OMS, en su estimación inicial, evidenció un incremento cercano al 30 %.

En Colombia, de acuerdo con una encuesta de 2023 del Ministerio de Salud y Protección Social, el 66,3 % de los ciudadanos ha enfrentado algún problema de salud mental en algún momento de su vida, y se estima que el 4,7 % de la población padece depresión.

Para el médico psiquiatra, magíster en drogodependencia y director de la Clínica Servid, Ramón Lopera, el panorama es complejo. La tasa de mortalidad por suicidio en Antioquia supera el indicador nacional, medido por cada 100.000 habitantes. En el Oriente Antioqueño, con una tasa de entre 10 y 11 suicidios por cada 100.000 habitantes, se sobrepasan tanto los índices departamentales como los nacionales.

La salud mental es un reto prioritario de salud pública, en Antioquia, en Colombia y en el mundo. En nuestra región existen múltiples factores de riesgo que aumentan la vulnerabilidad a la enfermedad mental: la violencia urbana y rural, las secuelas del conflicto armado, así como el elevado consumo de alcohol y de sustancias psicoactivas”, puntualizó el especialista.

Un desafío en salud pública

Hablar de salud mental en un contexto lleno de desafíos, donde se hace más común tener un diagnóstico, no es tarea sencilla. No obstante, es justamente allí donde la conversación se vuelve imprescindible: reconocer avances, visibilizar necesidades y asumir que el cuidado emocional y mental nos compete a todos. El gran reto como sociedad consiste en abordarlo sin sembrar desesperanza, sino con la certeza de que existen caminos, programas y voluntades que ya están marcando la diferencia y que se suman al abordaje integral, tanto como el reconocimiento individual de buscar ayuda.

Equilibrar el acceso a los servicios de salud mental —sin que dependa de la capacidad adquisitiva—, reducir la estigmatización y la discriminación hacia quienes buscan atención psiquiátrica, disminuir los indicadores de intentos y suicidios consumados, así como atender la prevalencia de adicciones, son algunos de los principales desafíos que enfrenta el Oriente Antioqueño.

En La Ceja, la Clínica San Juan de Dios es pionera en la atención en salud mental para la región, con más de 60 años de trayectoria. Por la alta prevalencia de estas enfermedades, la institución registra una ocupación promedio del 95 %, y el servicio de urgencias en salud mental ha llegado a niveles de ocupación superiores al 120 % en varias ocasiones.

La salud mental en el país presenta múltiples retos: alta prevalencia de problemas psicológicos y de enfermedad mental, creciente incidencia de adicciones en personas cada vez más jóvenes, brechas significativas en la atención, escasez de especialistas y un profundo impacto social en el paciente, su familia y la comunidad”, indicó Andrés Gallego Orozco, director de la Zona Andina de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

La OMS ha enfatizado en los diferentes mecanismos de prevención y tratamientos efectivos disponibles, pero advierte que la mayoría de las personas con trastornos mentales no accede a cuidados adecuados. Según Germán Vélez, gerente del Hospital de Marinilla, al análisis de estos retos también debe sumarse la disponibilidad de especialistas.

Hay que reconocer la escasez de profesionales especializados, en este caso psiquiatras. Estamos por debajo de la recomendación de la OMS en la relación población–número de especialistas. Además, los trámites para acceder a servicios especializados en salud mental constituyen una de las principales barreras”, puntualizó.

La entrega oportuna de medicamentos y tratamientos también es una necesidad urgente. Para el médico y alcalde de Rionegro, Jorge Rivas, este es un problema crítico:

Nada ganamos con tener especialistas, espacios y tratamientos si el sistema de salud no garantiza que los medicamentos lleguen a tiempo a los pacientes. Hoy vivimos una situación supremamente difícil, con un desabastecimiento de fármacos. El Gobierno Nacional ha mostrado un desorden preocupante en este asunto”, señaló.

La región avanza con nuevos centros de atención, programas comunitarios y más recursos en salud mental

La salud mental dejó de ser un tema lejano para convertirse en parte de nuestra cotidianidad. A pesar de los retos que son globales y también afectan a la región, hay avances y las inversiones en este campo han aumentado.

En Antioquia, programas como Los Escuchaderos han llegado a barrios, escuelas y comunidades. Desde su creación en 2024, ya suman alrededor de 22.000 atenciones. En el Oriente Antioqueño, el programa está activo en municipios de sexta categoría: Argelia, Granada, Guatapé, Cocorná, San Francisco, San Carlos, San Rafael, San Luis, Alejandría, Abejorral, Concepción, El Santuario, El Peñol, San Vicente, La Unión y Nariño, donde se han realizado 3.729 atenciones.

Los “escuchaderos” hacen parte de las estrategias de la Gobernación de Antioquia – Fotografía: Cortesía

Por su parte, la línea de teleorientación 106, que brinda atención en crisis, ha gestionado 25.626 casos en el departamento durante 2025, de los cuales cerca de 2.000 corresponden al Oriente.

La Secretaría de Salud destinó en 2024 más de 23.000 millones de pesos a cinco líneas estratégicas para prevenir el consumo de sustancias psicoactivas y atender problemas psicológicos y emocionales en niños, jóvenes y adultos. A estos esfuerzos se suma la inversión de 19.000 millones de pesos en el Hospital Mental de Antioquia (HOMO), que contempla nuevas unidades y ampliar la capacidad de atención con 570 camas adicionales.

En medio de los retos, surgen proyectos que buscan mejorar la atención. Rionegro dio el primer paso con la creación de la Clínica de Atención Primaria en Salud Mental, un espacio público pionero en el Oriente Antioqueño que se constituye en la primera Red Pública de Salud Mental del municipio.

La demanda ha superado la oferta; al sistema de salud le falta integralidad y entornos protectores. Esta clínica tiene una estructura similar a la de los equipos básicos de salud: un psiquiatra, un psicólogo, una enfermera jefa y un neuropsicólogo, a quienes pronto se sumarán más profesionales. Necesitamos una red integral que pueda liderarse desde aquí, con un modelo que incluso podría ser único en el país”, explicó Jorge Rivas, alcalde de Rionegro.

Rionegro avanza en programas de atención y prevención – Fotografía: Cortesía

Entre 2022 y 2023, la demanda de servicios de salud mental en Rionegro aumentó un 12,5 %. Con la puesta en funcionamiento de esta clínica, los cerca de 150.000 habitantes cuentan ahora con atención ambulatoria y preventiva para diagnósticos como ansiedad, trastornos de personalidad, conductas alimentarias, ideación suicida, bullying, duelo patológico, estrés académico y laboral, entre otros.

Tenemos varios programas de prevención: la línea de atención mental y social que funciona las 24 horas, los ‘susurraderos’ con oferta integral de apoyo, y el equipo psicorientador que acompaña a los colegios. Pero hay que decirlo: la salud mental no se previene en clínicas ni hospitales, sino a través de la educación, la cultura, el deporte y el buen uso del tiempo libre”, puntualizó el mandatario local.

En Marinilla, también se proyectan inversiones para mejorar la cobertura. Actualmente, de cada diez personas hospitalizadas en el hospital local, cuatro presentan algún diagnóstico mental. Con la renovación que se realizará, se contempla la creación de una unidad de salud mental con 33 camas para hospitalización.

El sistema es insuficiente para responder a la demanda. Por eso, en conjunto con el departamento y el Ministerio, nuestra institución trabaja en uno de los principales proyectos: la construcción de una unidad de salud mental con 33 camas de internación y un Hospital Día para la provincia de Aguas, Bosques y Turismo”, puntualizó Germán Vélez, gerente del Hospital local.

El cuidado de la mente debe convertirse en una prioridad para municipios del Oriente

Programas de apoyo se incrementan en la región – Fotografía: Cortesía

Si bien la región enfrenta numerosos retos, incluso mayores que otros territorios, los avances que hoy se evidencian están relacionados con la visibilización del tema, el crecimiento de la oferta pública y privada y la inversión en programas y proyectos.

También es importante recordar que no todo malestar es una enfermedad. Es natural sentir tristeza tras una pérdida, angustia frente a los cambios, momentos en los que cuestionamos el sentido de lo que hacemos o hacia dónde vamos. Los especialistas insisten en que estas experiencias forman parte de la vida y pueden convertirse en oportunidades de reflexión y crecimiento.

Consultar fuentes médicas confiables, buscar apoyo en la familia o en amigos, y reconocer cuándo necesitamos acompañamiento profesional son pasos sanos y cotidianos para cuidar nuestra mente, del mismo modo en que cuidamos cualquier parte de nuestro cuerpo.

“Es importante aprender a reconocer de manera temprana los síntomas relacionados con la salud mental e identificar de manera oportuna la necesidad de atención.  El llamado es a articularnos desde todos los ámbitos: familiar, educativos y servicios de salud para fortalecer una red de atención que permita un acompañamiento efectivo. A las familias que hablen de la enfermedad, que se acompañen. Es necesario empezar a quitar el estigma de la salud mental”, enfatiza Andrés Gallego Orozco, director de la Zona Andina de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

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