Leyendo: Madres en el Oriente Antioqueño: cultivando flores y esperanza para otras madres del mundo

Madres en el Oriente Antioqueño: cultivando flores y esperanza para otras madres del mundo

Por: Paula Andrea Bernal Cardona

Área de cosecha lista para corte – Foto: Cultivo Jardines de San Nicolás.

Hace un poco más de tres meses, cientos de hombres y mujeres en el Oriente Antioqueño empezaron un trabajo que dio cosecha. En los cultivos de flores de exportación, año tras año, mayo trae consigo una de las temporadas más altas para el sector. La cual representa el 15% de todas las exportaciones del año en la región.

No es para menos, en países como Estados Unidos la celebración para las madres incluye un ramo de flores: gerberas, crisantemos, astromelias, lirios, claveles, hortensias, miniclaves y rosas son las favoritas para regalar a las madres, en otras partes del planeta.

Aunque las flores colombianas se exportan todo el año, existen algunas temporadas relacionadas con fechas especiales, en las cuales los pedidos incrementan significativamente. Este año la temporada de madres tuvo un reto adicional, las condiciones climáticas tienen influencia directa en el proceso de los cultivos y por ello las predicciones meteorológicas también tienen un papel clave en la planeación de las temporadas, “tuvo retos para sobrepasar, como la incidencia del fenómeno del niño. Con la temporada seca y por ello la flor salió ligeramente adelantada. Pero los resultados son muy satisfactorios para nosotros”, indica José Alirio Ramírez, gerente del cultivo Jardines de San Nicolás, ubicado en el municipio de La Ceja.

Las expectativas de exportación cada año para esta época, es de alrededor de 700 millones de tallos.

Nora, madre de dos hijos plasma sus sentimientos en la siembra

Nora Quintero es operaria de siembra. Foto: Cultivo Jardines de San Nicolás.

Cada flor, cada pétalo, cada tallo lleva detrás una historia de vida, como la de Nora Quintero, quien hace parte del grupo de personas que realiza siembra en el Cultivo Jardines de San Nicolás. Para ella, la temporada alta empieza mucho antes, pues sus manos que han adquirido una rapidez que deslumbra, tienen la capacidad de sembrar 1.800 esquejes en cada hora laborada. Nora es una de las personas encargadas de estar en uno de los primeros pasos para que las exportaciones sean una realidad. 

Para mí hay amor, mucho amor para esas plantas. De verdad mostrar que cada tallito que sembramos es una flor que alguien la va a recibir. Y muy seguramente, mucho amor también”, asegura Nora.

Hace aproximadamente tres meses, quienes están en esta área de los cultivos de flor, vivieron su temporada alta. Empezaron con la siembra de las flores que han representado un sentimiento para otras madres en otros países del mundo. Ella, madre de dos hijos, tiene un papel fundamental para que otras madres, reciban amor, cariño, admiración y gratitud, “es un pico fuerte, tiene que ser de mucho esmero, de mucho esfuerzo, son muchísimas camas que hay que sembrar para lograr ese objetivo. Y la verdad es bastante el esfuerzo, pero en realidad es motivante también, porque sabemos que van a llegar muy lejos”, asegura Nora.

Indica que las complejidades de su actividad, como el esfuerzo físico y las altas temperaturas en el ambiente de trabajo, se hacen llevaderas con el amor que tiene a su labor, la motivación que le dan sus hijos, las pausas activas que son fundamentales y por supuesto la sonrisa con la cual acompaña a quienes la rodean.

Es una sensación muy satisfactoria, yo creo que tanto para la empresa como para nosotros que sembramos. Y ya, cuando vemos que van a salir al mercado y están en poscosecha, también podemos apoyar”, resalta Nora.

Adriana, una madre con 17 años en la floricultura

Adriana en la zona de cosecha. – Foto: Cultivo Jardines de San Nicolás.

Por lo menos 4.000 días suma la experiencia de Adriana María Ramírez en el sector floricultor, dueña de una sonrisa que contagia y con un amplio sentido para los pequeños detalles. Pues la actual labor de Adriana consiste en verificar que los ramos que salen del cultivo estén homogéneos, es decir con la misma medida y con la apertura indicada. Pues las flores deben de tener un punto exacto, para que en cuatro días luego de salir del cultivo estén en su pleno esplendor y en las condiciones de resistir los pasos por el transporte terrestre, aéreo o marítimo, según sea el caso.

Me siento muy orgullosa de lo que se ve en Miami, en Estados Unidos, porque cuando uno ve los bouquets allá exhibidos, se dice – ¡Uy mira lo que nosotros hacemos, que maravilla! – me siento super orgullosa”, asegura Adriana.

Y es que en Mayo, en el continente americano las floristerías y supermercados se inundan de flores, un 63% de esas flores llegan desde Colombia. El impacto en la cadena logística es notable, aerolíneas como LATAM en su transporte de carga durante la temporada pasa de 35 frecuencias a la semana a un aproximado de 80.

Las flores colombianas llegan alrededor de 100 países. Cundinamarca y Bogotá tienen las condiciones perfectas para el cultivo de las rosas, por eso en San Valentín lideran las exportaciones, pero en mayo el Oriente Antioqueño sale a relucir, es una temporada en la cual las flores que se cosechan en el territorio son las predilectos y aunque el 81% de las exportaciones tienen como destino los Estados Unidos, las flores cultivadas por Nora y Adriana también llegan a destinos como España, Canadá, Holanda, Japón, entre otros.

Cuando mis hijos ven las flores en televisión, ellos dicen mami – ¿tú haces eso? -, y ellos se sienten super orgullosos de mi labor” asegura Adriana, quien indica que se siente enamorada de su trabajo, de llegar al mundo de la floricultura y hoy mirar 17 años atrás y descubrir lo que le ha dejado esta experiencia.

Significa mucho porque gracias a las flores, tengo mi casa, he sacado adelante a mis cuatro hijos. Y es mi sustento. Incluso mi esposo también trabaja en flores”.

Mima: El significado de las flores para una madre cabeza de familia

Gilma García en el área de postcosecha – Foto: Cultivo Jardines de San Nicolás.

Gilma María García, más conocida como Mima representa orgullo y amor por la floricultura, indica que su futuro cambió al tener esta oportunidad de vida.

Soy mamá de tres hijos, orgullosamente mamá soltera, afortunadamente ya está grandes. Ya están en la universidad, ahí voy con ellos. Las flores para mí han sido todo para sacar a mis hijos adelante, para darles todo lo que necesitan. Hay algunas personas que no se sienten orgullosas de estar acá, pero para mí esta labor lo es todo. Las flores han sido el medio para yo poder sostener mi familia, tengo mi casa y tener lo que quiero” indica Mima.

En el departamento, la floricultura genera alrededor de 54.000 empleos formales y aproximado de 30.000 en el Oriente Antioqueño, un 60% de estos empleos son ocupados por mujeres y de estas un 57% son madres cabeza de familia. Es así como una flor cosechada en el territorio cambia muchas realidades sociales para estas mujeres, esto a pesar de los grandes esfuerzos que lleva combinar las labores del hogar, el sostenimiento de los hijos y la carga laboral. Pero como el caso de Gilma, la floricultura no solo cambió su futuro, también el de sus tres hijos.

Esta mujer ha dedicado 12 años de su vida a las flores, por eso conoce a la perfección lo que representa la temporada de madres, “depronto la gente no magnifica lo que hay detrás de un bouquet. Detrás de un bouquet, hay alguien que lo tinturó, hay alguien que lo cortó, hay alguien que lo armó, hay alguien que lo empacó. Es muy bonito porque nosotros lo que exportamos son sentimientos. Mandamos un ramo y ese ramo lleva sentimiento y transmite emociones”, puntualiza Gilma.

Las flores que en una jornada pueden visualizarse en los cultivos, en unos días pasan a estar en mostradores en los Estados Unidos, un arreglo mediano durante la temporada de madres puede tener precios que oscilan entre los US$70 y US$220.

Gilma asegura que por las manos de quienes trabajan con flores, hay algo más que movimientos o acciones repetitivas, lo más importante es el sentir por cada pétalo. “Yo creo que el amor por lo que uno hace se ve reflejado cuando uno manda las flores a Estados Unidos, el amor que uno le pone, eso es lo que reciben allá. Para mí una flor es delicadeza, cuidado, tiempo, manejo”.

Tras finalizar la temporada más importante del año para el sector en la región, en los cultivos se preparan para otras dos temporadas altas que se vivirán en los próximos meses, una de ellas la de navidad.

Otros Datos de la floricultura en el Oriente Antioqueño

En el departamento hay 2.835 hectáreas sembradas de flor para la exportación, un 58% corresponde a hortensias y un 28% a Crisantemos. La gran mayoría del personal empleado en los cultivos de flores en la región tienen edades que oscilan entre los 25 y 60 años de edad.

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