Por: Felipe Osorio Vergara
Cuando Colombia se conocía como los Estados Unidos de Colombia, incluía a Panamá, y su gobierno era liberal y federalista, estallaron las tensiones entre dos ciudades hermanas del Oriente de Antioquia, que bien reflejaban el clima político de la por entonces agitada república. Marinilla era bastión conservador, mientras que su vecino, Rionegro, era trinchera liberal.
Desde 1863, la Constitución de Rionegro regía al país y a sus casi cuatro millones de habitantes. Era un gobierno liberal y laico que venía de una guerra civil (1860-1862) y que gobernaba un país desunido. Antioquia era una provincia conservadora y ciudades como Medellín, Marinilla y Santa Rosa de Osos eran sus fortines. Sin embargo, una importante fuerza liberal simpatizaba con el gobierno, principalmente en municipios de tradición liberal como Rionegro y Santa Fe de Antioquia. El caso más tenso, dada su cercanía, era entre Marinilla y Rionegro.
Pascual Bravo, liberal, había sido designado por el gobierno central como presidente provisional del Estado Soberano de Antioquia en 1863. Se le encomendó la tarea de aplicar las reformas liberales en el territorio. No obstante, tuvo fuerte oposición por parte de la población conservadora. Así, se gestó una rebelión, auspiciada por el clero y los líderes conservadores, a finales de 1863.
La insurrección conservadora se atrincheró en Marinilla y se preparó para combatir a las tropas liberales del gobernador Bravo, organizadas en Rionegro. Las dos fuerzas se enfrentaron el cuatro de enero de 1864 en el sitio de El Cascajo. Aunque mejor preparados y armados, los liberales fueron derrotados por los conservadores que tenían la ventaja del terreno y recibían, constantemente, refuerzos de Marinilla.
El gobernador Bravo perdió la vida en el campo de batalla, por lo que Pedro Justo Berrío, conservador, se convirtió en presidente del Estado Soberano. Así, los conservadores recuperaron el poder político del territorio y, aunque regidos por una constitución liberal, lograron implantar en Antioquia un federalismo de corte conservador.