Jorge Andrés Giraldo Restrepo
Médico urgentólogo
Coordinador de Urgencias
Hospital San Vicente Fundación de Rionegro
La escopolamina, históricamente ha sido utilizada como una droga para facilitar actos delictivos. El uso de sustancias para fines ilícitos se ha descrito desde hace siglos, además de la escopolamina, también se han utilizado el alcohol, el hidrato de cloral, las benozodiacepinas y los barbitúricos, entre otros, con el fin de provocar sumisión y pérdida de la voluntad en quienes las reciben.
Aparece entonces el concepto de «sumisión química» que se refiere al hecho de administrar un producto a una persona, para provocar una modificación en su estado de consciencia para causarle un perjuicio secundario, sea robo, firma de documentos y con frecuencia, agresión sexual; además evita que en muchas ocasiones, la víctima no recuerde a su victimario. También se ha encontrado que estas drogas facilitadores de delitos, se consumen con licor, es decir, o la víctima está consumiendo alcohol y es más fácil dárselas o se las ofrecen diluidas en una copa; también las mezclan con las comidas, son difíciles de detectar porque usualmente no tienen olor, tampoco sabor ni color.
Para los delincuentes no existe una sustancia ideal para perpetrar sus delitos, utilizan las que estén fácilmente disponibles en el mercado, tengan un rápido inicio de acción, produzcan sedación y pérdida de la memoria y que no lleven a la muerte porque no es su intención.
La escopolamina es la sustancia facilitadora de delitos de la que más se habla, pero realmente no es la que más se utiliza, bajo el término «escopolamina» se agrupan comúnmente todas las drogas usadas con fines delictivos. La escopolamina realmente es un alcaloide derivado de las plantas del género Datura y Brugmansia, se conoce también como «burundanga»; su inicio de acción es muy rápido y a los 15 minutos tiene su máximo efecto, luego de dos horas ha desaparecido casi totalmente del organismo, esta última característica hace difícil su detección en la sangre.
Los síntomas de la intoxicación por escopolamina consisten en retención urinaria, dilatación de las pupilas, aumento de la frecuencia cardíaca, sequedad de la piel y la boca, alteración de la consciencia y pérdida de la memoria. El tratamiento que se realiza en los servicios de urgencias consiste en hidratación y observación, aunque dependiendo del tiempo que lleve de evolución y la condición clínica, pudiese no requerir tratamiento alguno más que el reposo en casa y el consumo de agua abundante. Si hay sospecha de intoxicación por esta sustancia, la recomendación es acudir para tener valoración médica y definir la necesidad de manejo adicional.