María Paulina Iral Cardona
Comunicación Social UCO
E-mail: paulinairalcardona@gmail.com
“Los hombres y mujeres ciclistas tenemos dos preocupaciones cuando salimos a montar: la primera es que la bicicleta se chuce y la segunda es que nos roben. Pero a diferencia de los hombres, las mujeres tenemos otra más: nosotras nos tenemos que preocupar porque no nos vayan a tocar, a morbosear, o a hacer algo peor”, denuncia Ana Isabel Restrepo, comunicadora social y ciclista que fue agredida en medio del trayecto desde La Unión hasta San Antonio de Pereira el pasado 29 de enero por parte de un hombre que se movilizaba en una motocicleta, quien se acercó a la ciclista y le agarró sus glúteos hasta que la mujer optó por tirarse de su vehículo para así detener la agresión.
La comunicadora hizo una denuncia pública por medio de sus redes sociales que rápidamente se volvió viral, ya que muchas otras mujeres aprovecharon este hecho para compartir experiencias propias. Fueron más de 2.000 me gusta y 200 comentarios en su publicación.
“A mí me pasó lo mismo sacando a mi perro a pasear”; “me pasó lo mismo y a las personas que les conté me dijeron que las mujeres no podíamos montar solas”; “en la misma vía un hombre se paró delante de mí mientras yo montaba y comenzó a masturbarse”, afirman algunas mujeres del Oriente antioqueño en la publicación de Ana Isabel.
Estas experiencias pueden traer consecuencias negativas en la salud mental y en la conducta de las mujeres agredidas como “inseguridad, autoestima baja, irritabilidad, dificultad para entablar relaciones interpersonales con el género agresor, miedo constante, y, dependiendo de los casos, estrés postraumático”, explica Viviana Marcela Ramírez, psicóloga de la Universidad Católica de Oriente y actual trabajadora del ICBF. Además, indica que el sentimiento más común después de una agresión de este tipo es la frustración al no saber cómo actuar o qué hacer al respecto.

En una sociedad donde el acoso callejero se ha vuelto una conducta normalizada, se hace difícil que las mujeres quieran denunciar por la desconfianza de que no se haga nada al respecto. Sin embargo, Leonardo Fabio Agudelo, abogado de la Universidad Cooperativa de Colombia y asesor público, afirma “si en una sociedad no se presenta ninguna denuncia sobre ningún delito, se supone que esa comunidad está muy bien” y recalca la importancia de que las mujeres alcen su voz, ya que con el flujo de las denuncias elevan los índices y estadísticas frente a este tema y el Estado estaría obligado a actuar con mayor preocupación y eficacia para prevenirlo y solucionarlo.
“La jueza hizo como si la que hubiera agredido hubiese sido yo, ella trapeó el piso conmigo”, denuncia la mercadóloga narrando el proceso de la audiencia. Incluso con esta experiencia inesperada en cuanto a la justicia del país, Alejandra reafirma “la importancia de denunciar y dejar el miedo a un lado porque es necesario que se vea que la problemática es real”.Lo mismo afirma Alejandra María Jaramillo Cardona, mercadóloga y empresaria digital que denunció oficialmente una agresión mientras caminaba en el barrio Payuco de la Ceja por un excandidato al concejo del mismo municipio, el cual se movilizaba en una motocicleta y le dio una palmada tan fuerte en sus glúteos que le hizo perder el equilibrio y estuvo a punto de caerse.
Si bien es una situación que muchas mujeres han experimentado y otras no, sería correcto que se conociera cómo hacer la denuncia en caso que pasara. Existen varias maneras, explica el abogado:
La primera es de manera virtual por medio de la página de la Policía Nacional (https://www.policia.gov.co/ ) en la sección de portal de servicios ciudadanos. Allí se encuentra la opción de denuncias virtuales con los respectivos formatos que harán mucho más sencillo y rápido el proceso de poner la denuncia. La segunda, es dirigirse a la SIJIN (unidades seccionales de Investigación Criminal) y allí presentar su caso. Y, por último, está la opción de hacer un escrito de tipo denuncia y presentarla directamente a la fiscalía.
Si la mujer que fue agredida no se siente lista o sencillamente no quiere denunciar, tiene otras opciones si desea sentirse respaldada por otras de su mismo género. Las diferentes secretarías de la mujer o de equidad están dispuestas a escucharlas y brindarles acompañamiento. También está la posibilidad de colectivos o grupos independientes como Memoria Femenina, ubicado en Marinilla, donde realizan actividades en conjunto y se apoyan mutuamente.
Vox Populi
¿Qué opina del acoso callejero hacia las mujeres?
Leslie Berrío Cardona 14 años, estudiante de la vereda Juan XXIII de Guarne
“En el espacio público suelen hacerme comentarios que me generan inseguridad y miedo. Me dicen que es mejor que esté acompañada por ellos que andar por ahí sola porque me puede pasar algo. En general me hacen comentarios vulgares”.
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Karla Ortega Isaza 17 años, recién graduada de bachillerato en Rionegro
“Yo no he sido acosada ni agredida en la calle, pero creo que todos deberíamos transitar libremente y con la certeza de no ser violentados”.
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Juliana Flórez Betancur 19 años, ciclista profesional “En la vía de Guarne hacia el aeropuerto, un hombre, en una moto, me dio una palmada en la nalga, desestabilizándome. Me dirigí a la estación de policía y no me ayudaron. Todas las respuestas que me dieron fue para explicarme todas las posibles justificaciones que aquel hombre podía tener”.
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| Luis Fernando Díaz 52 años, profesor de inglés “Para el acoso callejero no creo que exista solución a corto plazo. Pero creo que desde la educación podemos ayudar. Los profesores tenemos que invertir más en educar los valores y el respeto por las mujeres y detener inmediatamente un hecho de irrespeto que se presenten en las aulas de clases”.
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Adriana Lopera, 54 años, licenciada en artes y contratista de la Secretaría de Desarrollo Social y familia de Guarne “En Guarne se está trabajando porque las mujeres tengan el derecho a una vida sana y libre de violencia, que es el derecho más vulnerado”.
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Tatiana Orjuela, integrante del equipo Avinal – El Carmen de Viboral “A un señor que venía en una moto le pareció muy gracioso pegarme una nalgada que casi me tumba. Yo no sé si no tiene mamá, no tiene hijas, no tiene abuelas…”.
Cortesía Noticias Telemedellín | |
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Maria Camila Soto, 18 años, recién graduada de bachillerato “Creo que es casi imposible que las mujeres ya no seamos acosadas. No hay ningún día que yo salga tranquila de mi casa, siempre tengo miedo de que me pase-algo”. |
Manuela Ochoa Giraldo, 26 años, aspirante a ciclista profesional. “Yo no he sido agredida físicamente en mi labor como ciclista. Sin embargo, cada día pasan hombres súper cerca y me hacen comentarios obscenos”. | |
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Johan Sebastián Osorno 23 años, entrenador en Guarne y estudiante de la UCO
“Nosotros, los jóvenes, debemos ser la voz y el ejemplo para que todos los hombres que siguen acosando y agrediendo a las mujeres, dejen de hacerlo”.
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