Leyendo: Área Metropolitana del Valle de San Nicolás: Es el ciudadano el que decide

Área Metropolitana del Valle de San Nicolás: Es el ciudadano el que decide

La creación del tan debatido y pospuesto esquema asociativo supramunicipal, como el Área Metropolitana (que integraría a nueve municipios del Altiplano del Oriente Antioqueño), parece empezar a encontrar claridad en medio de la desinformación. Expertos, opinadores y habitantes del territorio argumentan desde su conocimiento y experiencia (y en algunos casos, desde su falta de información) sobre los pros y contras de su creación.

Algunos señalan que los municipios conurbados ya tienen las condiciones necesarias para formar parte del proyecto, que la inseguridad y la movilidad pueden gestionarse de manera más eficaz a través de la asociatividad, y que el aporte de ciertos municipios será inferior a las inversiones que recibirán. También se afirma que la planeación supramunicipal es esencial para el desarrollo actual. Por otro lado, hay quienes temen que el municipio núcleo tome decisiones unilaterales, que el derecho al veto dificultará el disenso, y que factores políticos o la intervención de la gobernación puedan afectar las decisiones al interior de este. Incluso se argumenta que podría perderse autonomía local y que Cornare podría desaparecer. En resumen, una larga lista de razones que muestran la capacidad de multiplicar posturas, sean o no ciertas.

Sin embargo, antes de seguir sumando más razones, es importante puntualizar un aspecto clave que aún no se ha socializado lo suficiente: la consulta popular, como mecanismo de participación ciudadana consagrado en la Constitución de Colombia, será la que permita a los habitantes de los municipios involucrados expresar su voluntad mediante el voto directo sobre si están o no de acuerdo con la creación del Área Metropolitana. En el caso del Valle de San Nicolás, los alcaldes y la Gobernación están solicitando la convocatoria de una consulta popular para decidir sobre esta figura administrativa, que, según sus promotores, busca integrar y coordinar el desarrollo de los municipios de esta subregión del Oriente antioqueño.

Ya se informó que el proceso inició con la solicitud formal de la consulta, y que debe ser presentada ante la comisión de ordenamiento territorial del Senado y, posteriormente llegaría a la autoridad electoral. La Registraduría Nacional del Estado Civil revisará la viabilidad antes de decidir si se convoca o no a las urnas. Si fuera aprobada, los habitantes de los municipios involucrados podrán participar y expresar su opinión en una jornada electoral, en la cual al menos el cinco por ciento del censo electoral debe participar y la mitad más uno decidir.

Sólo en cada municipio donde resulte la mayoría de los votos válidos afirmativos, se dará paso a la participación como integrante del Área Metropolitana. Y si es contraria, -en esa lógica- no lo harían quienes decidan negativamente. Quienes promueven esta figura defienden que les permitiría a los municipios trabajar de manera articulada en temas estratégicos como movilidad, planeación urbana, medio ambiente, servicios públicos y desarrollo económico, mejorando la calidad de vida de los habitantes. Además, facilitaría la gestión de recursos nacionales e internacionales para proyectos de alto impacto regional.

La consulta popular no solo refuerza la democracia participativa, sino que también garantiza que la decisión sobre el futuro del Valle de San Nicolás esté, como debe ser, en manos de quienes viven y construyen esta región a diario. En este sentido, este mecanismo representa una oportunidad histórica para definir el rumbo de uno de los territorios más dinámicos de Antioquia. Quienes no comparten esta visión tienen todo el derecho de expresarlo, pero será en las urnas, y no en la desinformación ni en noticias falsas, donde se tomará la decisión.

Los que votarían el sí. Defienden los beneficios de crear el Área Metropolitana

Se podrían mejorar las rutas de buses, construir nuevas vías y hacer que moverse por la región sea más fácil y rápido, se podrían unificar los servicios públicos, para garantizar una mejor calidad y cobertura, se podrían planificar de manera conjunta el crecimiento de los municipios, evitando problemas como la congestión y la contaminación y al trabajar juntos, los municipios podrían ahorrar dinero y utilizar los recursos de manera más eficiente.

Los que votarían el no. Hablan de riesgos y oposición

Algunos municipios podrían sentir que pierden parte de su autonomía al unirse al Área Metropolitana, lógicamente es posible que se necesiten nuevos recursos para financiar los proyectos del Área Metropolitana con recursos propios, una nueva entidad administrativa podría generar más trámites y burocracia.

Así las cosas, no hay mejor camino que informarse sobre los detalles de la propuesta del Área Metropolitana. Buscar las posturas oficiales, participar en los debates y consultar a los expertos. Y lo más importante ir informado a las urnas, tomar la decisión a favor o en contra, es un derecho del ciudadano, el mismo que elige a su gobernantes, pero que también se ocupa de opinar y tomar postura en las decisiones que mejoran su calidad de vida y el desarrollo de la subregión.

Pd. 1: para enriquecer el debate, es importante considerar los siguientes puntos: 1. La Gobernación no tendrá voto en el órgano de administración. 2. Aunque el 5% pueda parecer un umbral mínimo para tomar la decisión, será significativo tanto para quienes apoyen como para quienes se opongan a la creación del Área Metropolitana. 3. Serán los alcaldes de cada período administrativo quienes conformen la junta directiva del Área Metropolitana, los mismos que son elegidos por los ciudadanos cada cuatro años.

Pd. 2: la visión de un Área Metropolitana o una Gran Provincia del Oriente Antioqueño, que incluya a los 23 municipios de la subregión, es una utopía. Ojalá se mantenga el debate sobre a quiénes correspondería cada modelo, sabiendo que no será aplicable a todos. Es fundamental permitir el avance de la integración territorial, evitando los fanatismos ideológicos y los liderazgos que solo responden a conveniencias políticas e intereses particulares.

Compartir este artículo