Julio César Jaraba E.
Sesenta niñas y niños, estudiantes de los centros educativos rurales de las veredas Las Confusas y La Cristalina, sedes que hacen parte de la Institución Educativa de El Prodigio, un corregimiento del municipio de San Luis, en la subregión de Bosques, visitarán el municipio de Rionegro el próximo 23 de noviembre.
En el marco de la celebración del programa de radio Contacto Regional de RCN, los directores de La Prensa Oriente y Orientese.Co sacaron adelante esta iniciativa que servirá para abrir el mundo a oportunidades y conocimiento a comunidades rurales habitantes del territorio, para que disfruten de un espacio que nunca han tenido, con actividades educativas, recreativas y lúdicas, con niños de dos de las veredas más alejadas y vulnerables de nuestro Oriente antioqueño, para disfrutar de una experiencia divertida.
En Rionegro, conocerán el Aula Ambiental de Cornare, visitarán el Parque Recreativo de Comfama para disfrutar de todos sus atractivos y recorrerán espacios culturales y patrimoniales de la Hidalga Ciudad de Rionegro.
Los niños y sus veredas
A la vereda Las Confusas se llega desde el corregimiento El Prodigio, del municipio de San Luis, por una carretera que combina el cascajo con el lodo, pero que solo llega hasta el río Cocorná sur y luego hay que caminar media hora, también hay otra entrada desde la autopista Medellín – Bogotá, sector de Río Claro, por un paraje conocido como Perros Bravos. Como existe una cantera de gran producción, hasta la mitad del camino la carretera es transitable en campero, pues la compañía dueña de la mina le da mantenimiento permanente para que las volquetas puedan trasladar el material hasta la planta y luego se toma un camino que generalmente se transita en moto, bordeado por un bosque abundante y pasando sobre aguas cristalinas de las quebradas.
La vereda tiene una vegetación tropical, caracterizada por bosques húmedos que crecen sobre rocas de caliza en los yacimientos de mármol de la región, con una gran biodiversidad de flora y fauna y una indescriptible belleza que se refleja en la transparencia del río. Allí se respira tranquilidad, pero solo ahora, pues en la época de la violencia muchos de sus habitantes fueron desplazados, los potreros abandonados porque cuando no fueron guerrilleros, los paramilitares se apoderaban del ganado para alimentarse sin dar nada a cambio.
Llegamos a la escuela donde nos recibió la profesora Diana Carolina, una docente guerrera nacida en el municipio de La Ceja, que ha prestado sus servicios en El Santuario, San Francisco y ahora lleva cinco años en Las Confusas, que a pesar de su lejanía, nos comenta que al principio fue difícil, pero ahora se amaña en esta región.
Nos presenta a sus estudiantes de entre cinco y 10 años, a quienes les contamos que fuimos a invitarlos a un día de esparcimiento y diversión a Rionegro. Ninguno de ellos ha salido más lejos que a San Luis.
La escuela, que ofrece desde preescolar hasta el quinto grado, dispone de un salón, una pequeña biblioteca, la habitación de la profesora, baños, cocina y dos mesones de concreto donde los menores reciben la alimentación. Podría parecer raro, pero es uno de los establecimientos en donde mejor funciona el Programa de Alimentación Escolar (PAE). El mercado lo entregan en San Luis, lo trasladan en la chiva que presta el servicio de transporte a El Prodigio y de ahí los padres de familia buscan la forma de llevarlo en moto hasta la escuela. Las mamás de los niños se rotan voluntariamente para preparar los alimentos.
Cuenta la profe Diana Carolina que después del quinto grado, son pocos los menores que continúan sus estudios, ya que el colegio más cercano está en El Prodigio y les queda a más de cuatro horas de camino.
La escuela también sirve como sede de la junta de acción comunal, es el punto de encuentro de la comunidad y allí se celebra misa el tercer martes de cada mes, a cargo del párroco de El Prodigio. Paradójicamente, dispone de varios equipos de cómputo que para nada sirven a los estudiantes, pues hasta allá no llega señal de internet.

La Cristalina
De regreso hacia la autopista Medellín – Bogotá, disfrutando de la exuberancia del bosque y sus quebradas, las cuales se pasan sin contratiempos gracias a la pericia del conductor de un viejo campero. Tomamos la carretera troncal y consultamos la ruta para nuestro próximo destino: la vereda La Cristalina. En Monte Loro se toma la abandonada carretera que conduce hacia El Prodigio, la cual dejamos al llegar al sitio La Cruz, para tomar otro camino en tierra, imposible para transitar en automóvil, solo aceptable para motos, de manera que hay que caminar, a pleno medio día, bajo un sol ardiente.
Después de media hora de subidas y bajadas, llegamos al Centro Educativo Rural La Cristalina, otra sede de la Institución Educativa de El Prodigio. El clima es cálido, se aprecia que su economía se basa principalmente en la ganadería, la explotación de madera y en menor grado la explotación de canteras.
Esta escuela ofrece desde el pregrado hasta el grado 11, de manera que dispone de dos aulas, una para primaria y otra para secundaria y el profesor Carlos Machado nos cuenta que tienen 25 niños y niñas en primaria y 26 en secundaria. Entramos a saludar a los más grandes y a hacerles la invitación para el recorrido por Rionegro el 23 de noviembre, la cual agradecen con alegría. De los 26 alumnos de secundaria, solo cinco han estado en Rionegro en compañía de sus padres, pero para hacer vueltas, generalmente relacionadas con la salud, nunca de paseo.
La escuela está en medio de una ladera, dos aulas, cocina y comedor, huerta y una pequeña placa deportiva bajo unas empinadas escalas que sirven de tribuna. Los dos profesores y algunas alumnas, son los encargados de la alimentación escolar.
Pasamos al salón de primaria para anunciar el evento y los niños expresan con gritos su alegría, han oído hablar de Rionegro, pero ninguno lo conoce y por eso reciben con beneplácito la invitación.
El profe Carlos cuenta que es una vereda muy animada, muy deportiva, muy unida y religiosa, en donde todo el acontecer gira alrededor de la escuela, en donde también tienen equipos de cómputo, pero no el internet. Dice que después de la escuela, la mayoría de los niños y niñas ayudan a sus padres en las labores del campo, porque generalmente tienen una gran vocación agrícola y casi todos los que terminan el bachillerato se quedan en la vereda.
Tienen una Escuela de Padres muy activa, realizan eventos cada mes para recoger fondos y suplir las necesidades del establecimiento y por eso el docente dice que muchos padres van a querer acompañar a los niños a Rionegro, pues tienen una platica guardada para financiar parte del paseo, ya que los mayores no estaban incluidos dentro del presupuesto de los organizadores.
Los organizadores en esta alejada zona rural y después de apreciar tantas manifestaciones de alegría y amistad en las veredas Las Confusas y La Cristalina, del corregimiento El Prodigio, municipio de San Luis, esperan sea inolvidable esta invitación para estos estudiantes y sus familias. Y sin duda lo será.