Leyendo: El baile de los que sobran en Rionegro

El baile de los que sobran en Rionegro

Para nadie es desconocido que Rionegro está en crecimiento y que será una urbe en muy poco tiempo. El crecimiento es inevitable, y entonces ¿por qué no adoptar un “diseño universal” en el desarrollo del mismo? Cuando hablamos de ”diseño universal”, nos referimos al diseño de los productos, del entorno y de los servicios generales, para ser usados por todas las personas, al máximo posible, sin requerir adaptaciones o necesitar de una ayuda especializada. El hablar de diseño universal, nos remite automáticamente a pensar en inclusión, pensar en la posibilidad del disfrute de los servicios institucionales del municipio, de una manera ágil, oportuna y posible. 

¿Por qué no tenerlo, siempre, presente en todo? Hoy contextualizamos el “nuevo” sistema de transporte Sitirío, como un espacio pensado para excluir a la población del municipio con discapacidad. No está previsto que pueda ser utilizado por personas con discapacidad, no se anunciarán las paradas por altavoces para ubicación de personas ciegas, no se contempla información en lengua de señas, por poner algunas herramientas necesarias. Los paraderos no contemplan, a futuro, que el bus tenga acceso a personas con movilidad reducida, están hechos sin rampas o con rampas mal diseñadas. 

Se podría escribir páginas y páginas de todo lo que, en Rionegro, no tiene diseño universal y de toda la improvisación que se está presentando, con el argumento de que es el progreso, un progreso donde nunca se ha pensado verdaderamente en la inclusión. Rionegro no cuenta al día de hoy con cinco lugares públicos accesibles y esto es terrible, dado como un indicador de la mala planeación de la administración municipal, pero no solo de ésta, sino de las anteriores. 

Es el momento de decir nuevamente, “acá estamos presentes, con ganas de construir sobre lo construido pero que nos escuchen y nos tengan en cuenta”. Sitirío es un proyecto de impacto futurista, que perdurará en el tiempo, es infame que no se planifique de manera accesible e incluyente y la respuesta sea que en unas próximas etapas empezará a ser accesible, etapas de las cuales no se tienen fechas. Con este panorama las personas con discapacidad no están incluidas en el debate de si el pasaje es costoso o no, de si los métodos de pago son los adecuados, de si las rutas urbanas están bien diseñadas, de si los subsidios son acordes a las necesidades de la población, etc. etc.

Hoy, solo por tomar este proyecto, pero aplica para todo lo relacionado con inclusión en el municipio de Rionegro, donde hay grandes oportunidades, pero cada día se ven más diezmadas por las miradas miopes de sus gobernantes, quienes siguen empecinados en que es un municipio incluyente, pero la población manifiesta a gritos su interés en participar y observa con asombro cómo sigue creciendo la brecha de exclusión a pasos agigantados, sintiendo que en este baile sobran y que en otros temas importantes de ciudad, ni siquiera se puede bailar.


Las opiniones expresadas en esta columna de opinión son de exclusiva responsabilidad de su autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de La Prensa Oriente

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