Leyendo: El negocio detrás de la tenencia de mascotas

El negocio detrás de la tenencia de mascotas

Hoy en día es muy común encontrarnos con la compañía de un canino en nuestros hogares. Para la mayoría, estos peluditos ocupan un lugar muy importante dentro de nuestra familia, tanto así, que según un registro extraído de la web Portafolio apoyado de cifras de Euromonitor, menciona que el valor de los alimentos y productos para estos animales ha aumentado a 84,9% en los últimos cinco años.

Por ejemplo, en 2019 se dedujo que en Colombia se comercializó un estimado de 472.648 toneladas de cuido. Estos datos solo nos ilustran la sobrepoblación canina con la que hoy contamos y el significado de la gran responsabilidad que conlleva tener un perro.

Lo único cierto, es que de estos cachorros ni el 60% tiene una vida totalmente digna.  Aspectos como el maltrato, la explotación y el abandono hacen parte de sus vidas exponencialmente. Y acá es donde me parece oportuno justificar por qué escribo estas líneas. Hace pocos meses presencié la partida de uno de los mejores exponentes de la raza Bulldog francés isabella, un perro ilustre, admirado y deseado por muchos, aparentemente lleno de muchos cuidados y “amor”, pero infortunadamente explotado con fines lucrativos.  Con su muerte nace en mí una duda: ¿será que nuestros peluditos son más un negocio que una compañía?

Pero este es solo uno de los tantos casos de aprovechamiento hacia un can. Miles de personas utilizan a sus mascotas para algo más que un acompañamiento y afecto, también buscan ganar dinero. Uno de los sucesos más controversiales que se ha podido presenciar en Colombia, que abordó este asunto y quizás podrán identificar, es el de Homero, el perro que murió durante un viaje de avión en la aerolínea EasyFly. El veterinario que atendió al animal, identificó que murió de hipotermia y falta de oxígeno al tener que viajar en un guacal en la bodega del transporte aéreo.

Su dueña, Maria Fernanda Echeverry, expresó un gran dolor por lo sucedido en sus redes sociales y este tema rápidamente se hizo viral.  Todos empezaron a exigir justicia para Homero. Pero esto no se quedó así: a los días empezaron a salir pruebas donde se señaló que su dueña lo explotaba económicamente. Una página llamada Peludos desamparados, dedicada a defender los derechos de los animales, señaló lo siguiente: “Homero era explotado por su dueña, cobraba las montas, lucraba con los hijos de Homero al venderlos al mejor postor”. Los comentarios negativos de múltiples personas y evidencias que confirmaban los hechos no se hicieron esperar.

La explotación de perros de raza se ha convertido en lo que se podría catalogar como una “mafia”. Los criaderos ilegales llevan a cabo una especie de fábrica donde simplemente necesitan de uno o dos machos y muchos vientres de hembras para reproducir cientos de veces cachorros, estas son preñadas en múltiples ocasiones hasta que ya no puedan hacerlo más. Imagina ser tratada como una máquina con fines monetarios, quedar embarazada una y otra vez, pasar por ese doloroso y arduo proceso de lo que significa un parto sin tu consentimiento y cuando ya no seas útil ser subastada o asesinada. ¿Serías capaz de soportarlo?

A continuación, te voy a contar por lo que tienen que pasar las perras en su proceso de gestación: se verán afectadas física y emocionalmente ocasionando un gran cambio en su conducta, a menudo sufren desnutrición, se genera un gran riesgo de que padezcan cáncer de mama, pueden sufrir desnutrición, rotura del útero, y pérdida significa de sangre e infecciones que podrían ocasionar la muerte.

Por otro lado, la ignorancia y no contar con la adecuada información para el apareamiento hacen que el riesgo de que los caninos pierdan la vida se incremente. Por ejemplo, un testimonio realizado por el veterinario Daniel Bohórquez, en el periódico El Tiempo, señala que los expertos nunca recomiendan hacer este proceso en el primer celo porque la perrita no está perfectamente desarrollada y podría sufrir afectaciones en su salud; por otro lado, el macho solo estará maduro a los dos años. Pero es algo a lo que poco se hace caso, en el afán de “producir”.

¿Cómo podemos hacer que estos criaderos vayan decayendo? La respuesta es contundente: adoptando.  En las tiendas y criaderos de por sí no velan totalmente por el bienestar de estos pequeños; desde espacios muy estrechos, mugrosos hasta el maltrato y abandono hacen parte de su día a día. Cada peso que dejamos en estos sitios solo hace que el tráfico de caninos y número de perros callejeros se incremente.

Recientes estudios de la Universidad de La Salle revelaron que en Colombia pueden existir más de un millón de perros callejeros. Los animales no son productos, sino vida, empecemos a tratarlos como tal. Si los animales siguen sufriendo todos estos maltratos es porque nosotros mismos fomentamos su comercialización. En los albergues hay cantidades exageradas de perritos esperando por un hogar.  Por ello, ayudemos a evitar la explotación, el abandono, la sobrepoblación y brindemos oportunidades, esperanza y mejores condiciones de vida para nuestros amigos peludos.

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