Leyendo: El Porvenir, el barrio que transformó a Rionegro

El Porvenir, el barrio que transformó a Rionegro

Con motivo de los 50 años de la fundación del barrio El Porvenir de Rionegro, la administración municipal hizo el lanzamiento del libro “El Porvenir, 50 años de construcción de sueños”, obra del bibliotecólogo e historiador Jesús Gonzalo Martínez Cardona, que muestra, no solo lo que representó este barrio desde el punto urbanístico de la ciudad, sino lo que fue para la cultura, la economía, las costumbres y en los procesos migratorios que se vivieron en el Oriente antioqueño.

El autor cuenta que lo que se buscó con el libro fue traer un poco de memoria a las generaciones de hoy y recordar a quienes han impulsado el desarrollo de Rionegro. Dice que hay muchos errores en cuanto a lo que ha sido este barrio. Por ejemplo, un hecho que considera no es de buen gusto, que se diga que el Hospital de El Porvenir tenga el nombre de Gilberto Mejía porque esa persona donó los terrenos para construirlo, cuando en realidad esos predios eran del Instituto de Crédito Territorial, es decir, eran del Estado.

Dice que se hacen atribuciones a una serie de hechos en forma equivocada sobre los orígenes del barrio. El Porvenir nació como resultado de una migración poblacional, especialmente porque se iba a inundar la mayor parte del municipio de El Peñol para construir la central hidroeléctrica, entonces muchas de las familias desplazadas por ese motivo, terminaron en Rionegro.

De otro lado, desde la gobernación se formuló el primer Plan Regulador para Rionegro en el año 1968, y debido a ese proceso de la migración, se estableció que el municipio no disponía de la infraestructura de vivienda y de servicios para atenderla, precisa el autor.

El Rionegro obrero

Adicionalmente, en el año 1960 se estableció la planta de Pepalfa en Rionegro, en 1965 llegó Coltepunto y al final de esa década llegó Fabricato, todas demandando mano de obra no calificada y muchos jóvenes campesinos de Rionegro y los municipios vecinos dejaron el azadón para trabajar como operarios de esas fábricas, lo cual generó gran expectativa regional al mirar a Rionegro como un centro para la empleabilidad.

Eso dio lugar a que el Instituto de Crédito Territorial, ICT, realizara un censo de vivienda en Rionegro y ese trabajo justificó la vinculación del municipio al Plan Nacional de Vivienda, e inicialmente se proyectó construir 200 casas y Fabio Aristizábal Marín, quien era el coordinador de adjudicaciones en el ICT, logró que el proyecto se extendiera a 3.000 viviendas.

Todo esto es la esencia del libro de Jesús Gonzalo Martínez Cardona, que busca dejar todos esos elementos para tener una idea clara de cómo se empieza a transformar Rionegro en la década de los 60, cuando se abren nuevos caminos para la localidad. Con los asentamientos industriales, Rionegro pasa de unas actividades artesanales, a una condición de obreros y cómo fue la transición del Rionegro agrario, al Rionegro industrial, todo lo cual planteó la necesidad de servicios básicos domiciliarios, de educación, entre otros.

También cambiaron las costumbres comerciales porque para la población de El Porvenir, la plaza de mercado quedaba lejísimos, se vio entonces la necesidad de un servicio de transporte y fue en este barrio donde nació el servicio de transporte urbano de Rionegro. En el libro se recrea cómo el pueblito de dos cuadras alrededor del parque, cambia sustancialmente y deja de ser una sociedad élite que vivía en el marco de la plaza, a una sociedad que se desplaza. “De muchas maneras, El Porvenir fue un gran pilar para la transformación de Rionegro, porque ahí nace el concepto del obrerismo”, comenta Jesús Gonzalo.

Otro aspecto no menos importante para la historia es que con la construcción del barrio El Porvenir, que dio cabida a muchas familias de otras poblaciones, en Rionegro se fortaleció el conservatismo, porque llegaron los conservadores de los pueblos cercanos, de manera que ya no se podía hablar del “Rionegro Liberal” que fue históricamente, porque los contrarios les quitaron varias curules en el Concejo.

Martínez se siente satisfecho con la publicación, afirmando que se logró rescatar una memoria a tiempo y no contar una historia simplemente basada en el desarrollo urbanístico, sino tener una visión amplia de lo que significó el barrio El Porvenir para la transformación de Rionegro, en muchos aspectos.

Por ejemplo, doña Marta Marín, una lideresa comunitaria del barrio, trajo a Rionegro su religiosidad y cambió el día de los alumbrados por la noche de las velitas y los faroles. Dio origen a algo que caracteriza al barrio y que se convirtió en una tradición y en un atractivo turístico de Rionegro.

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