Leyendo: Estefanía Ruíz: de Marinilla para el BMX y para el mundo

Estefanía Ruíz: de Marinilla para el BMX y para el mundo

Jerónimo Marín Naranjo

Comunicación social UCO

Email: jeronimo.marin1612@uco.net.co

Estefanía apoyaba sus pies en los pedales del caballito de acero que durante tantos años la había acompañado en el BMX, disponía su llanta delantera contra el partidor y dirigía su mirada a la primera recta de la pista. Mientras, los otros competidores se organizaban junto a ella en la línea de salida. Ya no había connacionales, tenían banderas en sus prendas, hablaban idiomas diferentes, pero compartían el mismo objetivo de Estefanía Ruiz: ganar. Tal como lo hizo en sus inicios en el pequeño circuito de Marinilla, salió con una fuerza explosiva a conquistar los saltos dobles de la pista, pero ya no estaba disputando un torneo nacional ni local; su arduo trabajo la había puesto a 12.304 kilómetros de su hogar. Se encontraba en Azerbaiyán disputando el mundial de BMX.

El bachillerato había comenzado en su vida cuando decidió dirigirse a la unidad deportiva para probar algo nuevo, tal vez una disciplina que se convirtiera en hobby con el pasar de los meses. Llegó a la pista de BMX con una bicicleta que no se acercaba a lo que usaban los deportistas de alto rendimiento ni tampoco a algunas “ciclas” que tenían otros niños de su edad, pero no fue un impedimento para realizar el primer recorrido en aquel circuito de tierra y grama. “La gente que realmente quiere y dedica tiempo, como ella, lo logra todo, porque de poder, puede cualquiera”, dice Daniel García, antiguo compañero de equipo de Estefanía, quien evoca los primeros pasos de esta joven en el deporte y también ese primer contacto con un nuevo rostro en el equipo.

Daniel hace énfasis en que el triunfo y la gloria que tiene Estefa es el fruto de sudor, lágrimas y una inversión abismal de tiempo porque “cuando ella llegó no tenía nociones básicas del deporte, o sí tenía uno que otro conocimiento, pero no era una persona que supiera demasiado del tema”, como él lo expresa.

Pasaron los meses, pero esa ambición de practicar el deporte fue más allá que un simple hobby. Lo único en lo que pensaba era que llegara las horas de entrenamiento para agarrar su bicicleta, ir y encontrarse con sus compañeros para mejorar sus técnicas de salto, velocidad, distribución de fuerzas que para una persona de su edad no es más que impulsarse, pedalear con todas sus fuerzas y seguir las instrucciones del entrenador, casi como un juego para ellos pero que empezaba a forjar una mentalidad competitiva.

Con muchos nervios compitió en sus primeros torneos locales contra caras conocidas, compañeros de equipo o de clubes de otros municipios del Oriente. No siempre pudo quedar en el podio, pero sus ganas seguían intactas para mejorar. “Ya perdí la cuenta de todos los torneos en los que he participado, pero me atrevería a decir que más de doscientos han sido. He destacado en Copa Antioquia, Copa Alcaldía, Copa Oriente, Copa Interclubes y campeonatos nacionales”, recuerda Estefanía.

La inspiración

En Medellín, ciudad que la vio competir en cuanto torneo se presentara, también nació y creció su referente, su motivación en materia deportiva, Mariana Pajón. La había visto cantidad de veces por televisión, en la internet y sabía que era un ejemplo para seguir porque era una ganadora.  Casi que reglamentariamente debía salir en las noticias con algún título en una competición internacional, y esto llenaba de expectativas a Estefanía.

Los meses se habían convertido en años y las paredes de su habitación se llenaron de medallas y sus estantes de trofeos.  Su bicicleta era de competición, su equipamiento ahora era su armadura lista para la batalla, muchas cosas habían cambiado físicamente pero su mentalidad y constancia seguían intactas como aquel primer día que recorrió la pista del municipio.

En sus 7 años de carrera, el fruto de su esfuerzo se ve reflejado en una habitación de su hogar

Para el año 2018 ya había ganado todo lo posible tanto en el ámbito local como en el nacional, por eso estaba a punto de embarcarse en una nueva experiencia: se acercaba el Mundial de BMX y ella tenía un puesto asegurado para representar al país en el exterior. Para esta joven fue un momento grato encontrarse con Mariana Pajón en las pistas de Bakú con quien pudo tener unos minutos de conversación, reflexión y ánimo para que siguiera dando lo mejor de sí misma. Estas dos mujeres deportistas compartieron la misma pista, cada una en categorías distintas, pero por objetivos iguales: alcanzar la meta y el honor para el país.

“El mundial ha sido la experiencia más enriquecedora de toda mi vida, portar el buzo con la bandera de mi país fue un honor porque quería dejar en alto los tres colores que me vieron nacer”, expresa Estefanía recordando su estadía en Azerbaiyán.

El único acompañamiento incondicional que ha tenido es el de su familia: ha sido la piedra angular en sus casi siete años de trayectoria deportiva en la cual ha recibido palabras de aliento por parte de sus cercanos. Económicamente, emocionalmente e incluso presencialmente sus familiares la han acompañado en las competencias a lo largo y ancho del país sin importar la lejanía o los viajes.

También recalca lo difícil que fue abandonar el deporte por dos años ya que sus planes se vieron redireccionados a sus estudios y a un ambiente diferente que requería más tiempo del que tenía previsto; sin embargo, no dejó deRecalca que gran parte de los logros, equipamiento, viajes y costos los ha asumido ella porque el ámbito público y estatal no se ha prestado para colaborar en su desarrollo como deportista de alto rendimiento. “Nunca he recibido este apoyo, a menos de que sea una competencia departamental o Intercolegiados porque allí sí brindan elementos, pero fuera de estas competiciones no hay más”, hace la salvedad Estefanía.

Los retos

En el último año, ha retomado su máximo nivel y se planteó un nuevo objetivo a futuro: competir en el Mundial de BMX que se llevará a cabo este año en Nantes, Francia.

Al igual que cientos de ciclistas, debe pasar por unas cuantas competencias para poder clasificarse y ponerse nuevamente el buzo tricolor, ella confía en sus capacidades, su fortaleza física y mental, además tiene muy claro que, si ya pudo representar al país en el 2018, lo puede hacer nuevamente con los años de experiencia que ha adquirido desde ese entonces.

Se acerca el momento de afrontar los compromisos deportivos mencionados y Estefa tiene toda la disposición para hacer lo que mejor sabe, competir y disfrutar esto que tantas alegrías le ha brindado.  Por eso ahora, tal como su rutina diaria, se pone su casco, alista su caballito de acero y se monta en las dos ruedas que la llevarán a su terreno de batalla: la pista de BMX.

Compartir este artículo