Leyendo: Fundación Transfigurarte: legado cultural para Marinilla

Fundación Transfigurarte: legado cultural para Marinilla

Ana Sofía Naranjo Zuluaga, Comunicación Social UCO – E-mail: ana.naranjo4902@uco.net.co

La fundación Transfiguración y Bellas Artes Transfigurarte da sus primeros pasos en el 2012 como un grupo de personas que querían darle continuidad al legado de la señorita Berenice Acevedo, una mujer muy importante de Marinilla, pues orientaba unos procesos de formación artística cada año en la casa pastoral para los niños y jóvenes del municipio. Tenía grupos de teatro y guitarra con personas que la ayudaban en este proceso. Ella pretendía abrir este espacio de formación con los niños muy vinculado con la iglesia. Los procesos eran presentados en la iglesia y se correlacionaban.

La misión de la fundación es formar niños, jóvenes y adultos en el conocimiento y practica de las bellas artes con valores, principios y habilidades para la convivencia pacifica.

Transfigurarte continúa con esa labor, la cual es acoger a los niños que quieren estar en los procesos de creación y continuar con la tradición que se tenía con la iglesia. En el 2015 constituyen la fundación legalmente como entidad sin ánimo de lucro.

La labor más representativa hasta ahora han sido los procesos de formación artística: música, danza y teatro. En algún momento del proceso han aparecido otras cosas, por ejemplo, iniciación deportiva para niños, acondicionamiento físico y algunos clubs de conversación de inglés.

La esencia de la fundación es generar espacios de formación artística que contribuye a la formación de seres humanos integrales, decentes, equilibrados y sanos, pensando los procesos de una forma en que principalmente, los niños y jóvenes, tengan un camino para conocerse para relacionarse con sí mismos, con los demás y con su entorno. El arte como un mediador en el desarrollo de los niños y jóvenes. Además, piensa en generar condiciones de más acceso para una población en situaciones económicas menos favorables.

  Diana Norela Castrillón Gaviria, socióloga de la Universidad de Antioquia, es la representante legal de la fundación desde el 2020. Es oriunda de Abejorral, pero vive hace 25 años en Marinilla. Aunque su recorrido en la fundación ha sido poco, hace una apuesta porque esta no desfallezca en las problemáticas a las que conlleva la contingencia actual. En este espacio hablará de la fundación desde la documentación y el acompañamiento que realiza:

A partir del gesto de continuar con una labor importante, ¿cuál fue la problemática que identificó este grupo precursor de la fundación Transfigurarte?

Marinilla es un municipio en el cual la tradición católica está fuertemente arraigada, lo cual hace que las celebraciones religiosas sean muy importantes y con mucha preparación. Cuando la señorita Berenice murió y no pudo continuar el proceso, quienes habían estado con ella decidieron continuarlo. Habría que remontarse a la percepción de la señorita Acevedo, si era bonito tener unos niños practicando algo o si en realidad lo necesitaban. La fundación sigue ofreciendo este espacio a los niños y jóvenes.

Al ser una entidad no gubernamental, ¿cuál es la forma de solventar el peso económico de la fundación?

“En algunos momentos se ha tenido contratos con entidades que no son de Marinilla, sin embargo todo lo que se ha hecho sí ha sido en Marinilla” Diana Castrillón

En el mundo ideal, los procesos de formación artística deben compensar para que funcione, es decir, el pago de los profesores, el espacio físico para el desarrollo de las clases y los honorarios de las personas encargadas de la fundación. En algunos momentos se tienen contratos con la alcaldía o con entidades, los cuales se realizan para el apoyo a actividades culturales. Esos contratos logran apalancar un poco la situación económica con un porcentaje bajo que permiten cobijar algunos gastos, así la fundación ha funcionado con el balance entre la escuela y las actividades externas.

¿Cuál es su perspectiva del desarrollo humano integral en la región?

El asunto del desarrollo me parece algo complejo por la misma idea de desarrollo que predomina. Tiene que ver con la acumulación material, un pueblo con mejores vías, con edificios y centros comerciales. El desarrollo humano necesariamente responde a esa idea, por lo que la tendencia es medir en el tipo de salario, las cosas que se tienen en la casa donde uno vive o el carro. Las cosas que se pueden observar de la persona.

Hay una tensión entre, me concentro en conseguir lo que necesito o en seguir un camino distinto de pensar que la plata no me resuelve la vida o no me hace feliz. Pero predomina la idea de la acumulación material.

Foto archivo: Festival de coro navideño 2020, realizado por el coro de la fundación.

¿Qué hace la fundación para cambiar eso?

La fundación hace una apuesta por todo lo contrario, porque el arte es un asunto que permite la explosión el conocimiento de sí mismo, en ser sensible como una forma de conectarse con todo.

Entonces a partir de allí, ¿cuál sería el ideal de desarrollo humano en la región?

Pienso que la sociedad está totalmente desequilibrada. Tenemos desvirtuado el valor de las cosas, el orden de las prioridades en el afán de que hay que hacer porque hay que dar resultados. Creo que el camino está en reconocerse a sí mismo y mermar el ritmo, ¿para qué nos sirve tanto afán cosas innecesarias? Hay una opción de vida distinta. No necesariamente dedicarse al arte, sino conectarse con eso sensible. Encontrar un camino que no está enfocado en la producción, en la productividad, en la acumulación material.

En otras entrevistas la fundación resalta el valor de la solidaridad. ¿Cómo a partir de ese valor llegar a un ideal de desarrollo regional integral y humano?

Es el camino que tenemos por recorrer, de entender que la competencia no nos permite resolvernos como sociedad, porque esta solo permite que el más competente para cierto asunto se resuelva de la forma que esa habilidad le permite. El camino que tenemos es comprender que asuntos como la solidaridad, la cooperación son lo que permiten resolvernos como sociedad, no como individuos.

¿Hasta qué punto debería ir la ayuda con estas personas en condiciones más difíciles para que no se convierta en alcahuetería o se encamine a la desidia?

Es una cosa muy compleja por el tipo de país que somos. Estamos muy acostumbrados a que nos resuelvan las cosas y que nos las den. Por ejemplo, nos hemos encontrado personas que ponen en duda la tarifa de 60.000 pesos, y realmente es un precio justo para poder funcionar. Es entendible que hay gente que no lo puede pagar, pero hay otra que tiene las posibilidades y no lo quiere hacer. Por ello, encontramos una medida que fuera objetiva, los que están en la categoría A del Sisbén pagan 20.000 pesos, los que están en la categoría B pagan 40.000 y el resto 60.000 pesos. También hay una política de descuentos para las familias de las cuales varios miembros toman las clases. Sin embargo, queda en la conciencia de las personas si en realidad necesitan ese descuento.

He visto que las actividades que realizan acogen un público muy amplio desde niños a adultos mayores. ¿Cuáles son las personas a las que se dirigen los servicios que presta la entidad?

Hay contratos, por ejemplo, que se realizan con centro día para hacer procesos de formación artística con los adultos mayores en manualidades o música. También se ha generado procesos de formación artística en zonas rurales. Por otro lado, es la gente que llega a la fundación. Pueden ser niños desde los tres años a iniciación musical, artística o ballet, pero también adultos a clases de técnica vocal o de cualquier instrumento. En realidad, a la fundación puede llegar cualquier persona que quiera vincularse a un proceso de formación artística.

¿Hay un movimiento estable dentro de todo tipo de público o, a pesar de ello, sí predomina el trabajo con jóvenes y niños?

Sí, totalmente. Dentro de las personas que estuvieron inscritas en 2019-2020, de una base de datos de 200 estudiantes, alrededor de 185 son menores de 18 años y 15 adultos

¿Cuáles son los planes a futuro de la fundación en un mediano plazo?

La intención es centralizar el proceso de formación artística. Además, lograr que la fundación trabaje, además de en su sede, realizar procesos en barrios y en veredas. Estamos también trabajando en un proyecto que postulamos en el Ministerio de Cultura y fue aprobado, y este año esperamos trabajar en ello. Debemos esperar la respuesta de la gente en los lugares.

Por otra parte, la fundación tiene un reto muy grande y es lograr un piso más estable. No estar tan preocupados por la cantidad de estudiantes o contratos, sino lograr una mayor estabilidad.

Además, estamos formulando varios proyectos. Hay un proyecto con la alcaldía, vamos a presentarnos a Colombia Creativa, Cocrea, un incentivo tributario que favorece a las empresas del sector cultural con el fin de conseguir recursos, realizar el festival de coro navideño y expandir un poco la labor de la fundación.

La fundación está ubicada en Marinilla en la calle 29 #34-15 en el segundo piso, al lado de la funeraria Sagrado Corazón. Se encuentra en Instagram y Facebook como @fundaciontransfigurarte. Su contacto de teléfono es 301 4387490 y de WhatsApp 319 441 1601.

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