Unos 70 hospitales de primer nivel en Antioquia, podrían suspender servicios en el mes de octubre si las EPS,s no les cancelan las deudas pendientes, según advirtió en entrevista con La Prensa Oriente el gerente del Hospital San Juan de Dios de Rionegro, Luis Carlos Mejía Quiceno.
Indicó el directivo que puntualmente este centro asistencial no ha entrado en una crisis tan profunda como los demás hospitales públicos del departamento y la nación, porque tenían unas reservas y se han estado defendiendo, pero tienen una disminución en los ingresos, porque los recaudos están llegando por debajo de lo que han facturado y esto los desequilibra financieramente, hasta tener problemas con el funcionamiento.
“El 80% de la red pública hospitalaria en Antioquia no tiene cómo funcionar y cada día la situación empeora. Yo tengo la tranquilidad de que en uno o dos meses se salga de este escollo, porque vamos a sentir este coletazo grande que está sufriendo toda la infraestructura hospitalaria del país”, precisa el gerente.
El Hospital San Juan de Dios de Rionegro, que es de segundo y tercer nivel dentro de la red hospitalaria, sufriría las consecuencias si se cierran hospitales de primer nivel de los municipios, porque los pacientes se remitirían para Rionegro en un estado más crítico por falta de atención oportuna.
“Hoy por hoy, a pesar de que tenemos la nómina al día, que es lo más importante para mí como Gerente, nos estamos atrasando con los proveedores de los insumos hospitalarios y sigue el incumplimiento con las transferencias de las EPS,s. Vamos a tener problemas con el suministro de los materiales que necesitamos y con los medicamentos. Es una crisis profunda, las EPS,s dicen que la Administradora de los Recursos del Sistema de Seguridad Social en Salud, Adres, no les ha pagado, que las transferencias son mínimas y que por eso no nos cumplen a los Hospitales y sufrimos las consecuencias para atender a los usuarios. Esperamos que el gobierno nacional tenga en cuenta esta situación, porque si en un mes no llegan los recursos, en Antioquia se cerrarían unos 80 hospitales, porque no tienen cómo funcionar. Algunos tienen la nómina atrasada, los proveedores no les están entregando insumos, de manera que la situación es insostenible, aunque no es el caso nuestro, pero si no recibimos recursos, habrá que comenzar a cortar algunos servicios que nos generan gastos”, explica Mejía Quiceno.
Informó el gerente que el Hospital San Juan de Dios de Rionegro, que es referente regional, tiene una cartera de más de 57.000 millones de pesos, que es demasiado alta y algunas cuentas son de difícil recaudo, porque Medimas, que se declaró en insolvencia, les debe 4.500 millones de pesos; Coomeva está en liquidación y les quedó debiendo 8.000 millones de pesos y es dudoso que se recuperen y también entró en liquidación Ecopsos, que debe al Hospital 4.500 millones de pesos, igualmente de dudoso recaudo y Savia Salud les debe 18.000 millones de pesos, que también están en riesgo de recaudo. “Aunque el Hospital no busca utilidades sino una rentabilidad social, vamos a tener problemas graves de funcionamiento”, afirma el médico Mejía Quiceno.
El giro directo
En la reforma al sistema de salud que ha propuesto el gobierno nacional, se contempla que la administradora de Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud, Adres, gire directamente el dinero a los Hospitales e IPS, sin la intermediación de las Empresas Promotoras de Salud, para que el proceso sea más ágil.
Consultado sobre esta iniciativa, Mejía Quiceno considera que eso tiene sus más y sus menos. “Es ventajoso para los Hospitales que los recursos no hagan tránsito por las EPS,s, pero también hay que ser claros, hay hospitales mal manejados, con mucha corrupción, con mucho despilfarro y también serían un saco roto frente a los Hospitales que son eficientes y por lo tanto tiene que haber una buena vigilancia desde el punto de vista de la facturación, para que algunos no vayan a facturar el doble de lo que facturaban, muchas veces con cuentas ficticias, como lo ocurrido en un hospital de la Costa que facturaba por atención a hemofílicos, cuando no existían hemofílicos y facturaban miles de millones de pesos. Es muy riesgoso y hay que saber manejar esos dineros porque no se pueden entregar a la topa tolondra”, sostiene el gerente del San Juan de Dios de Rionegro.
Agrega que lo otro es que algunas EPS,s tienen sus propias clínicas y van a querer que les paguen primero, perjudicando a los hospitales del sector público.
Falta personal para salud mental
Sobre el incremento de las patologías relacionadas con la salud mental después de la pandemia, el gerente del Hospital de Rionegro afirma que hay un cuello de botella, porque no se tiene atención especializada en esa materia, no hay psiquiatras o psicólogos que estén abordando los temas de depresión, del trauma pospandemia.
Además de que no se cuenta con recursos para contratar ese personal especializado, en el Oriente tampoco se consiguen profesionales de esas ramas, que es lo más complicado, según afirma el gerente. Indica que la problemática de la salud mental no se puede cuantificar, porque las personas no expresan el trauma que tienen, pero si se aprecian más intentos de suicidio y más depresión en algunos sectores de la población.
Aumento de la demanda de servicios
Recientemente, el Hospital San Juan de Dios de Rionegro puso en servicio la nueva unidad de Urgencias, pero no fue suficiente debido al crecimiento de la demanda. “Tenemos un crecimiento exorbitante de la población, no solo en Rionegro, sino en todo el Oriente, donde la actividad constructiva es muy alta. Mientras en el país ha bajado en un 65%, en el Oriente ha aumentado al doble y la infraestructura hospitalaria se queda corta. Somer no crece, San Vicente Fundación no crece, nosotros crecimos en un 20%, pero es insuficiente, así hagamos dos urgencias más”, indica el gerente del Hospital.
Explica que cuando aumenta la demanda tan considerablemente y la capacidad instalada no crece, la atención no es la mejor, no es oportuna, ni de calidad. “En este Hospital hay días en que no se encuentra siquiera una silla desocupada para examinar un paciente, de manera que hay grandes esperas, sobre todo cuando no es una patología urgente, sino que son patologías comunes, que pueden dar espera de cinco o seis horas, pero las personas no comprenden esta situación”, afirma el funcionario.
De otro lado, el gerente informa que tienen estadísticas que indican que de 100 personas que acuden a los servicios de urgencia, solamente ocho son verdaderas urgencias, el resto son consultas prioritarias, que deberían ser atendidas en los consultorios de las EPS,s.