Andrés Hoyos Sandoval. Comunicación social UCO.
Desde la necesidad de un hogar se generó lo que sería el empleo de miles de personas en Colombia. Juan Manuel Monsalve Monsalve es una de esas miles de personas que, desde hace muchos años, obligado por su condición precaria, se levanta todos los días a buscar el sustento para su hogar en las basuras, para pasar de convertir los desechos en oportunidades. Obligado por las necesidades que pasaba en su hogar, hace veinte años Juan comenzó a consolidar el reciclaje como un proyecto de vida.
“Había quedado desempleado y mi esposa me dijo que saliera a reciclar para poder hacerme el jornal y tener para lo del día. Al principio fue difícil, pero fui cogiéndole cariño al trabajo. Ya llevo 20 años trabajando y amo lo que hago, tanto que ahorré para mi propia carreta” aclara Juan Manuel Monsalve, reciclador en Planeta Verde.
La mayoría de los recicladores están en su oficio por condiciones de pobreza o porque en el desplazamiento forzado del conflicto armado no vieron otra alternativa que reciclar. Esta situación ha llevado a una concentración de personas en los grandes centros urbanos, quienes, en su condición de vulnerabilidad, se ven obligados a insertarse en dinámicas de sobrevivencia en el sector informal de la economía. En este contexto, la actividad de recuperación de residuos sólidos se ha convertido en una alternativa para la generación de ingresos de un importante número de personas.
Así, Juan Manuel Monsalve, junto a su esposa y con el apoyo incondicional que ella le ha brindado a lo largo de su matrimonio, decidieron emprender juntos como proyecto de vida.
“Yo estoy muy contenta y agradecida con esta labor que estoy haciendo porque gracias al reciclaje hemos podido construir nuestra propia casa”, anota Marta Ligia García, esposa de Juan Manuel Monsalve y también recicladora en Planeta Verde.
Planeta Verde
A mediados del año 2000 nace una cooperativa de trabajo asociado de reciclaje que ayuda a más de cincuenta recicladores de Rionegro, donde uno de los comienzos para esta organización fue la llegada de víctimas residentes de los municipios que fueron golpeados por la violencia. La cooperativa comenzó con una base social de 10 recicladores. Ahora es de 90 recicladores de oficio, los cuales distribuyen sus actividades en la ECA (estación de clasificación y aprovechamientos) y en las calles del municipio de Rionegro.
“Planeta Verde nació para proteger los derechos de los recicladores y generar empleo para la población vulnerable. Además, Rionegro no contaba con un plan de contingencia de donde se depositaran los residuos, por lo que vimos una oportunidad allí”, dice Marta Elena Iglesias, gerente de Planeta Verde.
No ha sido fácil, “al principio me daba algo de pena salir a reciclar , así como mi esposo lo hacía, porque la gente lo mira a uno raro; entonces, yo les digo: ‘no me miren feo, que yo soy más limpia que ustedes, porque yo los estoy limpiando’. El hecho de que seamos recicladores y sea un trabajo donde nos ensuciemos las manos, no quiere decir que no merezcamos respeto”, anota Marta Ligia García.
Los recicladores se sienten amenazados
El Decreto 596 de 2016 estipula que para las personas recolectoras de residuos debe existir otorgamiento de subsidios a las personas de menores ingresos, que hacen parte de la prestación de servicios públicos, dado que este Decreto establece que debe existir promoción y apoyo a las personas dedicadas a este servicio.
Por esta causa, muchas personas empezaron a interesarse en el gremio, incluyendo personas naturales de bajos recursos y organizaciones privadas. Esta situación ha dado pie para generar desafíos en las organizaciones que no están tecnificadas o no cuentan con la infraestructura del sector privado.
“En Rionegro la amenaza está latente, porque hay una empresa creada, supuestamente por los recicladores, pero no tiene un solo reciclador en su base social y proporciona el servicio. Lo peor de todo es que la compañía tiene la aprobación del gobierno local”, asegura Marta Iglesias.
La batalla no solo ha sido con esa empresa, sino también con la Alcaldía, porque son estas entidades las que apoyan y dejan acceder a las rutas y a los materiales. La corte constitucional aprobó el Decreto en que los recicladores son población vulnerable por su condición de pobreza. Al haberse aprobado este decreto, se dio pasó a una problemática y es que el gobierno municipal cumpla con los mandatos constitucionales. Ahora, como el mandato exige que se le debe pagar a los recicladores por su labor social, la ambición de muchos empresarios fue notable, pues surgieron empresas privadas enfocadas al aprovechamiento de residuos.
Muchos recicladores se vieron desplazados por esta situación, pero según el Decreto 596 determina que la competencia es libre, es decir, las empresas que estén enfocadas a la recolección de residuos sólidos están en libre competencia, pero “¿cómo va a competir un hombre con un costal al hombro bajo el sol ardiente contra un camión que puede recorrer varios kilómetros y hacer la recolección en menos tiempo? Debería ser competencia cuando todos están en las mismas condiciones, pero no existe igualdad. Además, tenemos claro la filosofía con respecto a la cooperativa y, a nuestros principios con nuestros objetivos. Planeta ha sido muy claro: trabajamos para el movimiento de recicladores. Le debemos ese movimiento, y no vamos a desviarnos de eso”, enfatiza Marta Elena Iglesias, gerente de Planeta Verde.
El derecho de los recicladores
El panorama actual puede ser algo sombrío. Aunque las grandes empresas ven al hombre como materia prima, para Planeta Verde es una organización que no solo se enfoca en proteger los derechos de los recicladores, sino que también busca brindar una integralidad desde el ser y hacer para sus trabajadores. “Nosotros buscamos que el reciclador se supere en su vida. Para ello, hemos realizado capacitaciones junto con el SENA, hemos logrado formación para la finalización de la secundaria, incentivos para quienes logren recolectar más, según sus metas fijadas con antelación, ayudas alimenticias, servicios exequiales para los trabajadores y su familia”, afirma Marta Elena Iglesias.
Planeta Verde, no pierde su horizonte y sigue luchando por su misión: crear dignificación y conservar los derechos de los recicladores, pero más que eso crear consciencia en la sociedad y valorar más lo que significa reciclar. Es una labor social y ambiental que se ejecuta en sincronía y es lo que precisamente hace el reciclador. Si la sociedad adoptara el buen uso del reciclaje y la correcta separación de los residuos, haría más digno el trabajo del reciclador.