Cornare y el Instituto Alexander von Humboldt presentaron los resultados del primer Inventario Participativo en Antioquia, que arrojó más de 694 imágenes de fauna silvestre captadas y el registro de 316 especies, como algunos de los datos científicos recogidos por 15 familias campesinas, socias del esquema BanCO2, ubicadas en la cuenca media del río Claro, entre los municipios de San Francisco y Sonsón.
Hace aproximadamente dos años surgió esta iniciativa con el fin de aterrizar el modelo de ciencia participativa entre las comunidades campesinas de la jurisdicción de Cornare, a través del inventario de ecosistemas como peces, anfibios, reptiles, mamíferos, macroinvertebrados, plantas e insectos.
Para lograr esta iniciativa se unieron investigadores del Instituto Humboldt y Cornare, profesionales de la Universidad de Antioquia y la Universidad Católica de Oriente, consolidando un piloto que permitió llevar a cabo esta idea al campo del Oriente antioqueño con la participación de la comunidad y los socios de BancO2, dando respuesta a las inquietudes y llevando la ciencia de forma cercana y entendible como mecanismo para generar arraigo y empoderamiento en las comunidades. Hasta la fecha se han logrado registros de especies como el tigrillo (Leopardus pardalis), el guatín o conejo (Dasyprocta punctata) y la comadreja (Eira barbara).
David Echeverri, Biólogo del Grupo Bosques y Biodiversidad de Cornare, expresó en su intervención que, “con este inventario participativo se busca establecer un diálogo de saberes entre la comunidad científica y los campesinos que conservan esta zona del corredor kárstico a través del esquema BanCO2. Queremos que las comunidades participen activamente de la toma de datos y que los registros hagan parte de los sistemas de información de biodiversidad del país”.
Asimismo, la directora del Instituto Alexander von Humboldt, Brigitte Baptiste, explicó que esta es la primera experiencia de inventario participativo que se realiza en el país con especial cuidado, “lo más importante de este trabajo con las comunidades es el mensaje de que la biodiversidad debe ser manejada y protegida por la gente que convive con ella, pues son los primeros interesados, responsables y capaces de reservar un patrimonio que es de toda la humanidad”.
Esta experiencia se dio a través del uso de la tecnología, es por esto que Cornare invirtió cerca de 200 millones de pesos para el desarrollo del proyecto y la adquisición de cámaras trampa ubicados en zonas estratégicas de sus predios para captar imágenes de las especies, además de tabletas para procesar información y tomar fotografías, y binoculares para todas las familias campesinas.
“Los protagonistas de este proyecto fueron campesinos que cambiaron su machete y azadón por las cámaras trampa o binóculos, familias que cambiaron su tradición campesina por un momento y se volvieron científicos para enseñarnos la verdadera dimensión de la flora y la fauna de sus comunidades”, expresó el director de Cornare, Carlos Mario Zuluaga Gómez.
Por su parte, la secretaria de medio ambiente de Antioquia, Lucy Rivera Osorio, estuvo presente en la socialización de estos resultados y se comprometió públicamente a destinar $100 millones para que sean utilizados en estos procesos de conservación que involucran comunidades rurales, “la idea es seguir apoyando este tipo de iniciativas y por eso desde la Secretaría les hemos propuesto un recurso para ver si consolidamos corredores biológicos como el de los felinos”, dijo la funcionaria de la Gobernación.
Durante este primer piloto, que contó con la participación de 45 personas, entre ellos, niños, jóvenes y adultos, se logró el registro de 316 especies, entre las que se encuentran 119 aves, 15 mamíferos, 93 plantas, 21 reptiles y 18 peces, pero lo más importante fue lograr que la comunidad se empoderara del proceso.
Testimonios
“Primero cuando escuchábamos los tigrillos éramos desesperados por saber cómo los íbamos a contrarrestar y ya hoy sabemos dónde están ubicados, gracias a las cámaras trampa podemos hablar de ellos, conviven con nosotros y los defendemos”, relató José Cárdenas, habitante de la vereda La Hinojosa de San Francisco.
“Mi nombre es Remigio Antonio Marín, soy de la vereda La Fe del corregimiento de Aquitania, hago parte del proyecto inventarios participativos con cámaras trampa, yo me metí al proyecto porque me gustó la idea de cuidar la naturaleza y los animales, lo que son aves y animales de toda especie. Un día tuvimos una reunión con Cornare y Humboldt, y nos dieron unas cámaras para ponerlas en el bosque para coger todas las especies de animales que pasen por ahí, menos ranas y culebras porque son de sangre fría”, relató por su parte, Remigio.
“Un día vinieron los de Cornare y me entregaron una tablet y yo no sabía ni prenderla, pero aprendí, y cada vez que puedo me gusta tomarle fotos a los animales y a las plantas. Ya he tomado más de mil”, expresó Mariela Cárdenas Escobar de la vereda La Hinojosa.