A Leonardo Valencia Soto, comunicador social, egresado de la Universidad del Quindío, le diagnosticaron una enfermedad en sus ojos, entre los que se encuentra catarata congénita y distrofia de córnea. Su porcentaje de visión es del 5% sobre el ojo derecho, y 0% sobre el izquierdo. Leonardo, de la mano con la Corporación Ambiental, trabaja ahora por la población con discapacidad mediante un proyecto de inclusión.
Dice el funcionario, que Carlos Mario Zuluaga, director de Cornare, lo invitó hace dos años a acompañar un proceso que se llama Cátedra de educación ambiental incluyente y por la paz, un tema que busca que de las tres horas de ciencias naturales que se dictan normalmente por semana en los colegios, se le invierta una, al tema ambiental. “Cornare lo que está haciendo es entregar este tipo de información para que los niños puedan acceder a esta”.
“La cátedra ambiental apunta al ejercicio de ser incluyentes, todos necesitamos los recursos naturales y ellos nos ponen en igualdad de condiciones. Por eso vamos a capacitar sobre cambio climático, crecimiento verde, entre otros, con todo un kit pedagógico”, expresó el director general de Cornare, Carlos Mario Zuluaga Gómez.
La cátedra de Educación ambiental incluyente y por la paz, está diseñada en 12 módulos de aprendizaje que se proponen para ser trabajados en una hora semanal, en la que los niños, jóvenes y adultos de la educación formal tendrán la oportunidad de adquirir una cultura responsable con el medio ambiente.
Según expresa Leonardo, lo que hace Cornare es entregar cartillas acorde a lo que se está manejando en sistema braille para que los niños que no tienen la posibilidad de ver, puedan compartir y discernir, a través del tacto, bajo la misma información. Además, la corporación ha elaborado unos juegos didácticos que enriquecen lo que la cartilla no tiene.
Uno de los módulos que componen la cátedra ambiental es el de Meliponicultura, donde a través del comportamiento natural de las abejas sin aguijón y con el fin de proliferar esta especie, los estudiantes fortalecerán su crecimiento personal con énfasis en los valores.
Se ilustran temas como gestión del riesgo por medio de juegos como el triqui y la lotería. Cuentan también el mapa del Oriente antioqueño para que los niños conozcan el territorio y se apropien de la situación. Juegos como el laberinto, el parqués y el concéntrese, para que los niños vayan manejando el sistema braille, van jugando, aprendiendo y se van enamorando de este sistema y van adquiriendo el conocimiento en el tema de la conservación, que es lo que finalmente busca la Autoridad Ambiental.
Leonardo Valencia, concluye que “la gente está muy enamorada del proyecto. Hoy en día se está trabajando la educación bajo el decreto 1421 de 2017, donde se habla de la educación incluyente, donde el docente dentro de su salón debe incluir a todos los niños sin importar qué discapacidad tenga, entonces ha sido muy importante el impacto social que está adquiriendo el proyecto, porque estamos llegando a ese alumno que necesita el material, a ese profesor que no sabe cómo enseñar y al padre de familia que piensa que su hijo está siendo excluido de una sociedad”.