Por: Laura Salazar Ríos
Comunicación Social UCO, salazarshap@gmail.com
El municipio de Concepción o “La Concha”, como se le llama popularmente, se caracteriza por tener calles empedradas, chambranas y portones en madera, techos en teja de barro, casas tradicionales antioqueños y charcos. Es uno de los municipios más hermosos de Antioquia, patrimonio histórico y cultural de Colombia desde 1999.
El río Concepción atraviesa todo el municipio de esquina a esquina. Conecta con el charco Los Payasos, ubicado a dos cuadras del parque principal.
“Reina de los cielos, madre de la misericordia, abogada y refugio de los pecadores”. Con esta oración le rezan a su patrona, la Virgen de la Inmaculada. Es un municipio reconocido por ser devoto. En cada esquina no puede faltar un altar del Divino Niño o la Inmaculada, adornado con rosas. Si por algún motivo llega a faltar, los concepcioninos no se sienten seguros.
Una situación incómoda se presentó en 1860 en la que literalmente el ser superior y las almas fueron demandadas, al ser propietarias de la iglesia, pues en acuerdos jurídicos debía ser representante aquel que pudiera ser palpable. Según la sentencia 0151 de 2012, mediante la cual el juzgado primero civil del circuito de Rionegro le concedió al pueblo los derechos de propiedad del terreno y de la iglesia a la parroquia La Inmaculada Concepción.
La señora Aguilar, como le gusta que le digan, dice que su local es el lugar en donde usted puede encontrar toda la historia de Concepción, desde los más antiguos periódicos hasta las máquinas de coser que usaban en 1880 los habitantes de la Concha. También, vende todo tipo de productos o bebidas. Su local se encuentra ubicado en la esquina sur de la Catedral de la Inmaculada Concepción.
De las 24 veredas, aproximadamente el 70 % de los 4.464 habitantes de la Concha, son campesinos. Se levantan a agarrar su sombrero y su azadón para trabajar arduas horas al día, pues de ellos depende la economía del municipio. Papa, maíz, frijol, café, fresa, uchuva, caña, panelera, tomate de árbol y aguacate son algunos de los cultivos de los que se sustentan. Sin embargo, no todo es trabajo, después de laborar llegan al pueblo y se toman un café y se comen una empanada de arroz, apenas para soportar temperaturas de 15 grados centígrados en la mañana.