Liley Xiomara Ortiz
Comunicación social UCO, lileyxiomara.ortiz@gmail.com
Margarita Palacio es una mujer de 62 años, madre de 2 hijos, quien hace algunos años, mientras ejercía su carrera como ginecóloga, fue sorprendida con la noticia de un cáncer, una expectativa de vida menor a 5 años y una jubilación adelantada. En vez de tirarse a la pena o lamentarse, esta carmelitana se dedicó a darle rienda suelta a su creatividad y entusiasmo por la vida, aprendiendo y realizando diversas actividades, como la elaboración de macetas de concreto, esculturas en alambre, tejidos e incluso cuenta con un emprendimiento de alimentos orgánicos saludables.
Empezar estas actividades fue una forma de terapia contra su desempleo, de sentirse útil y entretenerse buscando hacer actividades diferentes. Este giro inesperado en su vida le abrió múltiples puertas y le permitió darse cuenta de habilidades que no sabía que tenía y de su creatividad.
“Hay que aprovechar todas las oportunidades que nos da la vida, transformar los inconvenientes, los obstáculos en posibilidades. Uno tiene la capacidad de reinventarse, de aprender a soñar, y los sueños tienen que tener mi talla, mi estatura, mi piel. Tenemos que preguntarnos, ¿yo de qué soy capaz?”, dice Margarita.
“A mis hijos les he dicho: quiero que sean como pájaros libres. Así los quiero, la libertad y autonomía son fundamentales. Segundo, no hagan nada de lo que no estén convencidos y nada de lo que crean que se pueden arrepentir. No es ‘no meta la pata’: si está convencido que es por ahí, métase; si se equivoca, se equivocó y ya”.
Explica que, aunque su carrera le apasionaba y podía ayudar a otras personas, su retiro le permitió hacer y amar más actividades. “Yo amo esto que estoy haciendo ahora. La vida es una sola para habérmela gastado haciendo siempre lo mismo. Qué bueno que tuve la oportunidad de hacer una cosa diferente”, comenta con una sonrisa.
Actualmente tiene un emprendimiento de mercados saludables con su hijo Alejandro Orozco de 30 años. “Ella me enseñó que hay que luchar por lo que uno quiere, siendo perseverante y al mismo tiempo viviendo la vida, la vida que nos tocó con la cabeza en alto y siempre hacia adelante”, afirma su hijo. Y agrega que estas actividades no solo le ayudaron con el desempleo, sino que también en su labor como madre. “Ella me transmite dedicación, amor por lo que hace, capacidad de hacer y terminar las actividades siempre emprendiendo y liderando, amor por las personas cercanas, apoyando y manteniendo disciplina”.
Por su parte, Santiago Palacio, de 26 años, describe a su tía y madrina como alguien que ayuda a todos, tiene muchos conocimientos, muy amable y una lideresa que siempre saca lo mejor de las personas: “Ella es una persona muy comprometida con todas sus cosas, sus labores, con los amigos, con el trabajo. Uno la conoce y aprende, es un ejemplo para seguir”.