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Retos Sociales en el Oriente Antioqueño: Desafíos en una Región en Crecimiento

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Por: Paula Andrea Bernal Cardona

Desarrollo y progreso son dos palabras ligadas a las dinámicas que ha tenido el Oriente Antioqueño en los últimos años. Sus habitantes, las organizaciones, el estado, los sectores económicos y la academia han contribuido a superar paso a paso los rezagos de la violencia. Pero hoy a pesar de ese desarrollo, hay que poner el foco en los retos sociales que tiene la región, en superar las condiciones de inequidad que viven algunos municipios.

En el Oriente habitan alrededor de 800 mil personas. Es la zona del departamento con el menor indicador de pobreza, la tasa más baja de desempleo y avances importantes en términos de infraestructura, calidad de vida y servicios públicos. 

Esto no significa que esté alejada de retos y necesidades en sus comunidades, la región encabeza las problemáticas en salud mental en Antioquia, a su vez es el segundo territorio en el cual es más evidente el cambio en la pirámide poblacional por el envejecimiento de su población y no se puede dejar de lado la pobreza, aunque se tiene el menor indicador del departamento, hay municipios por fuera de la zona del altiplano donde la mitad de su población vive en esta condición.

La mirada al diagnóstico de salud mental

Las barreras en el acceso, uno de los desafíos a enfrentar

La región conocida por su desarrollo económico y calidad de vida enfrenta un desafío crítico en términos de salud mental. Según el diagnóstico establecido en el Plan de Desarrollo de Antioquia el Oriente, registra la tasa más alta de intentos de suicidio en el departamento de Antioquia, con 79 casos por cada 100.000 habitantes, superando al Valle de Aburrá que presenta 74 casos por 100.000 habitantes. 

El alto número de intentos de suicidio es una señal que indica la necesidad de una revisión profunda y acciones inmediatas para abordarla. El programa de psicología de la Universidad Católica de Oriente se ha interesado por el estudio de los problemas en salud mental en la región. Algunas de las investigaciones arrojan evidencias que permiten analizar diferentes contextos. Una de estas, adelantadas en alianza con la Administración Municipal de Rionegro muestra que para el 2021 en esta localidad se reportaron 85 casos de intentos de suicidio.

De esos 85 casos, la gran mayoría están relacionados con problemas de pareja, otros por problemas económicos y laborales.

“El reto para el Oriente Antioqueño es claro, existen políticas pertinentes a nivel nacional, departamental y ahora con enfoque territorial, pero los recursos aún no llegan a las poblaciones más vulnerables. No hay cobertura suficiente del sistema de salud, menos aún del Sistema de Salud Mental. Es difícil el acceso a profesionales como psicólogos o psiquiatras. Un sector de la población prefiere salir del sistema y buscar ayuda de forma particular, pero aun así es difícil acceder a los servicios”, indicó Paula Cristina Ríos Zapata, docente e investigadora del programa de psicología de la Universidad Católica de Oriente.

El diagnóstico es visible, en municipios como Marinilla en los cinco meses de este año ya se superó el número de tutelas interpuestas de todo el 2023. La gran mayoría de estas tutelas están relacionadas con la salud mental. La Asociación de Personeros del Oriente Antioqueño está alzando la voz sobre este tema, haciendo un llamado al trabajo conjunto. 

El gran número de las acciones de tutela que hemos tenido durante este año, tienen que ver con temas de salud mental. Este es un llamado no solo a las entidades prestadoras de salud, sino a las administraciones municipales para que, de forma articulada, empecemos los programas de promoción y de prevención que nos permitan tener una población con una salud mental adecuada”, aseguró Rodrigo Echeverry, personero de Marinilla y presidente de ASPOA. 

El abordaje también pasa por el consumo de sustancias psicoactivas, en el año 2020 en alianza entre la Universidad Católica de Oriente y la Gobernación de Antioquia se evaluaron 930 adolescentes escolarizados, con una media de edad de 14 años, residentes en 8 municipios del Oriente Antioqueño. El 55.8% de los adolescentes considera que algunos estudiantes llevan, prueban o se pasan droga entre ellos dentro del colegio, el 10.2% indica que alguna vez le han ofrecido droga en el colegio, mientras el 19.2% dice que se la han ofrecido en fiestas o discotecas. El 85.7% tiene una percepción de riesgo alto del consumo frecuente de cocaína.

“Con relación a los problemas en salud mental, se encontró que el 16% de estos jóvenes ha tenido la intención de causarse daño de manera intencional entre 1, 2 y 3 veces. Y el 20% de ellos ha pensado alguna vez en suicidarse. Los adolescentes se encuentran dentro de la población vulnerable para dichos eventos. Ante tal panorama se hace prioritario el trabajo desde una perspectiva intersectorial en prevención y detección temprana de depresión, ansiedad, violencia y consumo de sustancias psicoactivas”, enfatizó la docente.

La creación de más centros de apoyo psicológico, la implementación de políticas públicas que aborden la salud mental, la capacitación de profesionales, la eliminación de las barreras de acceso a la atención son algunos de los retos que hay para enfrentar este desafío.

La atención a los adultos mayores, en medio de la tendencia de envejecimiento de la población

En la región habitan alrededor de 124.000 adultos mayores de 60 años

El Oriente no es ajeno al reto que se visualiza en el mundo y en el país en general: Un cambio en la pirámide poblacional. En los próximos años, se espera un aumento significativo en la población mayor y una disminución en la población joven. Sin embargo, en la región este cambio ya es evidente, los adultos mayores de 60 años representan el 17% de la población (124.195), presentando una proporción de adultos mayores superior al promedio departamental. Por otro lado, la población de primera infancia es el porcentaje más bajo de Antioquia, con un 8% (55.807). 

Proyecciones del programa, Antioquia Cómo Vamos, indican que para el año 2030, la población mayor de 60 años en el Oriente antioqueño alcanzará las 150.147 personas, representando el 20% de los 747.331 habitantes que se estima residirán en la subregión para ese entonces. En contraste, en el año 2005, la población en este rango de edad era de 56.972 personas.

En 6 años se estima que El Retiro (6.027), La Ceja (14.596) y Rionegro (30.510) tengan unos 52.133 habitantes mayores de 60 años; es decir, un tercio del total de la población mayor de 60 años de todo el Oriente antioqueño.  

“Esto nos muestra la necesidad para gobiernos, sociedad y mercado en pensar cómo impulsar la economía plateada; así como los sistemas de cuidado, los gobiernos deben concentrarse en las demandas sociales de esta población como el cuidado, la dotación de infraestructura social con oferta académica, lúdica y cultural para este segmento poblacional. Pensar en clave de economía plateada, entendida como el conjunto de actividades económicas relacionadas con la población adulta mayor para satisfacer sus necesidades específicas y promover su bienestar y participación en la sociedad”, indicaron desde el programa Antioquia Cómo Vamos.

El cambio demográfico se debe a dos factores principales: la disminución de la tasa de natalidad y las mejoras en el acceso a servicios de salud, que han incrementado la esperanza de vida. Se suma la gran cantidad de población que está llegando al Oriente Antioqueño, con expectativas de una vida más tranquila, lejos de las externalidades negativas atribuidas a las urbes como: contaminación, ruido y congestión.

Economía y desarrollo con equidad

Las realidades distan entre subregiones

Hablamos de una región con un desarrollo notable e indicadores muy positivos, teniendo presente que hoy el Oriente Antioqueño tiene la menor tasa de pobreza del departamento. Sin embargo, la mirada debe ir más allá de los municipios del altiplano, en los cuales las realidades son distintas.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) establece que en Antioquia se considera que una persona se encuentra en situación de pobreza si su ingreso mensual no supera los $366.566 pesos, cifra que representa el costo de la canasta básica de bienes y servicios en el departamento. De igual manera, el DANE define la pobreza extrema como la condición en la que una persona tiene un ingreso mensual inferior a $153.700 pesos.

Los contrastes son notables, La Ceja del Tambo y El Retiro tienen los menores indicadores de pobreza multidimensional, según los datos de Antioquia Cómo Vamos, con un 4% y 5% respectivamente. Cifras que distan de las realidades en municipios como Argelia, Alejandría y San Francisco que tienen la mayor incidencia de pobreza monetaria, con prácticamente la mitad de su población en esta situación, lo que corresponde a un (50%,45% y 44%).

En términos de desempleo el Oriente Antioqueño tiene la menor tasa del departamento (3,7%), la cual se concentra mayormente en el área urbana. Con una importante fuerza laboral, pero no se debe pasar de largo el indicador de jóvenes NINI- Ni estudian, ni trabajan– un 23%, igualando el promedio del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

En el marco de la ejecución de los planes de desarrollo, resulta crucial enfocar esfuerzos en abordar estos desafíos prioritarios.

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