Leyendo: El Rionegrero, 40 años en la memoria de los antioqueños

El Rionegrero, 40 años en la memoria de los antioqueños

El Oriente antioqueño conmemora los 40 años del periódico El Rionegrero, que desde el año 1981 ha sido testigo de todos los aconteceres de la región, brindando información oportuna y de calidad, gracias al legado que dejó su fundador Jairo Tobón Villegas, quien falleció en el año 2018, pero que desde siempre ha permanecido en los corazones y en la historia del territorio, por su increíble desempeño en el periodismo colombiano, por su perseverancia y trabajo incansable.

A pesar de que el maestro Tobón ya no se encuentre más, El Rionegrero continúa haciendo historia entre la memoria de los antioqueños, gracias a su esposa Luz Stella Serna Gallego, quién tiene en sus manos la dirección del medio, y ahora celebra los 40 años de vida de un periódico que no se detiene.

Luz Stella Serna

Luz Stella habló con La Prensa Oriente, sobre el camino que ha trazado El Rionegrero en la región y el legado que marca la historia del periodismo en el Oriente antioqueño.

  • ¿Por qué cree usted que se ha destacado El Rionegrero en la región?

-Por su trayectoria, 40 años de constancia hablan por sí solos. Es un periódico que conserva la tradición y los contenidos comunitarios, ya que es muy entregado a sus habitantes, brindándoles información oportuna y un espacio para que se expresen.

  • ¿Cuáles son los valores principales del medio?

-El respeto a los derechos humanos, la ética, la defensa de la historia, la cultura y patrimonio.

  • ¿Cómo ha visto los cambios de la región desde que inició en el medio hasta la actualidad?

-Dejamos de ser un pueblo para convertirnos en una ciudad, evidencia de ello es el crecimiento urbanístico y las infraestructuras; sin embargo, en varios aspectos como: lo cultural y patrimonial, lo político, lo económico, la salud y la educación, aún hay mucho camino por recorrer, y una tarea ardua por cumplir para asegurar a nuestros habitantes mejor calidad de vida.

  • ¿Qué ha sido lo más difícil de enfrentar como directora en época de pandemia?

-Los contratiempos de sostenibilidad económica, como empresa y la consecución de las noticias de la manera directa, por las mismas restricciones del momento.

  • ¿Cómo ha evolucionado El Rionegrero en estos 40 años? 

-En estos 40 años, el periódico ha evolucionado positivamente a la vanguardia de la tecnología. Del linotipo y la prensa plana pasamos actualmente a la rotativa de El Colombiano, nuestro impresor. Hoy, contamos con un equipo de trabajo eficiente, leal  y comprometido, que día a día se esfuerza para mes a mes, entregar a nuestros clientes y lectores información veraz y de calidad.

  • ¿Qué cambios vienen para el medio? ¿Y qué le gustaría mejorar en el periodismo de la región?

-Seguir evolucionando hacia el mejoramiento continuo, siempre de la mano de la comunidad. Respecto a que nos gustaría mejorar, es el manejo de la imparcialidad en la información y la calidad de vida de los periodistas, comunicadores, reporteros. El acceso a mejores oportunidades.

  • ¿Cuál ha sido el momento más difícil por el que han tenido que atravesar como medio?

-No se ha presentado realmente un momento crítico, han sido retos que afortunadamente se han superado en su momento, uno de ellos, fue la detención del director, el maestro Jairo Tobón Villegas, quien pagó ocho días de prisión por defender la libertad de prensa, siendo aún más difícil, el hecho de que él ya no está entre nosotros.

  • Finalmente, ¿qué cambió después de la partida del fundador Jairo Tobón? ¿Y qué legado queda por siempre de él en el medio?

-El cambio es total en todo sentido. Aceptar su ausencia, saber que ya no está entre nosotros ese gran personaje quijotesco, que defendía a capa y espada sus principios, su legado familiar y la historia, enmarcada en esa premisa que siempre proclamó: “Rionegro primero, Rionegro después”.

Su muerte ha dejado un gran vacío, por eso, de los mayores desafíos está el seguir con ese legado, conservando el estilo y la elegancia de sus notas y su donaire en defensa de la verdad, algo que quedará por siempre.

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