Gloria A. Alzate Castaño *
Socióloga
En cuestión de meses nos cambió el panorama. Este ha sido un semestre bastante movido, con cambios y expectativas. En marzo las elecciones parlamentarias nos dejaron un Congreso renovado, más representativo y plural. Los partidos tradicionales se desfiguraron y se posicionaron las alianzas (Centro Esperanza, Equipo por Colombia y el Pacto Histórico) y los personajes particulares conocidos como yoububers, exgobernadores, analistas políticos, periodistas, etc., con nuevas formas de hacer política, imponiéndose a las formas tradicionales de proselitismo y transacciones clientelistas para acceder al poder.
Empezamos a vislumbrar el cambio desde las consultas de los partidos. En estas votaciones, Francia Márquez, una mujer abogada, feminista, lideresa social y activista ambientalista de la población afrodescendiente, proveniente del municipio Suarez – Cauca, uno de los territorios periféricos más olvidados y victimizados por los actores armados, logra obtener 783.160 votos, la tercera votación entre todas las consultas, por encima de personas de partidos tradicionales o reconocido recorrido en la vida política; ganándose así con esfuerzo propio la candidatura a la vicepresidencia por el Pacto Histórico.
Este hecho fue solo un primer momento en el camino del cambio. Este mismo día se llevaron a cabo las elecciones para el Congreso de la República, con grandes sorpresas, el Pacto Histórico, llega al Congreso con 16 senadores por circunscripción nacional y 25 representantes a la Cámara.
Un hecho bastante alentador fue el incremento de la participación política de las mujeres que en parte se logra gracias a la decisión del Pacto Histórico de construir lista cremallera. Así las cosas, en el Congreso, las mujeres pasaron de 55 en el 2018 a 83 en el 2022, lo que representa el 28.2 %, un avance importante en comparación con el 19.7 % del 2018; pero aún no logra ni siquiera el 30% como lo establece la ley 1475 para el caso de la conformación de las listas. En lógica de inclusión, vale también resaltar el avance en las candidaturas de personas abiertamente representantes de la población LGTBIQ+, de las cuales llegan al congreso 6.
Por primera vez se aplica el mandato del Acuerdo Final y el Acto legislativo 02 del 25 de agosto de 2021 que reglamenta las Circunscripciones transitorias Especiales de Paz, que otorga de los territorios más afectados por el conflicto armado la posibilidad de representación en el congreso, asignando para ellos 16 curules de paz a las víctimas. Aunque no todo fue positivo en el proceso electoral, pues algunos candidatos/as fueron cooptados por partidos políticos tradicionales o herederos de los paramilitares, es decir los victimarios haciendo su representación de las víctimas, si es muy valioso que estas poblaciones tengan voz en el Congreso.
Hechos como estos, aumentaron las expectativas en unos ciudadanos/as y la preocupación en otros frente a la elección presidencial. En primera vuelta el Pacto Histórico, en cabeza de Gustavo Petro logra el voto mayoritario y pasa a la segunda vuelta dejando en el camino a candidatos con mucha fuerza y posibilidades (maquinaria), para enfrentarse a una persona que inesperadamente fue subiendo su favorabilidad ante la mirada expectante de los colombianos/as, Rodolfo Hernández Suárez, de la Liga Anticorrupción.
Para sorpresa de muchos/as, el 19 de junio, la ciudadanía por primera vez eligió para presidente de Colombia a Gustavo Petro Urrego, un economista, exguerrillero del M19 que por más de 30 años venía trabajando políticamente desde la legalidad, por la paz, la democracia y contra la corrupción, (cosa que no todos/as le reconocen), declarado líder de la izquierda la democrática, lo que meses antes era casi imposible. En las elecciones para presidencia, los “nadies” como los nombra Francia, salieron a votar en medio múltiples dificultades. Ellos/as, los que no cuentan, los más pobres y desposeídos, aislados de los centros de poder y victimas eternos de los actores armados, salieron a ejercer su derecho ciudadano al voto y se hicieron sentir esperanzados en el cambio.
Frente al programa de gobierno de Petro hay muchas preguntas entorno a los recursos para hacerlo realidad y el tiempo que se requiere implementar estas políticas, con lo que muchos argumentan, buscará quedarse en el poder por más de un periodo más y que él insistentemente ha negado. Pero la duda más urgente frente a sus propuestas de cambio ha sido el respaldo de las mayorías en el Congreso. Pues lo que hemos visto en estos últimos meses, luego de la segunda vuelta ha sido un fuerte movimiento, relacionamiento y diálogo de los lideres/as del PH, como Roy Barreras para lograr la adhesión de otros sectores políticos que tienen afinidad en temas como paz, justicia social y justicia ambiental, que garanticen el respaldo que necesita este gobierno para sacar adelante sus proyectos de reforma. Y lo lograron, poco a poco, hoy el PH ha configurado la bancada de gobierno, cuenta en la coalición de 63 de 108 senadores y 106 de 188 representantes a la Cámara, mientras el Centro Democrático jugara en la oposición, lo cual es fundamental en la democracia, que de paso debe contar con todas las garantías constitucionales para su ejercicio político.
En este panorama político, asistimos a otro hecho trascendental para el país, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición ha entregado a la sociedad colombiana su informe final “Hay futuro si hay verdad” y ahora está en un proceso acelerado de presentarlo en muchos rincones del país, para que todos y todas nos familiaricemos con él, conozcamos sus hallazgos y exijamos el cumplimiento de sus recomendaciones. Con la suerte de que el nuevo gobierno en cabeza de Gustavo Petro recibió el informe en sus manos y se comprometió con su cumplimiento. Ahora nos toca a nosotros, todos los colombianos y colombianas, especialmente las víctimas que tanto han reclamado la verdad, tenemos derecho a saber lo que nos pasó y lo que no se puede repetir. Muchos y muchas sentirán su historia reflejada en el informe, otros quizás no, y algunos estarán en desacuerdo. Los cierto es que es un aporte enorme en este camino que debemos recorrer para reencontrarnos como una sociedad reconciliada, donde la vida y la dignidad estén por encima de cualquier interés particular, especialmente en los escenarios políticos.
Muchas personas tenemos la esperanza que todo esto que está pasando sea para profundizar nuestra democracia, avanzar hacia la paz y la reconciliación. Esperamos que el presidente electo Gustavo Petro cumpla con sus palabras de campaña en el sentido de implementar el Acuerdo Final y las recomendaciones de la Comisión de la Verdad enunciadas en el Informe Final.
* Directora Conciudadanía