Eugenio Prieto Soto
Twitter/X: @EugenioPrietoS
El debate de la Autonomía Territorial, aunque tiene un gran componente técnico, es también un debate político, académico, empresarial y social. Un debate de todas las regiones de Colombia, es un debate de país. No podemos simplemente dejar que este debate se vuelva a apagar en el tiempo, 30, 50, 100 o más años. Así sucedió con los Actos Legislativos 01 del 2001 y 04 del 2007, que no solo congelaron el debate en el tiempo; sino que contradictoriamente con el espíritu de la Constitución, recentralizaron el país.
Una vez revisados los ingresos de las entidades territoriales, se evidencia que las cifras son contundentes en mostrar cómo a través de los últimos años ha habido una recentralización fiscal, a través de reformas mediante las cuales, entidades territoriales han visto disminuidos significativamente sus recursos en porcentaje del PIB[1]; es decir, distritos, municipios y departamentos han dejado de percibir ingresos por el sistema general de participaciones por un valor aproximado de 350 billones de pesos, desde la expedición de los actos legislativos 01 de 2001 y 04 de 2007, que modificaron la Constitución Política, disminuyendo de esta manera el crecimiento de las transferencias del SGP a las entidades territoriales.
La participación en el recaudo tributario de distritos y municipios es del 14% (2.4% del PIB), Departamentos es del 3%, (0.7% del PIB), frente a un 83% de la Nación (16% del PIB).
El panorama es desalentador cuando revisadas las cifras, se observa que el recaudo de tributos tan importantes como el Impuesto Predial e Industria y Comercio, representan un porcentaje muy bajo en los municipios de los diferentes departamentos en relación con distritos, ciudades capitales y metrópolis, comparados con municipios de menores categorías que no cuentan con fuentes de financiación para la ejecución de sus planes, programas y proyectos.
Tan solo en Antioquia, 96 de los dos distritos y 123 municipios son de sexta categoría y 10 son de quinta; es decir, 106 de 125. Solamente los municipios de categoría especial, Distrito de Medellín y categoría primera como Bello, Envigado, Itagüí, La Estrella, Rionegro y Sabaneta, tienen un mayor ingreso fiscal, lo que hace que el resto de municipios tengan una profunda dependencia de las transferencias de la Nación.
Esta desigualdad, evidencia claramente la necesidad de avanzar en el debate, principalmente en torno a los ingresos fiscales o recursos de los distritos, municipios y departamentos; con el fin de equilibrar los territorios y generar propuestas en torno a una mayor autonomía fiscal, incluso para los esquemas asociativos territoriales que hoy no cuentan expresamente con fuentes de financiación autónomas.
“Es imperativo que los estudios técnicos, análisis económicos, respondan a los planteamientos y propuestas que se hacen desde las regiones, que son finalmente quienes padecen la falta de recursos, la inflexibilidad de medidas, la indeterminación de competencias; entre otros aspectos que, el centralismo asfixiante ha generado y tiene como principal efecto, la limitación de la autonomía de los territorios generando desigualdad, exclusiones, marginaciones, inequidad y violencias”. La invitación es a unirnos como país, desde todos los rincones de Colombia, para continuar con la discusión desde las diferentes esferas técnica, académica, política, ciudadana, con el fin de que el Gobierno Nacional escuche la palabra y las propuestas de las regiones. Que en toda Colombia se escuche la voz de las protagonistas, las regiones.
[1] Bonet, Pérez y Ayala, 2020
*Las opiniones expresadas en esta columna de opinión son de exclusiva responsabilidad de su autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de La Prensa Oriente