Leyendo: Reestructuración del transporte en el Oriente antioqueño: una oportunidad histórica para el desarrollo regional

Reestructuración del transporte en el Oriente antioqueño: una oportunidad histórica para el desarrollo regional

Carlos Humberto Gómez*
IG: @chgomezc

El Oriente antioqueño, una subregión que late con fuerza y se proyecta como un eje fundamental para el desarrollo de Antioquia y el país, enfrenta hoy uno de los retos más importantes de su historia reciente: la reestructuración de su sistema de transporte. Este no es un tema menor. La movilidad es, sin duda, uno de los pilares sobre los que se construye el progreso de los territorios, y en nuestro caso, representa una oportunidad única para avanzar hacia un futuro más conectado, eficiente y equitativo. Sin embargo, este proceso no puede ser visto como una tarea exclusiva de las autoridades o de las empresas transportadoras. Es un compromiso que nos involucra a todos: desde los conductores y usuarios hasta los líderes políticos y empresariales. Es una tarea colectiva que exige visión, planeación y, sobre todo, un profundo sentido de pertenencia por nuestro territorio.

En los últimos años, hemos sido testigos de avances significativos en materia de infraestructura vial y transporte en la subregión. Proyectos como la doble calzada en el corredor de Llanogrande, la pavimentación de la vía El Carmen de Viboral – El Santuario, y el mejoramiento en proceso de tramos como San Vicente Ferrer – El Peñol y Barbosa – Concepción, son ejemplos claros de cómo la inversión en movilidad puede transformar la calidad de vida de las comunidades. Estos esfuerzos no solo han reducido los tiempos de desplazamiento, sino que también han dinamizado la economía local, facilitando el transporte de mercancías y el acceso a servicios esenciales.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer. La actualización de los planes maestros de movilidad y la modernización de la flota de vehículos que prestan el servicio público local e intermunicipal son tareas urgentes que requieren de una coordinación efectiva entre todos los actores. No se trata solo de construir más vías o adquirir nuevos buses; se trata de planear de manera integral, pensando en las necesidades actuales y futuras de nuestros municipios. Es fundamental que las decisiones que se tomen en un municipio estén alineadas con los planes regionales, garantizando que cada acción contribuya al desarrollo conjunto de la subregión.

Uno de los errores históricos en la planeación del transporte en el Oriente Antioqueño ha sido la toma de decisiones aisladas por parte de los municipios. Lo que se define en una alcaldía no siempre dialoga con lo que se proyecta en la vecina, generando sobrecostos para los usuarios y deficiencias en la prestación del servicio. Un ejemplo evidente es el caso de los trabajadores del Aeropuerto José María Córdova, quienes deben pagar hasta tres pasajes para llegar a su lugar de trabajo debido a la falta de rutas integradas. También ocurre con los estudiantes de la Universidad de Antioquia, sede Oriente, quienes encuentran que movilizarse a Medellín es más barato que viajar dentro de su propia subregión. Estas desigualdades deben ser abordadas con urgencia, pues limitan el acceso a oportunidades y perpetúan las brechas de desarrollo entre las zonas urbanas y rurales.

No obstante, hay decisiones recientes que muestran el camino. La eliminación de la planilla de abandono de ruta en municipios como El Retiro, La Ceja, Guarne y Rionegro ha significado una reducción en costos para los usuarios y una mayor flexibilidad en los trayectos. Estas medidas evidencian que cuando hay voluntad de concertación, se pueden generar soluciones que beneficien a toda la comunidad.

Pero no podemos conformarnos con lo alcanzado. La reestructuración del transporte en el Oriente antioqueño debe ser vista como una oportunidad histórica para sentar las bases de un desarrollo organizado y planeado, que beneficie a las actuales y futuras generaciones. Proyectos como la segunda fase del Túnel de Oriente, el intercambio vial sobre la glorieta del Aeropuerto José María Córdova, y la propuesta de conexión con Porce Nus a través de la zona de Embalses, son iniciativas que transforman por completo la dinámica de la subregión.

Además, es fundamental que se continúe trabajando en la modernización de la flota de transporte público, incorporando innovación tecnológica que permita una mayor eficiencia en las rutas y una reducción en los tiempos y costos de desplazamiento. La implementación de sistemas de transporte inteligente, como aplicaciones móviles para la planificación de rutas y el pago electrónico de pasajes, podría marcar un antes y un después en la experiencia de los usuarios.

Uno de los factores que ha permitido avanzar en estas obras ha sido la gestión de recursos provenientes de los excedentes de peajes en la jurisdicción. La articulación entre la Gobernación de Antioquia, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y las alcaldías ha facilitado la ejecución de proyectos estratégicos. Sin embargo, esta no puede ser la única fuente de financiación. La subregión necesita una política clara de inversión en transporte que no dependa únicamente de la capacidad de negociación con el Gobierno Nacional. Se requieren alternativas innovadoras, desde alianzas público-privadas hasta modelos de financiamiento asociativos.

La movilidad no es solo un tema de infraestructura ni de eficiencia económica. Es, ante todo, una cuestión de calidad de vida y desarrollo social. Un sistema de transporte bien estructurado permite que los jóvenes accedan a la educación sin barreras económicas, que los trabajadores lleguen a sus empleos sin perder tiempo ni dinero innecesariamente, y que las comunidades puedan integrarse de manera eficiente.

El Oriente Antioqueño está en un momento clave para definir su futuro en materia de transporte. Es el momento de pensar con visión de conjunto y de garantizar que las decisiones que se tomen hoy no solo resuelvan problemas inmediatos, sino que sienten las bases para un desarrollo organizado y planeado que beneficie a las generaciones futuras.

La reestructuración del transporte en el Oriente antioqueño es una tarea compleja, pero también una oportunidad única para construir un futuro más próspero y equitativo. Como periodista y director de un medio de comunicación testigo del desarrollo de nuestra subregión, hago un llamado a todos los actores involucrados a trabajar de manera conjunta y coordinada, con visión de largo plazo y un profundo sentido de pertenencia. El Oriente antioqueño lo merece, y las generaciones futuras nos lo agradecerán.

Este es el momento de actuar. Este es el momento de construir, juntos, un Oriente antioqueño más conectado, más eficiente y más justo.

*Periodista y director La Prensa Oriente

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