Leyendo: El Carmen vibró al ritmo del Viboral Rock

El Carmen vibró al ritmo del Viboral Rock

El Carmen de Viboral, centro histórico y cultural vibró al ritmo del Viboral Rock, que se vivió del primero al tres de junio, al son de rock, ska, punk, metal y la banda invitada Aterciopelados. Este fue un encuentro de bandas y cultura rock.

El Viboral Rock, nace en el año 2005 por una iniciativa comunitaria con el apoyo de la casa de la cultura, como un proceso de apropiación social, de esta manera las diversas manifestaciones artísticas del territorio fueron ganado un espacio generando un ciclo de formación y de circulación artística, como plataforma para visibilizar procesos y bandas locales.

El Instituto de Cultura fue actor fundamental en el desarrollo de este festival, su directora, María Eugenia García Gómez, le contó a La Prensa que uno de los grandes retos era llevar el Viboral Rock al parque, lo que se logró para esta versión del festival, ya que este escenario constituye un espacio para la diversidad, donde además se puede llevar a cabo un diálogo entre las diferentes comunidades.

¿Cómo es que en El Carmen la Cultura vibra?

La directora del Instituto de Cultura afirma que “en El Carmen hemos creído que la cultura es el cuarto pilar del desarrollo, hace parte de nuestra dinámica municipal, donde lo más importante es que estas manifestaciones culturales a través del festival permiten el hacer y la apropiación de la comunidad, que cree que vale la pena apostarles a estos procesos”.

Para Daniel Tirado, guitarrista y vocalista de una de las bandas invitadas, desde la ciudad de Medellín, “Memoria Insuficiente Ska”, opina que este festival ha hecho un gran esfuerzo por apoyar las bandas locales, ya que, en muchos otros se gasta el presupuesto en bandas invitadas de una talla superior. Es un espacio donde la música alternativa puede tomar su lugar.

Bandas emblemáticas en escena

Aterciopelados deleitó al público con su música, pero también se deleitaron recorriendo las calles de El Carmen de Viboral, Andrea Echeverry dice que “Me sorprendió, además de estar muy feliz por todo el movimiento que se da alrededor de la cerámica, en mi casa había una cerámica hecha aquí. Además, que el Instituto de Cultura esté invirtiendo con buen presupuesto alrededor de la cultura, con teatro, música, arte, eso hace que la gente sea distinta, es bonito y muy enriquecedor y el público está tocado por eso, hace que la gente sea más abierta, más sensible, yo quedé muy enamorada”.

Otra de las más esperadas fue LosPetitFellas, banda representante de la ciudad de Bogotá, para ellos “creemos que Antioquia tiene una política cultural muy avanzada. En las periferias son más rockeros que en las grandes ciudades, se ha mantenido la resistencia. Los festivales son un apoyo y hacen sentir a los grupos que no están solos, los espacios como estos fortalecen a las bandas, además de enseñar otros caminos y formas de vida a través de la música”.

Un evento en lenguaje universal

El artista plástico, Diego Echeverry, oriundo de El Carmen de Viboral, quién vio nacer y crecer este festival, plantea que “El Viboral Rock en estos momentos, en el punto donde se encuentra, es bastante satisfactorio, me genera un montón de sentimientos encontrados, para mí el Viboral Rock, es como ese niño que fue creciendo y evolucionando, que fue mejorando en cada versión, a la vez que iban pasando las bandas, es ese niño que creció, maduró, y en estos momentos todavía está en ese proceso”.

Son muchos los sentimientos, reacciones y opiniones encontradas alrededor de este festival. José Manuel Martínez, estudiante de Antropología y asistente del festival, aplaude la oportunidad que se está dando desde la institucionalidad y que se está teniendo en cuenta, y donde se pueden visualizar los movimientos propios del Oriente porque habían muchas bandas autóctonas, entonces son visibilizadas y tienen circulación dentro de la misma región, se convierte en una plataforma de lanzamiento para las bandas.

La música, lenguaje universal que logró convocar diversos sectores alrededor de un festival, que hoy con orgullo representa a los carmelitanos, pueblo que ha entendido a la cultura como pilar fundamental del desarrollo humano.

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