El proyecto minero «Gravas La Colina», ha encendido las alarmas en las comunidades de La Ceja y La Unión, generando un profundo debate sobre los impactos ambientales, sociales y económicos que podría conllevar su implementación. Este proyecto, propuesto para ser ubicado en la vía que une ambos municipios, ha dividido a la población y ha generado una fuerte oposición por parte de residentes, organizaciones ambientales y autoridades locales.
La Ceja y La Unión, dos municipios caracterizados por su belleza natural y su rica biodiversidad, se encuentran ahora en el centro de una controversia que amenaza con alterar irreversiblemente su entorno. El proyecto minero «Gravas La Colina», busca extraer roca pulverizable, en las veredas Las Lomitas y Pantalio, desatando preocupaciones sobre el impacto en los ecosistemas locales, la calidad de vida de los habitantes y la movilidad en la región.
Uno de los principales argumentos en contra del proyecto es su potencial impacto ambiental. Líderes comunitarios y organizaciones ambientales, han advertido sobre la pérdida de cobertura vegetal, la degradación de los suelos, la contaminación de fuentes de agua y la alteración de los hábitats de numerosas especies de flora y fauna. Según dicen, estiman que la explotación del material conlleva la tala y remoción de la cobertura vegetal del bosque secundario durante 6 años, con un plan de cierre de 3 años, lo que tendría consecuencias devastadoras para la biodiversidad local.
Además, se ha expresado preocupación por el impacto social del proyecto. Residentes de las veredas afectadas, temen por la pérdida de sus medios de sustento, la degradación de la calidad de vida y la alteración de la estructura social de las comunidades. La movilidad en la zona también se vería afectada, con el incremento del tráfico pesado de volquetas y la congestión de las vías, lo que podría aumentar el riesgo de accidentes y dificultar el acceso a servicios básicos y áreas de recreación.
Las alcaldesas de La Ceja, Ilbed Santa, y La Unión, Carmen Judith Valencia, se han unido en rechazo al proyecto, argumentando que éste va en contra de la vocación de sus municipios y amenaza con dañar, irreparablemente, el equilibrio ecológico de la región. Valencia, ha enfatizado que el enfoque de su municipio ha estado en la producción de alimentos, el cultivo de flores y el turismo, y que la preservación del medio ambiente es fundamental para garantizar la continuidad de la vida en el territorio.
El proyecto minero representaría una amenaza significativa para la biodiversidad local. Se estima que se perderían hábitats críticos para 57 especies de árboles, 29 especies de bromelias y orquídeas, 55 especies de musgos y líquenes, así como para 96 especies de aves, 10 especies de mamíferos, 4 especies de anfibios y 6 especies de reptiles. Entre estas especies se encuentran aquellas que son vulnerables a la extinción y endémicas de la región, lo que aumenta la urgencia de proteger sus hábitats, ante cualquier actividad destructiva.
La decisión sobre la continuación del proyecto minero está en manos de Cornare, la autoridad ambiental regional. Después de la audiencia pública realizada el 15 de mayo en La Ceja, donde se expresaron las preocupaciones de la comunidad, la Entidad analizará detenidamente las intervenciones antes de emitir un veredicto. Se espera que próximamente se emita el acto administrativo con la decisión sobre la licencia ambiental del proyecto, lo que determinará su futuro.
Mientras tanto, las comunidades de las veredas de ambos municipios permanecen en la incertidumbre y la expectativa sobre el futuro de sus territorios. Existen preocupaciones sobre el impacto en el aire, suelo, paisaje, cuerpos de agua, fauna, flora, movilidad y accesibilidad poblacional en la zona, así como la generación de residuos. La oposición unánime de la comunidad, refleja la importancia de preservar el ecosistema y la tranquilidad de la población, frente a un proyecto que amenaza con alterar irreversiblemente su entorno.
El proyecto minero «Gravas La Colina», representa un desafío importante para las comunidades de La Ceja y La Unión, quienes luchan por proteger su entorno natural y su calidad de vida. A medida que el proceso de evaluación avanza, la comunidad espera pronto una decisión que refleje sus preocupaciones y garantice la preservación del medio ambiente para las generaciones futuras.
¿Qué dicen la alcaldesas?
Ilberd Santa Santa: Nos oponemos a este proyecto de extracción minera, se prevén afectaciones muy graves al ecosistema. Tenemos nacimiento de fuentes hídricas, hay muchos recursos ambientales, hay muchos ecosistemas de fauna de flora silvestre. La vocación de nuestro municipio no ha sido la actividad minera, ha sido la producción de comida, ha sido de cultivos de flores, de fincas de veraneo, y hasta de actividad turística en algunos sectores rurales. Nos oponemos al proyecto, porque habría muchas afectaciones al medio ambiente, queremos que siga primando el cuidado de la vida.
Carmen Judith Valencia: Nos oponemos a este proyecto de extracción minera, se prevén afectaciones muy graves al ecosistema. Tenemos nacimiento de fuentes hídricas, hay muchos recursos ambientales, hay muchos ecosistemas de fauna de flora silvestre. La vocación de nuestro municipio no ha sido la actividad minera, ha sido la producción de comida, ha sido de cultivos de flores, de fincas de veraneo, y hasta de actividad turística en algunos sectores rurales. Nos oponemos al proyecto, porque habría muchas afectaciones al medio ambiente, queremos que siga primando el cuidado de la vida.