Durante el año 2024, la Economía Solidaria en el Oriente antioqueño presentó un crecimiento del 13% en el número de organizaciones solidarias, lo cual refleja la importancia del sector como una alternativa para la generación de empleo, el acceso a servicios financieros en zonas donde no hay presencia de las entidades financieras tradicionales y la promoción del bienestar comunitario, de acuerdo con un estudio elaborado por la Fundación Solidaria del Oriente antioqueño, Fusoan, entidad que tiene como misión promover la Economía Social y Solidaria, a través de la cooperación y la educación.
De acuerdo con el informe, con ese crecimiento, en la región se ha alcanzado un total de 1.476 Entidades sin Ánimo de Lucro, Esal, con presencia en los 23 municipios del Oriente, con una mayor concentración en Rionegro, Marinilla, La Ceja y El Carmen de Viboral. En el Altiplano ya son 961 organizaciones, que representan el 65% del total regional; en la zona de Embalses 288 organizaciones, el 20%; en la subregión Bosques 132 organizaciones, el 6%; y en la zona Páramo 95 organizaciones, el 9% del total.
Este ecosistema está compuesto por asociaciones, cooperativas, fondos de empleados, mutuales y pre-cooperativas. Las asociaciones lideran el sector, seguidas por las cooperativas, que se destacan por su solidez financiera y su capacidad para brindar servicios de ahorro y crédito en zonas con poca presencia de las entidades bancarias.
Mejoran calidad de vida
La Economía Solidaria promueve la creación de herramientas capaces de detectar las necesidades sociales e individuales y, de esta manera, genera productos socialmente útiles que permitan el desarrollo humano sostenible.
La economía solidaria rompe con los conceptos de la economía capitalista, ya que un modelo solidario piensa en el beneficio social y su único fin es la maximización de beneficios. En un modelo de economía solidaria, las empresas priorizan la participación y la actividad cooperativa, y prestan especial atención al empleo de personas en situación o riesgo de exclusión social. La economía solidaria fomenta la cooperación entre empresas y también fortalece a las personas y a las comunidades y favorece el desarrollo sostenible. La economía solidaria es otra forma de entender la economía que pone en el centro a las personas y el medio ambiente, y es universal. Es un modelo de trasformación social que da valor a las necesidades, habilidades y a la contribución de las personas y reinvierte los beneficios generados en la sociedad.
Es por ello que, en el Oriente antioqueño, la asociatividad se ha convertido en un mecanismo clave para mejorar la calidad de vida de las comunidades. En municipios con altos índices de ruralidad, las organizaciones solidarias han permitido la creación de circuitos productivos, facilitando el acceso a mercados, fortaleciendo las capacidades técnicas de los trabajadores y promoviendo la inclusión financiera
Las cooperativas han sido particularmente influyentes en la región, acumulando activos que superan los 911.354 millones de pesos, muy por encima de otras entidades del sector. Su impacto es evidente en la generación de empleo y la provisión de servicios financieros accesibles a la población.
Retos de la economía solidaria
A pesar de su crecimiento, la Economía Solidaria enfrenta varios desafíos en el Oriente antioqueño, entre ellos, la baja articulación con los Planes de Desarrollo municipales, que es una de las principales preocupaciones de los dirigentes del sector. Solo el municipio de Granada ha incorporado estrategias específicas para fortalecer el cooperativismo, mientras que, en el resto de la región, las iniciativas suelen ser generales y no responden a las necesidades específicas del sector solidario.
Otro reto importante es el acceso a incentivos tributarios. De las 1.476 Entidades sin Ánimo de Lucro registradas en el Oriente antioqueño, solo el 29,8% está en el Régimen Tributario Especial, lo que sugiere una falta de conocimiento o interés en acogerse a estos beneficios. Fortalecer la formación en este aspecto podría mejorar la sostenibilidad financiera de muchas organizaciones.
Para los líderes cooperativos regionales, se hace necesaria una mayor articulación entre los actores del sector. Aunque entidades como la Cámara de Comercio del Oriente Antioqueño, Cornare, Prodepaz y Conciudadanía, ofrecen programas de apoyo, es fundamental evaluar si la oferta institucional es suficiente para atender las necesidades de las organizaciones solidarias.
El crecimiento de la Economía Solidaria en el Oriente Antioqueño refleja su potencial para transformar el territorio. Sin embargo, para consolidar su impacto, es fundamental mejorar la articulación con los gobiernos locales, fortalecer la educación tributaria y fomentar redes de cooperación entre organizaciones.
Año Internacional de las Cooperativas
El 2025 ha sido declarado como el “Año Internacional de las Cooperativas” por la Asamblea General de la ONU, lo que representa una oportunidad para visibilizar aun más el papel de este sector en el desarrollo sostenible del Oriente Antioqueño.
El lema del Año Internacional de las Cooperativas de la ONU 2025, es “Las Cooperativas construyen un mundo mejor”, como muestra del impacto permanente que tienen las cooperativas a nivel mundial. Con este lema, se pone el foco en el modelo cooperativo como solución fundamental a múltiples obstáculos de ámbito mundial, y se destaca su importancia para acelerar el trabajo por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030.
Con este lema, Naciones Unidas ha decidido dar protagonismo durante todo el 2025 a este modelo empresarial, caracterizado por una serie de valores: organización democrática, participación en la toma de decisiones, distribución equitativa de la riqueza, igualdad, comunidad. Todo ello, según destaca la ONU, hacen de las cooperativas una “solución a los desafíos actuales”.
Directrices de la ONU
Frente a los retos que enfrenta la Economía Solidaria, cuatro directrices se deben tener en cuenta de acuerdo con la normativa de las Naciones Unidas y lo anunciado por la Alianza Cooperativa Internacional.
Lo primero, es sensibilizar al público para destacar las contribuciones de las cooperativas al desarrollo sostenible y al empoderamiento de las personas; segundo, promover el crecimiento y el desarrollo fortaleciendo los sistemas de apoyo empresarial a las cooperativas, incluida la disponibilidad de crédito; tercero, alentar a los gobiernos a desarrollar un entorno jurídico y político propicio para el crecimiento y el desarrollo de las cooperativas y, finalmente, fomentar el liderazgo con propósito e involucrar a los jóvenes en el movimiento cooperativo.
Los parámetros mencionados permitirán una mayor observación por parte de los organismos internacionales y tener seguimiento al Año Internacional de las Cooperativas. En Colombia, el Comité Nacional será liderado por la Confederación de Cooperativas de Colombia, en coordinación con sus entidades asociadas que integran el Sistema Confecoop en todo el territorio nacional.