Ante el ritmo acelerado del coronavirus en el mundo, médicos, enfermeros y demás autoridades trabajan 24 horas al día para hacerle frente a la pandemia. La Prensa estuvo en diálogo con Margarita Gómez, enfermera auxiliar en institución de salud de Rionegro, quien quiso hablar desde su experiencia cómo ha enfrentado esta crisis sanitaria.
Margarita Gómez, lleva 22 años siendo enfermera y manifiesta no haber presenciado en este tiempo una situación tan difícil. Se siente débil en momentos, porque considera que no hay consciencia de lo que se está viviendo, porque aún hay personas que se niegan a quedarse en sus casas y colaborar con la salud, además asegura que este sector trabaja incansablemente para afrontar una pandemia de este tipo.
“Para nosotros es complejo que la gente no nos quiera colaborar ni en esa forma, nos sentimos agotados y estresados en ocasiones, no es fácil para nosotros tener que seguir en la primera línea de batalla, sabiendo que los esfuerzos que hacemos algunas veces parecen en vano”, expresó.
Asimismo, Margarita acepta que una de las cosas más difíciles de esta situación es tener que alejarse de su familia para protegerlos y cumplir con los protocolos de salubridad al llegar a su casa, además manifiesta que en el transporte público las personas suelen mirar mal al personal sanitario. “Tener que lavarte muchas veces las manos, bañarse al llegar a la casa, dejar la ropa aislada, tratar de tener solo unos zapatos para ir al trabajo, devolverte con ellos y que todo el tiempo esté pensando que eres un riesgo potencial para todo el mundo, no es fácil”.
Acepta que la institución donde labora se encuentra haciendo todo lo posible por atender la contingencia con un personal dispuesto todo el tiempo y atento a las novedades, sin embargo, cree que en cualquier momento el servicio se puede desbordar y todo va a ser insuficiente, desde los insumos, hasta los espacios con el que cuentan las instituciones que prestan los servicios en la región.
Finalmente, esta servidora de la salud refleja el amor por su profesión, el cual se ha convertido en un trabajo de honor en medio de esta crisis. “Amo la empresa donde trabajo, mi profesión, la gente que atiendo y lo que escogí algún día, creo que no me equivoqué. Hoy más que nunca reitero que tengo todas las ganas de trabajar por lo que está pasando, y estoy segura de que así como mis compañeros, ninguno va a dar un paso atrás. Vamos a continuar trabajando incansablemente hasta donde podamos”.