Por: Leidy María Arias Tamayo
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Más allá de Policarpa Salavarrieta y Manuela Sáenz: Un reconocimiento a las mujeres que forjaron la libertad
La gesta independentista de Colombia, como muchos otros procesos históricos, ha sido narrada desde una perspectiva predominantemente masculina. Las figuras heroicas que pueblan los relatos oficiales son, en su mayoría, hombres que alzaron la espada en el campo de batalla o pronunciaron encendidos discursos en las plazas públicas. Sin embargo, detrás de estos personajes icónicos, se esconde una historia mucho más compleja y diversa, donde las mujeres colombianas jugaron un papel fundamental en la consecución de la libertad.
Lejos de ser simples espectadoras o víctimas de las circunstancias, las mujeres colombianas se convirtieron en protagonistas activas del proceso independentista. Su participación abarcó una amplia gama de actividades, desde labores cotidianas como el espionaje, la mensajería y la atención a los heridos, hasta roles de liderazgo militar y político.
Las precursoras: sembrando las semillas de la libertad
Las semillas de la independencia colombiana se sembraron mucho antes del grito del 20 de julio de 1810. En las tertulias literarias y salones coloniales, mujeres como Policarpa Salavarrieta, Manuela Beltrán y María Antonia Ruiz Gallego desafiaron las rígidas normas sociales de la época para discutir ideas revolucionarias y difundir los ideales de libertad e igualdad.
Simona Duque de Alzate, Es conocida como la Madre Heroína de Marinilla por su heroico acto de entregar a sus cinco hijos para que lucharan por la independencia de Colombia. Era una mujer viuda con cinco hijos: Pedro Antonio, Juan Nepomuceno, José Ignacio, Manuel Antonio y Policarpa. Cuando estalló la Guerra de Independencia, no dudó en apoyar la causa patriota. En 1814, cuando el ejército español se acercaba a Marinilla, Simona reunió a sus hijos y les dijo: «Hijos, la patria necesita de ustedes. Vayan a luchar por la libertad».
Los cinco hijos de Simona se unieron al ejército del Teniente Coronel José María Córdova. Todos ellos lucharon con valentía en las batallas por la independencia, y cuatro de ellos murieron en combate. Policarpa, la única hija de Simona que sobrevivió a la guerra, se convirtió en una monja y dedicó su vida a cuidar a los heridos y enfermos de la guerra.
Simona Duque de Alzate es un símbolo de la valentía y el patriotismo de las mujeres colombianas. Su historia es un recordatorio del papel crucial que desempeñaron las mujeres en la lucha por la independencia de Colombia.
Las combatientes: heroínas en el campo de batalla
A medida que la guerra por la independencia se intensificaba, las mujeres colombianas no dudaron en tomar las armas y defender su patria. Algunas, como Juana Azurduy de Padilla en Bolivia, se convirtieron en lideresas militares de gran prestigio. Otras, como las lanceras del Pantano de Vargas, lucharon codo a codo con los hombres en las batallas más cruentas.
Las mujeres también desempeñaron un papel crucial en la red de espionaje e inteligencia que operaba al servicio de los ejércitos independentistas. Gracias a su astucia y discreción, recopilaron información vital sobre los movimientos del enemigo y la ubicación de sus tropas, contribuyendo de manera significativa al éxito de las campañas militares.
Las cuidadoras y proveedoras: el sostén de la lucha
Detrás de cada soldado que combatía en el frente de batalla, había una mujer que se encargaba de cuidar a su familia, proveer alimentos y refugio, y atender a los heridos. Las mujeres colombianas, muchas de ellas viudas o madres solteras, asumieron la carga del trabajo doméstico y agrícola, garantizando la supervivencia de las comunidades durante los años de guerra.
Un legado invisible: el reconocimiento pendiente
A pesar de su invaluable contribución a la causa independentista, las mujeres colombianas han sido relegadas a un segundo plano en la historia oficial. Sus nombres y hazañas han sido silenciados o minimizados, perpetuando una visión incompleta y sesgada del pasado.
Es hora de reconocer el papel fundamental que jugaron las mujeres en la independencia de Colombia. Su valentía, sacrificio y compromiso con la libertad fueron esenciales para forjar la nación que hoy conocemos. Es necesario rescatar sus historias del olvido y darles el lugar que merecen en la memoria colectiva.
Reflexiones para el presente: hacia una sociedad más justa e igualitaria
El legado de las mujeres de la independencia nos invita a reflexionar sobre la importancia de la igualdad de género en la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Su lucha por la libertad no solo nos liberó del yugo colonial, sino que también abrió el camino para la reivindicación de los derechos de las mujeres en todos los ámbitos de la vida.
Honrar la memoria de estas heroínas anónimas implica defender sus ideales y continuar luchando por una sociedad donde las mujeres tengan las mismas oportunidades y puedan participar plenamente en la construcción de un futuro mejor.
Es necesario impulsar investigaciones y proyectos que permitan visibilizar el papel de las mujeres en la independencia de Colombia. Se deben rescatar sus historias del olvido, crear espacios de memoria y reconocimiento, e incluir sus nombres y hazañas en los libros de texto y programas educativos.
Solo así podremos construir una narrativa histórica más completa y justa, donde las mujeres colombianas ocupen el lugar que les corresponde como protagonistas de su propia historia.
“Recordar a las heroínas de la independencia no es solo un acto de justicia histórica, sino también una fuente de inspiración para las generaciones futuras”