Leyendo: En defensa del territorio: una construcción social en constante transformación

En defensa del territorio: una construcción social en constante transformación

Por: María Isabel Gómez David*

Instagram: @migomezda

Hoy en día, el concepto de territorio ha superado la idea de un simple espacio delimitado por fronteras.  Ahora lo entendemos como una compleja red de relaciones sociales, económicas, culturales y ecológicas que moldean y transforman constantemente el entorno en el que vivimos.

Un ejemplo cercano lo encontramos en el Oriente Antioqueño.  Aquí, las actividades cotidianas de las personas, como ir al trabajo o hacer compras, implican desplazarse entre varios municipios. Estos flujos individuales, sumados a los de otras personas, generan redes de intercambio que reflejan las capacidades, riquezas y potencialidades de la región. Cuanto más fuerte sea esta conexión con un municipio, mayor será su protagonismo dentro del sistema territorial.

Por ejemplo, en el valle de San Nicolás, Rionegro ha asumido un rol central como núcleo de desarrollo regional. Su crecimiento no sólo lo beneficia a él mismo, sino que también impulsa el desarrollo de los municipios vecinos.  Sin embargo, este liderazgo trae retos. A medida que Rionegro crece y atrae más personas y recursos, también enfrenta mayores demandas de servicios e infraestructuras. Esto lo obliga a buscar un equilibrio.

En otras palabras, el municipio que genera más capacidades y ofrece un mayor número de servicios tiende a atraer personas y recursos de otros municipios. Este crecimiento, aunque positivo en términos de desarrollo económico y social, no está exento de desafíos.  A medida que un municipio expande su influencia y trasciende sus límites administrativos, también asume nuevas demandas y responsabilidades que deben ser gestionadas para mantener su equilibrio y sostenibilidad. De esta manera, se verá obligado a redistribuir de manera orgánica las cargas hacia los territorios circundantes para evitar colapsar bajo el peso de sus propias dinámicas de desarrollo. 

Este fenómeno demuestra que el territorio no es algo estático, sino un espacio en constante evolución, modelado por las relaciones humanas, los flujos económicos y las interacciones culturales. Más allá de los límites administrativos, los territorios funcionan como sistemas integrados, donde las conexiones, relaciones e interacciones multidimensionales son esenciales para su crecimiento sostenible.

Pensar en el territorio desde esta perspectiva implica un cambio de mentalidad. Ya no se trata solo de un espacio físico con límites definidos, sino de un entramado dinámico que evoluciona con las interacciones humanas.  Comprender que los territorios, al igual que los seres humanos, crecen y evolucionan nos lleva a reconocer que son precisamente las dinámicas humanas las que trazan su rumbo y definen su horizonte. Este enfoque nos invita a abandonar las ideas tradicionales que hasta ahora han predominado y a comprender el territorio como un espacio vivo, en constante construcción. Cada acción humana, cada decisión económica y cada interacción cultural contribuyen a darle forma.

Entendiendo esto, la defensa del territorio implica mucho más que proteger sus límites físicos; también significa salvaguardar su biodiversidad, su riqueza cultural y social, y garantizar los derechos y las relaciones de las comunidades que lo habitan. Es reconocer que somos parte de un sistema interconectado, donde nuestras acciones tienen un impacto directo no solo en el presente, sino también en la vida de quienes vendrán después.

Reconocer esta interdependencia y trabajar en complementariedad son pasos fundamentales para convertir los modelos de cooperación en instrumentos estratégicos para el desarrollo, capaces de articular esfuerzos, optimizar recursos y diseñar soluciones sostenibles. Esto exige cambiar el paradigma, repensar las leyes y estructuras actuales, y adaptarlas para que el territorio tenga el espacio necesario para regenerarse y responder a las crecientes necesidades humanas.

*Ingeniera Industrial, Master of Business Administration

*Las opiniones expresadas en esta columna de opinión son de exclusiva responsabilidad de
su autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de La Prensa Oriente.

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