José Joaquín Vásquez de los Ríos
Periodista, historiador, politólogo, sindicalista e instructor, fundador de la CUT en 1986.
No deja de ser preocupante que cuando parte del mundo se levantaba exigiendo una nueva sociedad más humana, como acontecía en Hong Kong, región administrativa especial de China, con varios meses de levantamiento ciudadano; en París, Francia, ocurría un levantamiento multitudinario de los “Chalecos Amarillos”; en Europa toda se marchaba en contra del calentamiento global; en Chile, Ecuador, Perú, Colombia, las masas venían exigiendo cambios constitucionales y sociales a sus gobiernos en forma radical y masiva; en Estados Unidos las manifestaciones permanentes en contra de Donald Trump, el 45 presidente de esta nación; en Rusia se fortificaba una naciente oposición a Vladimir Putin, presidente de esa Federación; se producían grandes incendios en la Amazonía, en Australia y en otros países.
Las migraciones masivas de personas de África hacia Europa y de América Central hacia Los Estados Unidos, cada día más masivas y agresivas, eran un caldo de cultivo permanente para los conflictos fronterizos entre los países, que se estaba convirtiendo en problema de estado, hasta el punto de ordenar el presidente Donald Trump de construir un muro entre México y su país.
De un día para otro aparece un virus, el Covid 19 (acrónimo del inglés coronavirus disease 2019) por el cual todos los gobiernos del globo terráqueo están imponiendo cuarentenas. Este virus está lesionando gravemente la economía, perjudica el empleo, ataca a los más vulnerables, como son los ancianos y las personas enfermas, con escasas defensas.
Los pobres, los trabajadores informales, los independientes, las personas que viven del trabajo diario hoy están sometidas a morir del virus o de hambre. Por culpa del virus se cerraron los estadios deportivos, las salas de cine, los centros comerciales, se detuvieron todos los vuelos aéreos, las comunicaciones terrestres.
Este virus tiene a todo el mundo asustado.
Estamos empezando a observar un reabre paulatino de toda la economía, esperemos que un resurgimiento del virus no haga mas terrible la pandemia.
Situación de los trabajadores en estos tiempos del Covid-19 en Colombia
Para los trabajadores en tiempos normales o del Covid 19, siempre la situación se nos complica, porque tanto el Estado, las cortes y los empresarios aprovechan para desmejorar las ya mermadas condiciones de las mayorías de la población.
Después de que en muchas empresas les han rebajado el salario a sus trabajadores, despedido a otros, vacaciones no remuneradas para otros, se les ha dividido el pago de la prima hasta en cuatro cuotas, ahora la Corte Constitucional declara legales los decretos 770 y 789; de esta manera el Decreto 770 por el cual se difirió el pago de la prima de junio en tres cuotas, hasta diciembre, así como el pago de los recargos nocturnos, festivos y dominicales y se permite ampliar la jornada de trabajo hasta 12 horas.
Igualmente declara constitucional el Decreto 789 por medio del cual se hace una exención del IVA a los importadores de vehículos de carga y pasajeros, chasises, carrocerías, así como a aquellas franquicias extranjeras de restaurantes, heladerías, cafeterías, panaderías y demás.
Son dos golpes duros a los trabajadores ya que en adelante quedó reformado el Código Sustantivo del Trabajo -C.S.T.- en materia de jornada laboral, y en el pago de recargos nocturnos, festivos y dominicales, por acuerdo entre las partes y ya sabemos cómo son esos acuerdos, siempre leoninos para los trabajadores.
Esto en cuanto a los trabajadores que mínimamente tenemos un contrato de trabajo qué diremos de aquellos que transitan su vida por medio de la informalidad. Pues para ellos no existe un reconocimiento social por el Estado, ya sea por temas políticos, tributarios e incluso estéticos. A diario se trata de invisibilizar o poner en segundo plano esta dura realidad de falta de trabajo decente que hay en el país. Aun así, hoy más que nunca es evidente la gran cantidad de personas que trabajan en la informalidad, esto a raíz de la pandemia del Covid-19. A estas personas se les debe garantizar un mínimo de vida digna, techo, alimentación, medicamentos, vestido y servicios públicos.
Es por lo anterior que el movimiento sindical y el movimiento social avocamos por que se reconozca una RENTA BÁSICA a todas las personas de los estratos 1, 2, y 3. Lo mismo que a todos los desempleados del país. Según el DANE el desempleo hoy en Colombia cobija a más de 4,7 millones de personas que sumados a los 5,4 millones de trabajadores que perdieron su ocupación en medio de la pandemia y la cuarentena, arrojan más de 10 millones de cabezas de hogar que no tienen ingresos. A ello debería agregarse 3,4 millones de inactivos que se han generado en el último año.
La renta básica y el subsidio a las nóminas de las MiPymes sería la mejor fórmula para una política de choque frente al desempleo de 21,4 % y la reactivación económica.
No hay que dudar en señalar que los estragos tan desproporcionados en Colombia tienen como mayor responsable al gobierno de Duque, que ha sido generoso con los banqueros y grandes corporaciones y cicatero con el pueblo y las MiPymes.
Por ello se requiere que esta situación se recomponga. No hacerlo meterá mayor presión a un posible estallido social y a hacer más difícil cualquier programa de reactivación.
El mejor programa lo han agitado el Comando Nacional de Paro en un pliego de emergencia de 6 puntos.