Una vivienda de dos pisos se transformó en la mal recordada “Casa del terror” en San Luis, municipio situado al Oriente antioqueño. El apelativo se dio a causa de los crímenes que cometieron los grupos paramilitares en una zona rural de la localidad; sin embargo, la idea inicial en torno al domicilio ha ido cambiando. En el corregimiento, El Prodigio, los habitantes lograron convertir la residencia en símbolo del resurgimiento de su comunidad y reparación a las víctimas.
En los últimos cinco años, los nuevos espacios interiores de la casa acogieron el arte, los grupos artísticos, un museo arqueológico con vestigios de la tribu Pantágoras y los guías turísticos, quienes cuentan la historia de la zona, el resurgimiento que vive hoy. Ahora, los estragos de la violencia y el miedo fueron cambiados por un espíritu resiliente, según los comentarios de la comunidad.
“Ya no se conoce como la casa del terror de El Prodigio, sino como la Casa de la cultura y la esperanza”, afirma con emoción Arnulfo Berrío, líder comunitario y víctima del desplazamiento forzado que, además, recuerda que la edificación fue “construida por orden de alias Terror”. Este era el sobrenombre con el que conocían a Oliverio Isaza Gómez en la región, uno de los jefes del Bloque Magdalena Medio de las autodefensas.
Aquí, cabe mencionar que luego de las tomas guerrilleras en el 2001, la presencia del grupo paramilitar aumentó, intensificando el conflicto armado en dicha zona y, como consecuencia, los homicidios, las desapariciones, los desplazamientos forzados, los secuestros, los confinamientos, entre otros delitos.
Por otro lado, en el 2006, tras la desmovilización del grupo armado ilegal, la propiedad fue entregada en 2010 por la Fiscalía General de la Nación al Fondo para la Reparación a las Víctimas, adscrito a la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. Pero al pasar cuatro años sin darle uso, la Junta de Acción Comunal solicitó la entrega a la comunidad para llevar a cabo actividades culturales y turísticas.
Además, con esos objetivos y “para garantizar la protección del inmueble e implementar un sistema de administración apropiado, se entregó este mes en comodato a la Alcaldía Municipal de San Luis para que siga convirtiéndose en un sitio representativo del corregimiento y el beneficio de más de 300 víctimas que viven allí y la población en general”, aseguró Miguel Avendaño, coordinador del Fondo.
Así pues, Arnulfo Berrío considera que “la entrega de esta casa para nuestra comunidad es importante para resignificarla y desestigmatizar nuestro corregimiento, que se conocía era por la violencia, y ahora se proyecta como destino turístico por su riqueza arqueológica, paisajística y con sitios poco explorados como las cavernas de los indígenas Pantágoras”.
El líder local agrega que, motivados con la administración del inmueble, “se podrán aunar esfuerzos entre la Junta de Acción Comunal, la alcaldía de San Luis y los Vigías del Patrimonio sanluisano para darle una nueva dinámica, y que la gente tenga acceso a la cultura y el arte”.
Asimismo, con la cesión en comodato no solo se consolidará como la “Casa de la cultura y la esperanza”, sino que también servirá como centro de acopio para los cacaoteros de la región. Igualmente, funcionará como un sitio referente del encuentro social que reivindica los derechos de las víctimas reconstructoras de sus proyectos de vida.