Mariana Díaz Correa
Comunicación Social, UCO, marianadiazcorrea07@gmail.com
Puede que haya una gran cantidad de animales que tienen familia, pero sin duda existen muchos otros que siguen rondando en las calles de Rionegro o esperando un mejor hogar, donde no sufran de abuso. Durante una visita guiada por las instalaciones del Centro Integral de Bienestar Animal, Ceiba, un programa de la Secretaria de Hábitat de la Alcaldía de la localidad, que busca proporcionar bienestar a los felinos, caninos y semovientes que se encuentran en condición de vulnerabilidad de Rionegro, la médica veterinaria Mariana Orjuela comenta que la contingencia provocó una disminución en la adopción, y en contraste seguían recibiendo animales. Como resultado, según indicó Duván Mateo Ospina, coordinador del Ceiba, a finales del 2020, con 235 adopciones de un total de 562 albergados, 327 animales (el 58 %) no encontraron una familia. En estos tres meses del 2021 se han sumado 53 animales nuevos y han sido adoptados 42.
Para Juliana Isaza Roldan, veterinaria de la Universidad de Antioquia, son dos las causas de abandono que se propiciaron en estos tiempos: en primer lugar, el temor a que los animales fueran portadores del virus (lo cual no es así, pues como asegura la profesional, los perros no tienen compatibilidades con esa cepa del coronavirus.); la segunda, la disminución o pérdida del poder adquisitivo de los dueños. “A pesar de tener un flujo constante de pacientes durante esos tiempos, los recursos que estaban destinados para la salud de los animales han tenido que ir a suplir otras necesidades”, argumenta la veterinaria.
¿Qué importancia tomaron?
Héctor Saúl García, psicólogo de la Universidad de Antioquia, recalca desde su punto de vista profesional que “el ser humano es social por naturaleza y necesita estar en contacto con otros seres, por lo general otros humanos… hoy en día las mascotas han empezado a tomar un lugar privilegiado en la vida de las personas”.
El psicólogo hace notar el importante papel que cumplen desde la salud mental las mascotas, pues servirían para evitar esa sensación de soledad, en especial la que hubo en el confinamiento. “Las mascotas pueden ayudar a liberal el estrés, a mejorar la autoestima y la seguridad. Fortalecen valores como la tolerancia. Son positivos para los niños e incentivan el sentido de la responsabilidad al generar que los jóvenes tengan unas tareas fijas. Además, los animales dieron un mayor bienestar a aquellos niños aislados de sus colegios, evitando sentir esa soledad”, opina, a su vez, Isaza.
No obstante, Héctor Saúl insiste que “compartir con una mascota jamás podrá suplir el compartir con un ser humano como tal”, pues recalca que la humanización de estos puede afectar su instinto biológico.
Entre los habitantes de Rionegro se pueden ver casos que concuerdan con esta situación. Una de ellas es Mariana Rendón, Estudiante de la UCO. Para ella, la necesidad de adopción causada por el sentimiento de la soledad que le surgió debido a tal situación le hizo tomar la decisión de adoptar cuatro gatas y una perrita.
El tamaño no importa
Las mascotas pueden ser adquiridas de diversas formas: por medio de adopción, rescate o compra. En Rionegro se encuentra el Ceiba, dirigido por la alcaldía de la localidad. Es un centro de adopción y rescate donde sus necesidades básicas y de salud están cubiertas.
La médica veterinaria del centro afirma que algunos animales llevan bastante tiempo allí. Por prejuicios o mitos de la sociedad los menos adoptados son los mayores, los de color negro y los de gran tamaño. Respecto a este último, la profesional indica que el tamaño no debería ser una dificultad, pues no necesariamente deben estar en un espacio amplio.
Las dos caras de la moneda
La gran problemática del abandono que abunda a pesar del pasar de los años, se puede proyectar por medio de la historia de Homero. Él había sido encerrado por su anterior dueño en sótano a oscuras y sin alimentación, junto con su madre y sus hermanos, “para dejarlos morir a todos por ser una raza impura” como menciona Carlos, su actual dueño, puesto que era el resultado del cruce entre un pastor alemán y una fila brasileña.
Él fue el único que sobrevivió y fue rescatado con un mes de edad por la fundación, La Casa de las Narices Frías, centro de rescate y refugio ubicado en Sabaneta, Antioquia. En un principio no quería comer y se mantenía en un rincón. En el mismo espacio compartía con una pitbull que estaba amamantando. “Esa pitbull le salvó la vida a Homero al amantar también al perrito”, afirma el dueño.
Cuando lo conocieron, Carlos y su esposa Paula se enamoraron del perro. A pesar de que Homero aún no tiene confianza con los humanos, es muy apegado a sus dueños que con cariño y paciencia lo han ayudado. El beneficio fue mutuo, y es un gran ejemplo del bien que adquirieron: Carlos tuvo que tomar una cuarentena estricta durante 15 días y por ese tiempo tuvo la compañía de su fiel amigo Homero.
Ser parte de la transformación de esta realidad requiere de responsabilidad y una adopción con todos sus debidos cuidados pues “es un compromiso para toda la vida”, como insiste Juliana Isaza. Comprometerse con la esterilización es una solución para que haya menos abandonados y maltratados: este es el método para reducir la población de los perritos en la calle. Por ello, según la veterinaria, en el 2020, 1935 animales fueron esterilizados, mientras que durante este año han sido 225 los canes beneficiados por esta medida.