Por: Carlos Humberto Gómez, Director RedOriente
El Hijo de don Ernesto Tobón Benjumea y doña María Teresa Villegas Baena ha cumplido su labor en la tierra, ha partido y con él grandes enseñanzas y obras que lo inmortalizarán y servirán para confirmar el gran legado que dejó en cada ciudadano rionegrero y aún más allá.
Un hombre que siempre estuvo dedicado a los medios, que tuvo entre otros la fortuna de hacerse al lado de académicos, pensadores y grandes personajes que hicieron como él historia en la prensa. A sus 17 años ya hacía parte de la nómina de una importante empresa privada, donde en la reconocida carrera séptima de Bogotá este aventajado joven hacía revistas, boletines, escritos y hasta almanaques de carácter histórico.
La historia fue lo suyo, no en vano sus equipos y herramientas de trabajo dieron cuenta de las andanzas de antaño que siempre lo acompañaron: uno de ellos, su vieja máquina de escribir una Brother Deluxe 1350 de principios de los años setenta, -un espécimen raro para las nuevas generaciones-, que aún se conserva en su colección personal.
Frente a esta fina máquina y otras de su tipo, dedicaba horas y horas a construir textos que contaban desde excesos de los funcionarios públicos hasta artículos de prensa que se convertían cada vez en el testigo fiel de los acontecimientos locales. La vida útil de este dispositivo mecánico terminó cuando llegaron los procesadores de texto que impusieron el reemplazo de la hasta ese momento imprescindible compañía para escritores de tiempo completo como él.
Jairo Tobón Villegas liberal como ninguno, obstinado y pertinaz. Dedicó gran parte de su vida a la historia, al arte y al periodismo. El Maestro, como fue llamado por el Círculo de Artistas de Bogotá en 1.946 nació un 4 de Octubre de 1927. Próximo a cumplir 91 años aún soñaba con un museo donde el caricaturista Ricardo Rendón Bravo y la vida y obra de José María Córdoba vivieran por siempre.
“se habla mucho de cultura y bellas artes y no se practica, los museos se abandonan, se ha destruido del patrimonio histórico”, dijo en su momento quien fuera uno de las mayores dolientes de la memoria y cultura local.
El Rionegrero
El 12 de mayo de 1.981 vio la luz el primer ejemplar del Periódico, fueron 394 ediciones del Periódico al que dedicó 37 años de forma ininterrumpida, al partir preparaba la edición del mes de septiembre, alcanzó a dedicarle algunos artículos que se leen ahora, y como siempre muy orgulloso de lo que hoy día son 15.000 ejemplares certificados, “el único medio impreso de carácter independiente de la región que tiene esa circulación”, decía.
El Maestro dejó unos pendientes, unos libros, unas esculturas, unas obras que esperaba verlas hechas realidad cuando los encargados de timar las decisiones en este municipio lo permitieran. Se fue esperando un espacio dedicado a la cultura rionegrera donde lo que predominara fuera el talento y la memoria de quienes dejaron huella en su natal Rionegro.
Y una más, la enorme tarea hoy en manos de su compañera de vida, doña Stella Serna, le ha quedado el reto de mantener viva la memoria y tradición de la cultura rionegrera, de seguir contando los hechos que hacen noticia en la Hidalga Ciudad Santiago de Arma.