Por: Julio César Jaraba Echavarría
Las cifras de suicidio en Antioquia son alarmantes. Según el DANE, el año pasado se registraron 576 casos. Lamentablemente, este año la tendencia continúa al alza, con 163 suicidios reportados hasta agosto, de acuerdo con el Sistema de Vigilancia Epidemiológica. A nivel regional, la Organización Panamericana de la Salud reporta 100.000 muertes por suicidio anuales en las Américas, lo que subraya la magnitud de esta crisis de salud pública.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cerca de 450 millones de personas sufren trastornos mentales con una prevalencia similar en hombres y mujeres, con excepción de la depresión, que es más común en mujeres y el abuso de sustancias psicoactivas que es más común en hombres.
Este es, en términos generales, el panorama que presenta la Salud Mental, cuyas patologías se incrementaron de una manera alarmante en el año 2021, lo que muchos atribuyen al encierro colectivo a causa de la pandemia por el Covid. Ese año, ocurrieron en Antioquia 365 suicidios, es decir, una persona por día se quitó la vida, según datos del Hospital Mental de Antioquia. Por otro lado, en el Leving Lab de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, que es un hospital digital para atención en telesalud en el departamento, de las 19.560 personas que pidieron cita en telepsicología por primera vez, 6.826 de ellas fueron por comportamiento suicida, en un período comprendido entre marzo de 2020 y julio de 2022.
“Esta conducta ha venido en ascenso. En el marco de la pandemia se presentaron unos picos significativos, sin embargo, en 2022 fue más visible el comportamiento suicida: intentos y muertes por suicidio. En la curva epidemiológica de la conducta suicida, las mujeres lo intentan más, pero los hombres tienen intentos de mayor letalidad y por eso se ve una tasa más alta de suicidios en la población masculina. Eso nos pone a pensar que, si tenemos más consultas de mujeres, hace falta que los hombres se acerquen más y consulten”, explicó Karla Gil Luján, coordinadora de salud mental del Living Lab.
El trastorno afectivo bipolar y las esquizofrenias, son las enfermedades mentales más frecuentes en los servicios de urgencias y hospitalización de Antioquia, mientras que la depresión y los trastornos de ansiedad fueron las causas más comunes de consulta externa entre 2021 y 2022, según informes de la Secretaría de Salud e Inclusión Social del departamento.
En Colombia, los datos son alarmantes. Según un informe del Instituto de Medicina Legal correspondiente al primer trimestre de 2024, se registraron 712 casos de suicidio, de los cuales 205 fueron cometidos por jóvenes entre los 18 y 28 años, y 186 por personas de entre 29 y 44 años.
En el país, como en muchos otros, se ha legislado para que haya atención prioritaria a la salud mental, pero las normas no se aplican. El Diputado Hernán Torres, afirmó que “Creí que el tema estaba huérfano, pero encontré 52 leyes, 83 decretos, dos artículos en la Constitución, 153 sentencias de la Corte Constitucional y 484 sentencias de la Corte Suprema de Justicia. En Antioquia hay cuatro Ordenanzas. Falta concurrencia, asociatividad y coordinación del Estado para dar la atención que el tema amerita”.
Para la Organización Mundial de la Salud, la Salud Mental “es un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.
Indicadores en Antioquia
El pasado tres de octubre se realizó en la Asamblea Departamental de Antioquia un debate de control político promovido por la Diputada Zulema Zapata, para tratar el tema de la Salud Mental en el departamento, al cual asistió como principal invitada la Secretaria de Salud y Protección Social, Marta Cecilia Ramírez Orrego, acompañada de otros miembros del gabinete.
Para la funcionaria, “El mayor flagelo que estamos viviendo en Antioquia, en Colombia y en el mundo, a partir de la pandemia, es la problemática de salud mental, pero es un tema tan complejo que la salud mental no es solo un tema por abordar desde los actores de la salud. La Salud mental no es una estadística, no es una foto, no es una acción. Es una situación humana que tenemos que abordar integralmente desde muchos frentes y, sobre todo, entendiendo que el ser humano no es solo cuerpo físico, el ser humano es también espiritualidad, es salud mental y es por eso que el problema lo tenemos que abordar de manera integral”.
Además de la cifra de 163 personas que se suicidaron en Antioquia de enero a agosto del presente año, la Secretaría de Salud presentó algunos indicadores de los principales problemas que tiene el departamento en materia de salud mental. Reveló que, en Colombia, los niños están comenzando el consumo de sustancias psicoactivas a los 13 años, pero en Antioquia lo están iniciando a los 12 años, un tema sobre el cual no pueden estar tranquilos los padres de familia y los gobernantes.
De acuerdo con los registros del Sistema de Vigilancia Epidemiológica, Sivigila, durante el período comprendido entre el año 2022 y el 2024, en intoxicación por sustancias psicoactivas se registraron 714 casos, con un promedio de 10.34 por cada 100.000 habitantes, frente a la tasa nacional que es del 16.5.
En intento de suicidio 4.069 casos entre el 2022 y 2024, con 58.94 por cada 100.000 habitantes, con un promedio de 57.59 en Antioquia frente al 78.3 a nivel nacional.
Violencia intrafamiliar 11.634 casos, con una tasa del 127.33 por cada 100.000 habitantes, frente al 40.8 a nivel nacional. Uno de los principales factores que está incidiendo en la violencia intrafamiliar, es el consumo de sustancias psicoactivas, de acuerdo al informe de la Secretaría de Salud y Protección Social.
Acciones que se desarrollan
Para referirse a los programas que se desarrollan desde la Gobernación, Ramírez Orrego, aclaró que al gobierno departamental le corresponde la asistencia técnica, vigilancia y control, el acompañamiento a los municipios, pero no ejecuta los planes directamente. Cada municipio tiene su Plan Municipal de Salud que es financiado con recursos del Ministerio del ramo.
Informó que dentro del Plan de Desarrollo “Por Antioquia firme”, se tienen 11 proyectos en materia de salud mental, para apoyar a las Administraciones, especialmente a las de los 108 municipios de Antioquia que están en categorías 4ª, 5ª y 6ª. Precisó que esta Administración dará continuidad al programa “Salud para el Alma”, que inició el gobierno anterior, pero con una visión más integral, menos fragmentada, para darle mayor fuerza, el cual se está trabajando en 96 municipios.
Para atender a la demanda de atención a la salud mental, la Secretaría de Salud anunció que en la actual Administración se invertirán este año más de 20.000 millones de pesos en los programas de salud mental, ya se han ejecutado más de 13.000 millones para los programas del Hospital Mental de Antioquia, la ESE Carisma, los Escuchaderos y en la Escuela Contra la Drogadicción que funciona en Rionegro. Este año se van a abrir 270 camas más en el Hospital Mental de Antioquia, además de lo que invierte la Secretaría de Educación en programas como La Aventura de Crecer, donde se está formando a los docentes para identificar los signos de alteración de la salud mental; Jóvenes Pa´lante, Entornos Educativos Seguros, la Jornada Extendida para que los jóvenes ocupen su tiempo libre capacitándose en deportes, robótica, artes, entre otros.
Según se informó, la Secretaría de Inclusión Social y Familia tiene seis Gerencias desde las cuales hay planes para impactar la salud mental en el departamento, como atención a madres adolescentes para prevenir afectaciones como la depresión, el suicidio y el consumo de sustancias psicoactivas. El programa Arrullos que promueve la salud emocional y la crianza amorosa mediante estrategias psicopedagógicas, prevención de violencias basadas en género; ruta de prevención del suicidio en pueblos indígenas, Gerencia del Adulto mayor con la creación de grupos interdisciplinarios para prevenir afectaciones a la salud mental y la Gerencia para la atención a personas con discapacidad, donde se identifican muchas personas con depresión por no poder generar ingresos para sus familias y por ello se promueve la formación para el trabajo de estas personas. Desde otras Secretarías trabajan estrategias para prevenir las enfermedades mentales, como son la Secretaría de Familia, las Comisarías, Indeportes, Secretaría de las Mujeres, Secretaría de Juventud y Cultura y Patrimonio.
Salud Mental en ámbitos laborales
Cada 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, impulsado por la Federación Mundial para la Salud Mental, con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud, que lo instituyó en el año 1992.
Este año, la conmemoración estuvo dirigida a priorizar la salud mental en los puestos de trabajo, ya que los entornos de trabajo seguros y saludables pueden actuar como un factor protector para la salud mental. Las condiciones insalubres, como el estigma, la discriminación y la exposición a riesgos como el acoso y otras malas condiciones de trabajo, plantean riesgos importantes que afectan la salud mental y la calidad de vida de los asalariados y, en consecuencia, la participación o la productividad en el trabajo.
Con el 60% de la población mundial trabajando, la Federación para la Salud Mental señala que se necesitan medidas urgentes para garantizar que el trabajo evite riesgos para la salud mental. “Los empleadores y los compañeros de trabajo pueden ser agentes de cambio en el lugar de trabajo al combatir el estigma y fomentar el debate abierto sobre la salud mental. También pueden aprender a identificar los signos de problemas comunes de salud mental, como la depresión y alentar a los compañeros que puedan tener dificultades a buscar ayuda”.
Un trabajador que en su empresa es sometido a malos tratos, estigmatizaciones o acoso, sufrirá una depresión que se manifiesta en la familia con malos tratos a sus seres queridos y violencia intrafamiliar.
Cambios abruptos en hábitos como el apetito, el sueño, el ánimo y el mal comportamiento en la vida social, son algunos signos de que alguien podría estar padeciendo una enfermedad mental. Para los profesionales de esta rama, es necesario aumentar el número de expertos en salud mental por ciudadano, generar rutas de apoyo para la atención oportuna y, lo más importante, ser empáticos, escuchar y ayudar al otro.