Leyendo: Ángela la pericia de una mujer al volante

Ángela la pericia de una mujer al volante

Parece una novedad, pero en la región es una de las muchas mujeres que ya están rompiendo paradigmas y dejando claro que su trabajo, al igual que el de los hombres responde a una necesidad social y a una clara muestra de actitud y aptitud.

Una grata sorpresa se llevan muchos usuarios del servicio de transporte público que presta una empresa en el sector urbano y rural de Rionegro, mientras se suben a la buseta se escucha “¡Ay! mira, una mujer está conduciendo”. Así es, entre ciento cuarenta conductores, Ángela María Hernández Hernández es la única mujer conductora de buseta que hace parte de este gremio.

Deseo y necesidad

Yo era una ama de casa normal, con mi esposo y mi hija” a raíz de su separación no recibió más apoyo del que hasta ese momento fue su compañero. Ángela empezó a buscar empleo, un día caminando por las calles de Medellín con su hermana, le dijo “Qué rico manejar un carro de esos, ¿cómo será?” “usted es capaz, usted es una mujer muy verraca”, le respondió su hermana. A partir de ese día, fue la única persona que creyó en la aventura que ahora emprendía quien en poco tiempo se coinvertiría en la primera conductora de transporte público en las comunas de la capital antioqueña.

Esta valiente mujer inició hace 4 años, cuando se presentó a la primera empresa de transporte público, de allí la enviaron a hacer un curso, luego de terminado no les convenció, y la enviaron a realizar más horas prácticas que ella pagó con unos ahorros que tenía. Siguió insistiendo en la empresa para lograr la esperada oportunidad, hasta que el dueño de un busetón del metro la contrató.

El camino para entrar a este gremio fue todo un proceso de aprendizaje, después de un mes ante sus bajos resultados en número de pasajeros transportados la empresa la suspendió, pero sus compañeros le dieron “una manito” para lograr mejores resultados, aprendió como ella lo dice a “coger malicia”. Fue reintegrada y le dieron otra ruta, dice que produce mucha inquietud cuando los pasajeros se percatan que es una mujer quien va al volante.

Ángela no se conformaba con estar en esta empresa, se puso un reto mayor, quería ingresar a la empresa transportadora La Valeria. Esa empresa como se dice en el argot popular es una empresa brava. “Allá hay que correr, por eso se llama Rápido Transportadora la Valeria”. El gerente de la empresa cuando me le presenté con la hoja de vida me dijo, “No, que tal, acá no recibimos mujeres, acá nunca ha trabajado una mujer”; Ángela que es de retos le demostró que si, a él y a todas las personas que le decían que no perdiera el tiempo que no la iban a aceptar. Una asociada de la transportadora La Valeria creyó en ella y la dejó ingresar a manejar un carro en esta empresa.

Para Angela este empleo ha significado un reto personal, lo cual permitió que se forjará su carácter y superará obstáculos que se presentaron en su camino, además de tener autocontrol y mucha fortaleza, ya que para ella es un trabajo bajo presión, mucha responsabilidad porque lleva vidas humanas, hay altos niveles de estrés, se debe tener una capacidad de respuesta rápida, además de ser un trabajo agresivo, se debe combinar con una dosis de dulzura para la atención al usuario, así algunas veces sean intolerantes, aun así, es un trabajo que corre por sus venas y la apasiona profundamente. “No es un trabajo fácil, aunque la gente desde afuera lo vea así, no es fácil, porque uno principalmente debe enfrentar es a la mente, y controlar muchos factores, al tiempo que se está conduciendo

Desde pequeña Ángela tenía gran afinidad por los automotores, cuenta que les quitaba los carros a sus seis hermanitos y montaba a sus muñecas, ellos llorando le decían a su mamá que ella debía jugar solo con sus muñecas porque era niña. Ángela desde ese momento desafió paradigmas y nunca prestó atención a lo que decían. Además, esta mujer también tiene un gran gusto por los deportes, y sobre todo por los deportes extremos, por lo cual también le hubiera gustado trabajar como rescatista.

Hace seis meses Ángela está en el municipio de Rionegro y la empresa que la acogió como conductora es Coopetran Rionegro, de la cual se siente orgullosa de pertenecer, ya que la considera una empresa exigente y muy seria en el servicio público.

Ángela es un ejemplo y una muestra de la capacidad para lograr lo que se propone, demostró que no hay trabajos para hombres o mujeres, sino la valoración de diferentes capacidades para desempeñar profesiones que hasta ahora parecían solo para los varones. Hoy, -dice-, realiza su labor con pasión, entrega y perseverancia.

La buseta No. 13, presta el servicio en 6 rutas veredales y urbano en el municipio de Rionegro. Ángela entre 140 conductores es la única mujer, quien se ha ganado el respeto y aprecio de sus compañeros de trabajo por sus habilidades y destreza para llevar a buen destino cada nuevo viaje que emprende día tras día.

Compartir este artículo