Leyendo: Encuestas y noticias falsas, una constante

Encuestas y noticias falsas, una constante

En cada proceso electoral los estudios de opinión son una herramienta importante para los partidos políticos y candidatos; sin embargo, muchos de esos estudios son poco confiables e incluso falsos, y logran muchas veces viralizarse a través de las redes sociales. La Prensa  consultó diferentes fuentes con el fin de dar algunas bases para identificar encuestas y noticias falsas, especialmente en esta temporada de elecciones, pues la intención de estas, es modificar el ánimo de los candidatos, disminuir el efecto negativo de este o del partido político, y afectar la imagen electoral de los rivales.

¿Cómo identificar una encuesta falsa?

Si bien cualquier partido o candidato tienen la libertad de realizar o solicitar la elaboración de una encuesta para su consumo interno, cuando estas se hacen públicas es fácil detectar si es confiable o no.

Lo primero que debe hacer el ciudadano es verificar que la empresa esté constituida legalmente. Segundo, que esté registrada en el Consejo Nacional Electoral (CNE). “La calidad de la encuesta puede ser verificada por un profesional en estadística. La forma de elaboración de la ficha técnica y de presentación de resultados son claves”, expresó Rubén Ríos, gerente estadístico de la empresa Anova, Soluciones Estadísticas S.A.S.

Algunas de estas entidades registradas legalmente en el CNE son: Anova Soluciones Estadísticas S.A.S., Universidad Autónoma Latinoamericana Unaula, Universidad de Antioquia – Centro De Estudios de Opinión – Ceo, Universidad de Medellín, Universidad de la Sabana – Observatorio de Medios, Datos y Encuestas S.A.S., Centro de Estudios Regionales Cafeteros y Empresariales- Crece, entre otros que pueden ser verificados en la página web de la entidad (www.cne.gov.co).

Por su parte, en la Resolución 23 de 1996, en su Artículo cuarto: Requisitos mínimos que debe contener toda publicación de encuestas y sondeos, dice que todas las encuestas y sondeos de opinión de carácter electoral, al ser publicados o difundidos tendrán que serlo en su totalidad y deberán indicar expresamente la persona natural o jurídica que los realizó o los encomendó, la fuente de su financiación, el tipo (procedimiento utilizado para seleccionar las unidades muestrales) y tamaño de la muestra, el tema o temas concretos a los que se refiere, las preguntas concretas que se formularon, los candidatos por quienes se indagó, el área (universo geográfico y universo de población), la técnica de recolección de datos utilizada (persona a persona, telefónica o por correo) y la fecha o período de tiempo en que se realizaron (fecha del trabajo de campo) y el margen de error calculado.

La experiencia del NDI

La Prensa habló con el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales de Estados Unidos – NDI (por sus siglas en ingles), una organización internacional sin fines de lucro con sede en Washington, D.C. y oficinas en cerca de 60 países, cuya misión es contribuir a promover y fortalecer la Democracia.

En el marco del Programa de fortalecimiento democrático que desempeñamos en Colombia hemos considerado importante desarrollar una serie de actividades y relaciones interinstitucionales de cara al proceso electoral 2019. Para ello es de gran interés para nosotros articular posibles acciones de cooperación mutua sobre los retos que presenta el fenómeno de las falsas noticias y la desinformación de cara al certamen electoral 2019 en Colombia”, expresó Andrés Osorio, oficial de programas del NDI Colombia.

La NDI cuenta con una guía sobre la desinformación e integridad electoral, con el fin de que la comunidad esté atenta a la información que va a difundir por cualquier medio.

En esta guía se habla de que algunos académicos han analizado cómo las noticias falsas están radicalizando e intensificando sentimientos antidemocráticos. Por lo tanto, esfuerzos para analizar, monitorear y mitigar el impacto de la desinformación en la integridad electoral, deben ser priorizados con mayor coordinación y claras estrategias entre aquellos que intentan combatir estas amenazas emergentes.

Hay varios métodos relacionados con la desinformación que pueden considerar o adoptar los observadores electorales ciudadanos; por ejemplo, usar herramientas y métodos para analizar y seguir la pista del contenido en línea. Los observadores electorales ciudadanos pueden recopilar más casos de desinformación mejorando el monitoreo de los medios y contenido en línea.

Otro método es observar los medios tradicionales de comunicación. Los grupos de observación electoral, especialmente aquellos enfocados en los medios, deben considerar cuáles medios tradicionales de comunicación podrían estar contribuyendo al ambiente ‘desinformático” y cómo se podrían observar. También, construir asociaciones relevantes, pues la desinformación se puede manifestar de maneras complejas y puede requerir una gama de actores para enfrentarla. Esto refuerza la importancia de construir relaciones entre observadores electorales y otros a quienes les preocupa la desinformación en las elecciones. Y, mejorar las habilidades de comunicación basadas en datos; los observadores electorales ciudadanos también pueden ser fuente de información crítica para desacreditar las narrativas falsas y datos incorrectos.

Actualmente, el NDI está desarrollando herramientas que se pueden usar para capturar y analizar datos de Twitter y Facebook, como el programa de Fact-a-lyzer, que son herramientas que grupos pueden usar para capturar y analizar datos de Twitter y Facebook.

Finalmente, en la guía se expresa que, “lograr el equilibrio entre la libertad de expresión y salvaguardar la integridad de la información, ambos necesarios para elecciones genuinas, es un desafío importante. Es importante no permitir que los autócratas y otros que buscan cerrar el espacio democrático exploten las preocupaciones sobre la desinformación para avanzar en sus agendas antidemocráticas”.

 

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