Leyendo: Una silleta de Rionegro para el mundo

Una silleta de Rionegro para el mundo

Solo hace falta ver el color y las líneas de sus manos para querer conocer la historia de Socorro Salazar, la única silletera de Rionegro presente en el desfile anual del municipio de Medellín.

El desgaste de sus manos que evoca recuerdos, en contraste con el brillo de sus ojos y los colores de su alma, hacen de Socorro Salazar la flor más especial de la vereda La Quiebra, en el Occidente rural del municipio de Rionegro.

Entre nostalgia y felicidad, Socorro recuerda cómo ha vivido la fiesta más grande de Antioquia: la Feria de las Flores, donde más que una tradición, es un homenaje a sus padres, quienes le dejaron como herencia el amor, respeto y pasión por esta práctica.

Desde hace 60 años, en la época del 58, sus padres iniciaron lo que hoy llenaría sus álbumes de flores, colores y sobre todo, momentos inolvidables. Desde los 7 años, Socorro acompañaba a sus padres al desfile de silleteros de la Feria de las Flores en Medellín, y a medida que fue creciendo, aumentó también su amor por este arte, y empezó a trabajar las silletas que le encargaban cada año de diferentes marcas empresariales.

Esta rionegrera de nacimiento se dedica a recrear las silletas comerciales, y aunque no recuerda cuántas ha realizado en todo el transcurso de su vida, lo que sí tiene claro es que lo seguirá haciendo con el mismo entusiasmo por muchos años más.

Con semillas de pino, mortiños, alfileres, cartón, aerosol, vinilos, madera y por supuesto, muchas flores blancas adquiridas en el Oriente de Antioquia, y el logo impreso de Terminales Medellín, Socorro fabricaba la silleta de esta empresa que sería recogida el 12 de agosto a las 4:30 am y que sería desfilada por el también rionegrero, Alejandro Patiño, de la vereda La Quiebra.

Lo que hace más feliz a Socorro, es el reconocimiento de quienes pasan por su finca y la ven realizando este arte, pues se siente orgullosa de ser la única silletera del municipio de Rionegro. “Me siento muy orgullosa porque en el contrato que nos dan, dice que las silletas comerciales las elaboran los mejores silleteros, por eso yo me esmero tanto para que me sigan asignando esta gran responsabilidad”, agregó.

Socorro, aparte de diseñar las silletas, cada año salía con ellas a realizar el desfile de dos o tres horas, de la Feria de las Flores, hasta que la última que llevó en su espalda, de 50 kilos, le costó una operación, desde entonces, solamente se ha dedicado a su fabricación.

Esta mujer ve futuro en este arte y en las nuevas generaciones, pues ha notado un considerable éxito en los desfiles de silleteritos en el corregimiento de Santa Elena, ya hay mucho niño con amor a esto, les están inculcando y creando consciencia de que es algo hermoso. Esto es Patrimonio Cultural de la Nación y no lo podemos dejar acabar”, expresó.

Finalmente, y entre lágrimas, Socorro agradece a esta tradición y a la naturaleza, por brindarle tantas oportunidades, llenarle el corazón de emociones, e incluso, de haberla librado de algunas necesidades.

Vereda La Quiebra

Socorro, además de ser una artista de flores, también es una gran líder en su vereda. Entró a ser parte de la acción comunal y sin tener muchos conocimientos sobre ésta, se le midió a trabajar por su vereda.

Ahora La Quiebra cuenta con un nuevo acueducto por el Plan Carrasquilla, al cual se le invirtieron 2200 millones de pesos; tienen una sede comunal, un escenario deportivo, un coliseo y próximamente contarán con un gimnasio al aire libre.

“Esta vereda está en el corredor de la vía Santa Elena-Medellín, es una zona muy tranquila, contamos con muy buenos vecinos, la gente es muy querida y muy amable”, manifestó Socorro; sin embargo, agregó también, que el peaje de la carretera de Rionegro-Medellín por la vía Santa Elena, ha sido un karma para los campesinos y habitantes de la vereda, pues “la gente primero se dedicaba mucho a sembrar, a tener sus animales y todo lo sacaban a vender al pueblo, pero en este momento, por el peaje, ya la gente cambió mucho su forma de ser y trabajan en cosas muy diferentes. Este peaje trajo pobreza a nuestra vereda”.

A pesar de esto, Socorro vive muy agradecida por hacer parte de una zona tan tranquila y llena de personas dispuestas siempre a colaborar, se siente muy privilegiada de haber trabajado por su vereda y seguirlo haciendo con la misma emoción, empeño y afecto.

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