Guarne es el municipio de Antioquia con más candidatos a la alcaldía, son 14 aspirantes
Juan David Hernández Ochoa
E-mail: juanda8a@hotmail.com
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La práctica de tirar una moneda al aire para tomar una decisión importante es tan antigua como la existencia misma de ese valioso metal. En el imperio romano era un evento común, conocido como “Navia aut Capita” que significa barco o cabeza, haciendo alusión a las figuras que aparecían en las dos caras. Son muchas las decisiones importantes que se han tomado de esta manera: así escogieron el nombre de Portland, conocida como la ciudad verde norteamericana; así también definieron el desempate en la NBA en la selección de novatos en 1979, para que los Lakers ficharan a un tal Magic Johnson, uno de los más grandes jugadores de la historia. Incluso algunas elecciones estatales de Estados Unidos han tenido esa suerte para resolver los empates.
Soltar al aire una moneda, observarla mientras gira y someternos a su capricho es dejar al destino la suerte de algo que nos creemos incapaces de dirimir o que le restamos importancia. La pregunta es ¿elegiría usted el alcalde de Guarne con ese método poco ortodoxo? La respuesta segura sería no. Y aunque es más una metáfora, este ejemplo nos sirve para poner en la mesa la discusión de cómo muchas veces se toma la decisión de escoger un gobernante: es el que va ganando en las encuestas, alguien cercano me dijo que votara por él, me gusta como habla o tiene mucha publicidad son algunas razones que se escuchan con frecuencia (sin mencionar los tamales, el dinero o las promesas de puestos o contratos, esas prácticas deplorables no merecen ni el análisis).
Este importante voto de confianza debería tener más sustento que eso, alejarse de las malas prácticas que cada vez son más frecuentes y que en Guarne ya migraron a lo digital. Antes se repartían panfletos debajo de las puertas hablando de la vida sexual de los candidatos o de sus “pecados” personales, ahora se crean cuentas de redes sociales, que se escudan en la sátira (mal aplicada) para desvirtuarlos, burlarse de ellos o sugerir verdades a medias, sin el valor de ponerle una firma o nombre a esos contenidos. Así no es.
Escoger un buen alcalde es trascendental para todos y entregar la confianza de un voto es mucho más que un acto simbólico, por eso me permito enumerar algunos conceptos que pueden ser tenidos en cuenta.
La persona: es partir de lo básico, una mala persona jamás será un buen gobernante y eso es muy sencillo de identificar. Existen candidatos genuinos y otros que se transforman en época de elecciones, cambian de discurso, de forma de ser y de comportamiento cuando están aspirando a un voto; la coherencia es un valor muy preciado y en la política es cada vez más escaso. Otro aspecto importante para analizar es conocer aquellos que se centran más en hablar mal de sus contrincantes, resaltar los defectos de los demás es, por lo general, más fácil que encontrar las propias virtudes.
Experiencia: hacer un repaso juicioso por el recorrido de los candidatos, su formación profesional y su experiencia laboral dan muchos elementos para tomar una decisión, si de verdad se quiere que esta sea consciente. No sobra ser riguroso en este análisis ya que es frecuente que, en su afán de impresionar, algunos magnifiquen su experiencia o se vuelven genéricos cuando los cargos ocupados no son relevantes para este propósito. No solo es saber dónde han trabajado, sino qué han hecho en esos lugares.
Las propuestas: los programas de gobierno no son invitados de piedra, son más una radiografía de cómo se visionan al municipio los candidatos y sus equipos de trabajo, además, son la base para un futuro plan de desarrollo, en caso de salir triunfantes en la contienda electoral. La invitación es a leerlos con detenimiento y validar la coherencia y factibilidad de lo que allí se plantea, ya que no es raro ver ideas copiadas o sin fundamentos técnicos y financieros. El papel puede con todo y el discurso también, ya no estamos para esas propuestas utópicas de personero de colegio, no solo es que te digan que quieren hacer sino cómo lo van a lograr.
Los aliados: un candidato nunca será una rueda suelta, es más, algunos son solo una rueda que alguien más está girando. ¿Quién los acompaña? ¿Quién los financia?, son preguntas más que necesarias. Dude siempre de las campañas con mucho dinero, con mucha publicidad y grandes eventos, esos recursos salen de algún lado y tendrán que regresar con creces.
¿Cara o sello? Si escogemos así, la moneda caerá siempre en el lado equivocado.
* Comunicador Social – Periodista, especialista en Gerencia de la Comunicación con Sistemas de Información.
*Las opiniones expresadas en esta columna de opinión son de exclusiva responsabilidad de su autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de La Prensa Oriente