Leyendo: Experiencias nacionales de sistemas masivos de transporte y la implementación precipitada de SONRIO

Experiencias nacionales de sistemas masivos de transporte y la implementación precipitada de SONRIO

José Joaquín Duque Gómez

Especial para La Prensa

Para tener elementos de juicio sobre la implementación de un sistema masivo de transporte en la ciudad de Rionegro, miremos primero la experiencia nacional al respecto.

En Colombia existen 14 sistemas, entre integrados y masivos, según el Ministerio de Transporte. Los siete sistemas integrados: Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, Cartagena, Cali, Medellín y Pereira, mueven el 56 % de los pasajeros en el país. Afirma el ministerio, que buena parte de los problemas comienzan en la génesis del sistema, pues no son autosuficientes. Los presupuestos de pasajeros e ingresos proyectados no han respondido a la realidad, las tarifas en su mayoría no alcanzan a cubrir sus costos reales, error grave creer que sean viables sin subsidios.

En ciudades diferentes a Bogotá y Medellín, se registró una drástica caída del número de pasajeros que se movilizan en todos los medios de transporte público, no sólo en sistema integrado masivo sino en buses y busetas tradicionales, en las 23 ciudades principales del país: mientras en 2007, según cifras del Dane, utilizaban transporte público 6.1 millones de pasajeros, en el 2017, sólo usaban 4.4 millones de pasajeros, una caída global del 29 %; en Cali cayó el 44 %, en Bucaramanga se redujo en 42%, en Cartagena la disminución fue en un 31 %. Siendo que la población crece, el menor uso del transporte público legal tiene como explicación: la proliferación del transporte informal o pirata, -incluyendo el mototaxismo- y de otra, un mayor uso de los medios privados de transporte: autos, bicicletas y sobre todo motos.

Según Globat Data 2018, en Colombia, se movilizan en siete ciudades que han implementado el Sistema de Transporte Rápido o Rapid Transit-BRT-, 3’400.000 pasajeros diarios; el Trasmilenio moviliza 2´560.000 pasajeros con un corredor de vial de 114 kms; el Mio de Cali cerca de 490.000 pasajeros, en un corredor de 39 kms; el TransMetro de Barranquilla mueve 130.000 usuarios en 14 kms de corredor vial; El Mega Bus de Pereira mueve más de 118.000 pasajeros, en 27 kms de corredor; el Metrolinea de Bucaramanga mueve 45.000 pasajeros en 8.9 kms; el Metroplus en Medellín moviliza 145.000 usuarios en 26 kms; el Transcaribe en Cartagena moviliza 97.000 en 15 kms de corredor. Esas son cifras reales, no proyectadas, y las proyecciones fueron muy superiores.

El Transmilenio atiende la tercera parte de necesidades de la capital, el de Cali la mitad de lo proyectado, Pereira, Barranquilla, menos del 40 % de personas proyectadas. Todos estos sistemas hoy pasan por la problemática financiera, deben billones al sistema bancario. Todos estos replican el modelo de la ciudad de Curitiba, en Brasil, a través de vías Troncales, por carriles exclusivos van los buses articulados y se alimentan las troncales con buses alimentadores.

Hoy afirman expertos que el transporte masivo en Colombia siempre ha pasado por crisis financiera, operativa, administrativa, no atiende suficientemente las necesidades de los usuarios, grandes conglomerados optan por el transporte particular, hay más carros y motos que lo apropiado para las vías existentes. El transporte público compite por la malla vial con los vehículos particulares, casi la misma malla vial de la época de poca población de hace varias décadas atrás. Con otro agravante que los que adquieren moto en un 60% eran usuarios del transporte masivo.

Es tal la situación del momento del sistema masivo de transporte, que en el Plan Nacional de Desarrollo, se plantea un gran salvamento para permitirle aire y lograr su permanencia, porque no son sostenibles para garantizar la operación. La nación aportará para la construcción pero no para su mantenimiento, los alcaldes deben diseñar estrategias que ayuden  a través de tributos  para conseguir  recursos para su sostenimiento y buscar figuras de financiación dentro del marco de la normatividad.

Todo lo anterior es una breve síntesis de lo que ha pasado en el país, en la implementación de estos sistemas de transporte en mención.

Ahora, pretende la Administración de Rionegro aceleradamente, muy autoritariamente,  sin socialización, no concertada con los actores del transporte, con  las empresas que llevan 60 años unas y 50 otras, invirtiendo en la actividad y prestando el servicio a la comunidad, con la figura de SONRIO, implementar un sistema de prestación de servicio que no recoge el sentir, la experiencia y conocimiento de transportistas que han comprometido toda la vida sus patrimonios familiares y empresariales. Son ellos convidados de piedra, y sometidos a presiones para hacer parte de un sistema del cual no se conocen: ni los estudios técnicos, financieros, contables, legales, operativos, oferta, demanda, actos administrativos de permisos del Ministerio de Transporte porque Sonrío afecta o impacta municipios vecinos, ni se conoce otros asuntos pertinentes al servicio como lo expresan en Derecho de Petición, la agremiación –Asetroa– de la que hacen parte quince empresas de transporte del Oriente antioqueño, generando grandes inquietudes en los mismos concejales de Rionegro, como en los concejos de otros municipios de la región; igualmente muchas dudas expresan los alcaldes vecinos, y sobre todo la comunidad oriental, que según está concebido el sistema de transporte le tocará trasbordar, incrementando sus costos, para venir a Rionegro en donde tiene que demandar servicios de empleo, salud, educación, comercio, recreación, etc., estimándose diariamente en una población oriental de 25.000 personas de los otros municipios que vienen a satisfacer sus necesidades en la llamada capital oriental.

Rionegro de esa forma, no facilita las cosas para alimentar este sistema, con los municipios vecinos, las empresas vecinas, y las mismas de su municipio, como también para aunar capitales, equipos, conocimientos, saberes, experiencias para así volver viable un sistema, pues ni siquiera tiene la población de las ciudades que ya lo experimentaron y que no lo han vuelto sostenible, que como vimos en la primera parte de este artículo,  se requiere sincronización de muchas variables como una población muy significativa para equilibrar un sistema de transporte ya que la experiencia nacional muestra lo complejo y sensible que es hacerlo financiable y sostenible.

Dinamita pues desde su nacimiento la administración de Rionegro un sistema de transporte masivo, que podría ser la redención para la movilidad de su municipio, y el altiplano del oriente antioqueño. Concluyo con afirmaciones de expertos que estuvieron en el Octavo Congreso de Movilidad y Transporte en Bogotá del 4 al 6 de Abril de 2018, al que asistieron más de 100 expertos de todo el mundo.

Salvador Herrera, director y fundador de La Urbanística de México señaló que, “el desarrollo de una ciudad se debe orientar al transporte de su población, lo que se logra desde la estructuración de planes que pasan por Asambleas y se discuten con los ‘vecinos’ donde se proyecta la construcción de obras”. Otra experta de este congreso, afirmó que “la construcción de ciudad, urbanismo, equidad y democracia  desde los medios de movilidad, es importante cuando se estudian los sistemas de transporte de pasajeros para operar en las diferentes ciudades del mundo”; sin embargo, Rionegro hace todo lo contrario, no se integra al Oriente, no se articula, ni planifica concertadamente con la región, un desarrollo armonioso y equilibrado, siempre por su lado.

Con razón en este cuatrienio la apuesta entre Área Metropolitana y Provincia, el péndulo del ordenamiento territorial regional, se inclina hacia los municipios de las provincias: La Provincia del Agua Bosques y Turismo, como a los municipios que constituyeron la Provincia de la Paz. Municipios que sí encontraron la forma de asociarse y entenderse en temas comunes en el marco de la  hermandad de una identidad y origen afín, que pueden resolver mancomunadamente sus problemáticas.

Rionegro y el Oriente antioqueño, más precisamente el altiplano, sí necesitan una solución de transporte masivo, como construcción colectiva de todos los actores de la movilidad, con los municipios vecinos y empresas de transporte de la región que optimice recursos, aúne y sume a la población requerida, para buscar la sostenibilidad del sistema a implementar.

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