Diana Francedy Carvajal Zapata. @carvajaldianaf
Al inicio de los periodos gubernamentales se siente en el ambiente un aire de esperanza. Cada cuatro años se develan los anhelos de los habitantes de la región que esperan en los nuevos mandatarios la panacea a todos los males.
Si bien, en términos generales en los municipios del Oriente antioqueño quedaron electos los más carismáticos dirigentes, es imperativo suponer que es una característica suficiente para confrontar uno de los momentos coyunturales históricos de trabajar como región, más allá de las discusiones de la figura supramunicipal a implementarse para darle solución a los problemas comunes que tenemos, debe salir a flote el real deseo de trabajar en equipo, de pensarnos como territorio, esto significa una real cohesión entre los nuevos alcaldes. ¿Será posible tal suceso?, máxime cuando sabemos que los intereses de los partidos políticos de todos, por muy independientes que aparenten ser y los compromisos no cumplidos de muchos, les obliga hasta a despojarse de sus propios criterios.
En el periodo anterior se empezó con un impulso y unidad increíble, con encuentros de alcaldes de una participación casi del 100 %, pero pasó que las diferencias irreconciliables en poco tiempo salieron a flote, hasta ahí duraron las intenciones, se abrieron caminos diferentes para demostrar el poder político y lo que eran capaces de lograr segmentados, algunos lograron cometidos con mínimos impactos y otros con sus decisiones crearon trifurcas en el colectivo popular.
Muchos de quienes habitamos esta bella región y recorremos su diversidad, coincidimos en que es el momento de actuar para la planificación conjunta, desde una convicción desinteresada del poder individual, la inequidad del territorio es devastadora y los intereses de los foráneos no dan tregua, seguimos siendo atractivos desde muchas ópticas, no en vano el asentamiento industrial, por ejemplo, sigue creciendo exponencialmente, además de la visible demanda de viviendas donde es ya masivo el desplazamiento del Valle de Aburrá y con ello el propio caos en infraestructura vial, servicios públicos, sostenibilidad ambiental, que finalmente redundan en el limitado acceso equitativo a lo que el Estado debe brindar.
Ya se realizó el primer encuentro de alcaldes de esta vigencia, esperamos que este impulso de unidad perdure y que no se permee por las “ansias de futuro”, esas que sesgan la mirada colectiva, donde salen a flote los protagonismos individuales de mejor jerarquía política post mandato; que prime el cumplimiento de las propuestas viables en cada municipio y el trabajo coordinado, conjunto y desinteresado por nuestra comarca, lo necesitamos, queremos y esperamos que no sea una vana ilusión.
*Comunicadora y relacionista pública
*Las opiniones expresadas en esta columna de opinión son de exclusiva responsabilidad de su autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de La Prensa Oriente