Leyendo: “La funa” como mecanismo de participación ciudadana

“La funa” como mecanismo de participación ciudadana

Por: Juan Pablo Goenaga*

Primero lo primero

El verbo funar, según la Real Academia Española (RAE):

(…) se recoge en el Diccionario de americanismos con distintos significados, entre ellos el de ‘organizar actos públicos de denuncia contra organismos o personas relacionadas con actos de represión delante de su sede o domicilio’, propio de Chile.”

Es común escuchar el término funar en el lenguaje juvenil y aún más común verlo en acción, sobre todo con las redes sociales como medio de difusión. Pero, ¿puede considerarse un mecanismo de participación ciudadana? Vamos por partes.

¿Es un mecanismo de participación ciudadana?

Los mecanismos de participación ciudadana, según diversas fuentes institucionales—especialmente en el ámbito del control político—se definen como:

Herramientas establecidas en la Constitución de 1991 para asegurar e incentivar la democracia participativa directa de los ciudadanos colombianos.
A través de estos mecanismos, todos los ciudadanos pueden tomar parte en la toma de decisiones y en la resolución de los problemas comunes. También pueden ejercer control y poner límites a los poderes, de acuerdo con los preceptos de la Constitución y la ley.” (Registraduría Nacional del Estado Civil).

Sin embargo, un joven que ha perdido la confianza en la institucionalidad y que no se siente representado por figuras políticas difícilmente recurrirá a herramientas como el voto, el referendo, el plebiscito, la consulta popular, la iniciativa legislativa, la revocatoria de mandato o el cabildo abierto (mecanismos consagrados en el artículo 103 de la Constitución Política de Colombia).

En su lugar, tomará su celular, abrirá la red social más cercana y expondrá ante la opinión pública su respectiva funa. No obstante, esta no cobrará verdadera relevancia hasta que la audiencia (amigos, seguidores y close friends) se sume al debate contra el funado.

Y el funado de la semana fue…

Si ha llegado hasta aquí y aún no tiene claro qué es una funa, le explico con un caso reciente:

El pasado 21 de marzo, en el municipio de El Santuario, su alcalde fue objeto de una funa por parte de la comunidad.

La razón: el posible traslado del reconocido Festival —y movimiento— de la Chicha y la Cultura al Parque Lineal del municipio.

Las autoridades argumentan que el cambio responde a razones de seguridad, comodidad y un mejor desarrollo del evento.

Sin embargo, la comunidad chichera sostiene que este festival ha sido su hogar por más de cinco décadas y que con él han conservado historias, creencias y tradiciones heredadas de sus bisabuelos.

Ahí le dejo

El espacio público ya no se limita a un lugar físico. La digitalidad ha roto fronteras y ha permitido acercamientos nunca antes vistos en la política.

Como resultado, las formas de participación ciudadana también han evolucionado, sin la necesidad de ser filtradas o mediadas por un medio de comunicación, un personaje político o un mecanismo legal.

La funa—o, si se quiere, la denuncia—permite la difusión sin límites de una opinión, sumando más voces al debate y generando respuestas más rápidas y concretas, sin necesidad de que terceros ganen indulgencias con padre nuestros ajenos.

No obstante, como reflexión final, es fundamental asumir con responsabilidad esta herramienta. Los jóvenes debemos tratarla con la seriedad que amerita y utilizarla para defender con vehemencia las injusticias que enfrentamos a diario. Pero no como un arma de ataque ni como un caballo de batalla, sino como un instrumento de pluralidad, representación y control ciudadano.


*Periodista y editor web de La Prensa Oriente

*Las opiniones expresadas en esta columna de opinión son de exclusiva responsabilidad de
su autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de La Prensa Oriente.

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