Karol Vanessa Rojas García
karolraya@hotmail.com
La conversación con ciudadanos de a pie, el recorrido por distintos sectores de Rionegro, la posibilidad de aclarar dudas de forma cercana y vernos a los ojos para decirnos que todos los colombianos soñamos con un país sin corrupción, fueron algunas de las alternativas con las que distintos jóvenes de Rionegro hicimos pedagogía por la Consulta Popular Anticorrupción.
Lo primero fue la recolección de firmas en lugares como San Antonio de Pereira, la Plaza de la Libertad, El Aeropuerto José María Córdoba, la Plaza de Mercado, o negocios de amigos cercanos. En aquel momento fueron 22 mil gracias, reflejados en 22 mil nombres de hombres y mujeres que soñamos con un país donde los recursos sean destinados para las necesidades reales de los colombianos, como una mejor educación, atención en salud y mayores oportunidades artísticas y culturales.
Pero luego vendría lo más difícil: lograr que aquellas personas que se acercaron a firmar aquel sueño, salieran a las urnas el pasado 26 de agosto. Pero nosotros no paramos, y nos juntamos los mismos jóvenes independientes, o de organizaciones sociales y culturales, de partidos como el Verde, el Polo Democrático, o movimientos como Compromiso Ciudadano. Nos uníamos otra vez para salir a las calles e invitar a los rionegreros a no dejar de luchar y a seguir trabajando para un país sin corrupción. A luchar desde la mejor forma que tenemos: nuestro ejercicio ciudadano en la democracia.
Y aquel día, aunque en el país las votaciones no superaron el umbral de aproximadamente 12 millones de votos esperados, en Rionegro pudimos sorprendernos con una votación histórica: 40.001 rionegreros salieron a votar y en un 98% dijeron SÍ a los 7 puntos de la Consulta Popular Anticorrupción. Aquel día la alegría no fue como la soñamos, pero la valentía para seguir resistiendo tuvo más de 40 mil motivos para continuar creyendo.
Muchos nos miraron o nos tacharon de locos. Y sí, podría decirse que eso somos, un grupo de jóvenes locos que aun creemos en campañas políticas de forma voluntaria, haciendo aportes económicos de nuestros bolsillos o llevando alcancías a las casas de nuestras familias o a los locales comerciales de amigos, para recoger los fondos necesarios que nos permitieran salir y seguir caminando las calles. Porque esa es nuestra forma de hacer política: en parques, calles, cuadras o plazas, donde podamos ver frente a frente a los rionegreros que tratamos de convencer de que aún podemos soñar con un país distinto.
Aquí estamos y seguiremos estando. Motivados por sueños que quizá puedan parecer utópicos, pero por los que seguiremos caminando. Aquí estamos para decir que esta es la tierra que llevamos en el corazón y por la que seguiremos luchando.
*Las opiniones expresadas en esta columna de opinión son de exclusiva responsabilidad de su autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de La Prensa Oriente