Leyendo: La radio es mi esencia, mi historia y mi corazón

La radio es mi esencia, mi historia y mi corazón

Por: Osbaldo Jaramillo

Instagram: @osbalddojaramillo

Con motivo del Día Mundial de la Radio, quiero compartir lo que este maravilloso medio ha significado en mi vida. Aunque mi camino no comenzó con la radio como prioridad, hoy puedo decir que es una parte fundamental de quien soy.

Desde niño, la radio fue para mí algo más que un aparato; era una ventana mágica que conectaba mi imaginación con voces que parecían venir de otro mundo. Detrás de esos micrófonos, había personas que no solo hablaban, sino que educaban, entretenían y, sobre todo, acompañaban. Eran voces amigas que atravesaban montañas, valles y ríos, llegando a rincones donde las distancias parecían insalvables. Como decía Gabriel García Márquez «la radio es un arte invisible», y en efecto, era ese hilo invisible que tejía historias, risas y aprendizajes, sembrando en mí una profunda admiración por ese medio que tanto nos daba, sin pedir nada a cambio.

En mi proyecto de vida, los medios de comunicación nunca estuvieron como prioridad. Sin embargo, con el tiempo y las experiencias que me permitió vivir la radio, descubrí que la comunicación podía convertirse en un gran proyecto de vida. Fue en Guatapé, entre 2007 y 2008, cuando la vida me regaló la oportunidad de acercarme a este medio. Junto a amigos apasionados, descubrí la magia que hay detrás de un micrófono. No se trataba solo de hablar; era algo mucho más profundo. Era educarnos, entender el poder de la palabra y, sobre todo, asumir la responsabilidad de llevar nuestra voz a quienes nos escuchaban al otro lado del parlante. La radio se convirtió en un puente que unía corazones y mentes, en un aliado que nos permitía servir a nuestra comunidad.

Pero no fue fácil. Los retos fueron grandes: el miedo a la voz, la timidez, la inseguridad de no saber si lo que decíamos resonaría en alguien. Sin embargo, como bien dijo, Eduardo Galeano, «la utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos, y ella se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? para eso: para caminar.»Cada desafío fue una lección, cada error un paso hacia adelante. La radio no solo me permitió crecer como profesional, sino también como persona. Me enseñó a escuchar, a empatizar y a entender que la comunicación es, ante todo, un servicio”.

Hoy, puedo decir con orgullo que la comunicación se ha convertido en un proyecto de vida que he ido forjando y formando con el tiempo. Gracias a ella, he podido ser una mejor persona y un comunicador que quiere aportar al territorio. La radio me mostró que las palabras tienen el poder de transformar realidades, de unir comunidades y de llevar esperanza a quienes más lo necesitan.

No puedo cerrar esta reflexión sin rendir homenaje a aquellas personas que, con su talento y dedicación, hacen de la radio un arte y un legado. A las voces que hoy acompañan la radio y también a quienes lo hacen desde otro lugar. Ellos han sido faros que iluminaron mi camino y me enseñaron que la comunicación es, ante todo, un servicio.

La radio es mucho más que ondas sonoras; es el latido de las comunidades. En un mundo cada vez más conectado por pantallas, la radio sigue siendo ese medio cercano, íntimo y confiable que llega a los lugares más remotos, donde otras tecnologías no pueden. Es la voz que informa, educa, entretiene y sobre todo, acompaña. Es el medio que nos recuerda que, aunque estemos separados por distancias, nunca estamos solos.

En este Día Mundial de la Radio, invito a todos a reflexionar sobre su papel en nuestras vidas y en nuestras comunidades. Porque la radio no es solo un medio; es un legado, un compromiso y, sobre todo, un lazo indestructible que nos une como sociedad. Que siga siendo, por siempre, esa voz amiga que nos guía, nos inspira y nos recuerda que, juntos, podemos construir un mundo más conectado y humano.

Y aunque hoy no esté detrás de un micrófono, la radio sigue estando en mí. Es parte de mi esencia, de mi historia y de mi corazón. Porque la radio no es solo un medio; es un compañero de vida que, desde la distancia, sigue acompañándome y recordándome el poder de la palabra y la importancia de servir a los demás.

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