Por: Bienyi María Morales Cano. Comunicadora Social.
Estaba oscuro y lloviznaba, faltaba una hora para comenzar a salir el sol. Aun así, el único nombre que Diego Gómez Seguro tenía en su mente era Támesis, el municipio del suroeste antioqueño que había sido fijado como su próximo destino para la Semana Santa.
Su intención era recorrer bellos paisajes, pero de una forma que se pudiera disfrutar más intensamente, por eso salió de Rionegro en bicicleta, su “fiel compañera” como la llama siempre que se le menciona. Recogió su amigo John y después un desayuno en El Retiro, emprendieron nuevamente por la ruta de Versalles y descendieron por La Pintada y con una temperatura de 21 grados centígrados fueron recibidos a las 6: 00 p.m. en su lugar de destino.
Por su parte doña Gloria Peláez, quien es madre, esposa y abuela, se preparaba para vivir religiosamente la semana más importante del año.
Se levantó más temprano que de costumbre el Jueves Santo, al igual que sus hijos y nietos, pues de la Semana Mayor, ese es el día que más les impacta como familia, por eso a las 8: 00 a.m. estaba en la iglesia más cercana de su casa: el “Espíritu Santo” del barrio El Porvenir, en Rionegro; ella sabía que la programación daba poco espacio para otras actividades que no fueran acompañar al Señor Jesús, es así que con sus hijos y nietos ya venían preparándose para ese momento. Esperaba que llegara el jueves Santo, que por tradición familiar es el día más importante, pero también asiste con fervor a todos los actos solemnes que prepara la iglesia.
Entre tanto, en San Antonio de Prado, Medellín, Erika Alexandra Patiño, madre de dos hijos, profesional en finanzas y trabajadora independiente, vivía de una manera especial lo que para ella son los días más importantes de la Semana Santa: jueves y viernes santo, si bien tenía en sus planes visitar el Valle de San Nicolás, optó por hacerlo sábado y domingo de resurrección. Los días anteriores los vivió junto con los feligreses de la parroquia Jesús Eucaristía en San Antonio de Prado, “Wilmar Galeano, párroco, lleva a la cotidianidad el tema de la Semana Santa, es muy lindo de esa manera, es vivir la Semana Mayor diferente, es más especial, más a lo que uno vive y siente, por eso este año para mí fue la mejor semana santa de toda mi vida”.
En el Oriente ya sus planes fueron más familiares: Un gorro de chef, arándanos, chocolate, harina de trigo y mantequilla hicieron crecer una torta en el horno. Había llegado donde su familia el sábado muy temprano; sus hijos Gabriel y María de Los Ángeles fueron sus ayudantes de cocina; ellos aunque también asistieron a algunas ceremonias de la programación de Semana Santa, se divirtieron y ayudaron con la preparación del pastel.
Ese mismo sábado en la mañana, en el Suroeste algunos tamesinos le indicaban a Diego Gómez, cómo llegar a la cascada La Peinada, esa vez dejaron sus bicicletas y continuaron caminando. El Recorrido duró unos 40 minutos por sendero de patrimonio nacional al hallarse petroglifos precolombinos, que reposan en el Museo Arqueológico del Municipio. Luego la programación en Támesis continuaba: “Cristo Rey” los esperaba; para ello debían descender hasta el área urbana y emprender por otra ruta el nuevo ascenso que duró una hora.
Observó con admiración el monumento de Cristo Rey, pues un camino tan complejo y alejado dificulta el transporte de los materiales. La misma admiración que le causa la Cascada, la ruta y los paisajes que se observan desde que sale de su casa.
Por eso para él no pasó desapercibido el desfile y la multitud de personas que se encontraban en los actos religiosos del parque Simón Bolivar, eso fue a las 6:30 p.m. hora en que estaban ingresando por la calle principal, esta vez habían llegado en sus bicis al municipio de Andes.
La programación continuó hasta el sábado en la noche que llegaron a sus casas. Para Diego lo mejor de esa semana fue disfrutar lo que se presentó cada momento en el camino y en los corregimientos y veredas por donde caminaron y cruzaron en sus bicicletas. Lo único escrito fue la fecha de salida. El lunes de Pascua regresó a sus actividades laborales en la empresa familiar.
El tema de la Semana Santa, en cuanto a la parte religiosa y creyente, lo habló con su amigo de viaje en un momento del recorrido porque se cuestionó por estar pedaleando mientras muchos van a los templos y oran. Para Diego Semana Santa no es ir mucho ir a la Iglesia, le agradece a Dios directamente, no critica que las personas recen constantemente.
También el lunes de pascua a las 6: 00 p.m. doña Gloria Peláez rezó nuevamente el rosario en la Iglesia del Espíritu Santo, lleva 30 años al servicio de la Iglesia; dice que mientras Dios le dé salud pertenecerá al grupo de proclamadores y asistirá a la Santa Eucaristía todos los días, ella se esmera por mantener su familia unida en la fe y espera seguir siendo testimonio.