Cuando se están cumpliendo más de ocho meses de la declaratoria de Pandemia, la incertidumbre sigue al orden del día. Termina 2020, un año realmente atípico, con la preocupación del cuándo volveremos a la relativa normalidad.
Según las cifras oficiales se ha sobrepasado el millón de infectados en Colombia, además de los 32.974 fallecidos de cuenta del Coronavirus. En Antioquia son 185.000 los contagios, de los cuales han muerto 3.484 (el 10% del país). Asimismo, el Oriente Antioqueño ha puesto alrededor del 4.3% de los casos en el departamento.
Además, hace poco se informó el 80% en ocupación de camas de cuidados intensivos dedicadas a solo atender enfermos por la pandemia. Datos estos que dan cuenta que el virus no se ha ido, sigue activo y con resistencia a desaparecer en el corto plazo.
Ahora bien, son muchas las gestiones que desde los diferentes ámbitos se dan para prevenir nuevos contagios y rebrote de la enfermedad, pero a la par son muchas las acciones poco responsables de la ciudadanía, que ha entrado en una especie de relajo frente a la protección.
Aglomeraciones, fiestas, eventos y otros han dejado ver una ciudadanía que no aprendió la lección. Al parecer, el tiempo de cuarentena le fue insuficiente para reconocer que el efecto mortal del Covid-19 no se acaba de la noche a la mañana. Medidas como mantener un aislamiento preventivo (ahora voluntario), acciones sencillas como lavarse las manos frecuentemente, aplicarse antibacterial o alcohol seguro han minimizado las posibilidades de réplica de la enfermedad; sin embargo, no la han acabado, no la acabarán.
Entonces, ¿han sido suficientes las medidas? La respuesta es no, y tampoco serán garantía de no contagio. Esfuerzos institucionales y decisiones poco populares han estado al orden del día, como no realizar tablados de fiestas locales, la no promoción de días como el Halloween, cancelación de eventos deportivos y la consideración de prorrogar o mantener vigentes medidas como el toque de queda y ley seca, hacen que la vigencia de la prevención se mantenga por lo menos en lo que falta de este año y quién sabe del siguiente.
Queda para el día a día, seguir conscientes que el Coronavirus está entre nosotros, que en la medida que protejamos la salud nuestra, protegemos la de los demás, y que ante la imposibilidad de tener una vacuna muy pronto, hay que mantener todos los esfuerzos para prevenir el contagio. Es lo mínimo que podemos hacer, es nuestro deber ser como ciudadanos conscientes y responsables.