En Antioquia y el Oriente antioqueño fueron realidades las provincias, entidades impulsadas -quién creyera por el defensor, a ultranza de las áreas metropolitanas-. El Gobernador de Antioquia fue el determinante para que estas figuras organizativas municipales tuvieran el visto bueno de la Asamblea Departamental, y como tal, la ordenanza que les dio vida.
Un año después la Provincia de la Paz, conformada por Argelia, La Unión, Nariño y Sonsón ha elegido a sus órganos directivos y se alista a definir su plan de acción. En poco menos, la denominada Provincia del Agua, Bosques y el Turismo, aunque más joven, lleva ventaja frente a sus similares en el departamento. Esta entidad logró el voto favorable de 12 municipios del Oriente antioqueño (Alejandría, Cocorná, Concepción, El Peñol, Granada, Guatapé, Marinilla, San Carlos, San Francisco, San Luis, San Rafael y San Vicente Ferrer) y ya está ejecutando su primer convenio con la Gobernación de Antioquia.
La idea del área metropolitana, mantiene su vigencia, pero sin claridad de cuándo sería posible asumir con certeza su consolidación. Y menos aún, quién la lideraría. Se agota el tiempo y por lo visto se quedará en una buena intención, dado que los últimos 8 meses de mandato los alcaldes se concentrarán en atender sus asuntos locales y poco tiempo les quedará para hacer lobby ante el Gobierno y el Congreso para que se rebaje el umbral de votación para realizar los trámites ante sus concejos municipales y la Registraduría, y menos aún, convocar un proceso de elecciones donde el voto positivo de la mitad más uno del 5% del censo electoral sería el que avale tal figura.
Por supuesto, cuando los ojos y el esfuerzo están puestos también en las elecciones locales y la idea de asumir esta tarea se ve remota. Pero ante este panorama surgió lo impensable al finalizar el mandato.
Como un salvavidas, revivió lo que se espera se convierta en una autoridad regional de tránsito y transporte. Esta figura, amparada en la Constitución y definida como un ente con la capacidad y autonomía necesaria para administrar, planear, ejecutar y tomar medidas en materia de movilidad, donde el concurso de varios municipios sumen voluntades para hablar de un tema en común en cada una de sus jurisdicciones.
Pensada como una sola región y con el respeto por los intereses del otro, con la mirada puesta en el beneficio colectivo y en la solución a problemáticas comunes donde la capacidad de planeación sea superior al interés individual de alguna de las localidades, esta oportunidad está en la agenda inmediata de las alcaldías, toda vez que el solo anuncio de la reorganización del transporte público en Rionegro, desató toda clase de movilizaciones ciudadanas y las de sus dirigentes en torno a lo que sería la afectación a los usuarios, donde los tiempos de desplazamiento y costos del servicio aumentarían significativamente.
Es tiempo de la autoridad regional, es tiempo que se haga por voluntad e iniciativa regional. Sino, será la cartera de Transporte, desde el gobierno central, quien tomará acción e impondrá a su manera lo que pudo ser y aún no ha sido. En el mejor de los casos les dejará a los mandatarios, que serán elegidos el próximo 26 de octubre, para que se anticipen a lo que ya fue una oportunidad histórica.
Artículo de nuestra edición impresa, para verla dé click en la imagen.